Francia y Japón, entre otros países, relajaron este domingo sus medidas contra la COVID-19 a medida que mejora la situación sanitaria, una perspectiva todavía lejana en Brasil que superó las 500.000 muertes.
Por su parte, China ya ha administrado más de 1.000 millones de dosis de la vacuna contra el coronavirus, anunció este domingo el ministerio de Sanidad, sin especificar el porcentaje de población que ha recibido una vacunación completa.
La cifra representa más de un tercio del número de dosis inyectadas en todo el mundo, es decir, 2.500 millones, según un recuento de la AFP el viernes a partir de fuentes oficiales.
En Francia, tres días después del fin de la obligación de llevar mascarilla en el exterior, la vida parecía casi normal y el domingo está previsto el fin del toque de queda que empezó hace ocho meses.
Francia, uno de los países europeos más afectados por el virus, con más de 110.000 muertes, fue uno de los últimos en mantener esta medida junto con Italia y Grecia. Otros países europeos, como Alemania y España, están avanzando hacia un levantamiento gradual de la obligación de llevar mascarilla.
En Japón, a un mes de los Juegos Olímpicos (del 23 de julio al 8 de agosto), el domingo se levantó el estado de emergencia sanitaria en Tokio y otras ocho prefecturas, pero se mantienen las restricciones que podrían limitar la presencia local en el evento deportivo.
La reducción de restricciones también permitirá celebrar partidos o conciertos con espectadores pero con un aforo del 50% y un máximo de 10.000 personas.
Sin embargo, se suprimieron las seis zonas de aficionados previstas inicialmente para seguir las competiciones olímpicas en Tokio en pantallas gigantes.
Los organizadores de los Juegos abrieron el domingo la Villa Olímpica a los medios y presentaron una "clínica de la fiebre" para analizar y aislar a las personas sospechosas de estar infectadas.
Tercera ola
En Brasil, que el sábado se convirtió en el segundo país del mundo, después de Estados Unidos, en superar la barrera de los 500.000 muertos por COVID-19, el reciente aumento de fallecidos diarios confirma la llegada de una tercera ola.
La última cifra del ministerio de Sanidad, que según muchos epidemiólogos está subestimada, es de 500.800 muertos, con 2.301 registrados en las últimas 24 horas.
Esta semana, la media semanal de muertes diarias superó las 2.000 por primera vez desde el 10 de mayo en este país de 212 millones de habitantes que acoge la Copa América de fútbol desde el pasado domingo.
La situación es crítica en 19 de los 27 estados brasileños, con más del 80% de las camas de cuidados intensivos ocupadas, y el 90% en ocho de ellos.
La campaña de vacunación en Brasil comenzó tarde, a mediados de enero, y solo el 29% de la población ha recibido al menos una dosis. El 11,36% está totalmente vacunado.
En China, donde el virus está prácticamente erradicado desde hace más de un año gracias a cuarentenas obligatorias, controles masivos y aplicaciones móviles para controlar los movimientos, las autoridades instan a la población a vacunarse.
El gigante de 1.400 millones de habitantes solo registró 23 nuevos pacientes en 24 horas, todos ellos procedentes del extranjero y puestos en cuarentena.
Récord en Moscú
Por su parte, la capital rusa registró el sábado un nuevo récord de infecciones por segundo día consecutivo, con 9.120 en 24 horas.
Moscú había contabilizado la víspera 9.056 nuevos casos, frente a los aproximadamente 3.000 diarios de hace dos semanas.
Este brote de COVID-19 se debe, según las autoridades, a la variante Delta, aparecida en India y que amenaza con desbordar los hospitales de Moscú.
Para frenar la propagación del coronavirus, el alcalde Serguéi Sobianin prorrogó el viernes hasta el 29 de junio el cierre de los locales de comida en los centros comerciales y de los restaurantes y bares a las 23 horas.
El miércoles también había decretado la vacunación obligatoria de los empleados del sector servicios. Un 60% de ellos, es decir, unos dos millones de personas, deben ser vacunados antes del 15 de agosto.
La segunda ciudad de Rusia, San Petersburgo, también afectada por un rebrote de infecciones, anunció el sábado el objetivo de vacunar al 65% de los funcionarios locales.
La antigua capital imperial, que aún debe acoger tres partidos de la Eurocopa de fútbol, también anunció que el acceso a su principal zona de aficionados en la plaza Koniushenaia se limitaría a 3.000 personas, frente a 5.000 hasta ahora.