Han pasado 200 años desde que Costa Rica aumentó su población, territorio y valor agregado a través de la Anexión del Partido de Nicoya. En esa zona se ubica desde 1975 la segunda terminal aérea más importante del país, la cual empezó su camino internacional 20 años después.
El Aeropuerto Internacional Daniel Oduber Quirós, en Liberia, Guanacaste, es el principal punto de acceso aéreo al Pacífico costarricense. Esta terminal tuvo una visitación de 1.652.078 pasajeros en el 2023; una cifra histórica que significó un incremento del 14% en comparación al año anterior.
La concesionaria Coriport, que se encarga de la operación del aeropuerto desde el 2010, estima que en el presente año cerrarán con una visitación de 1,8 millones personas. La ubicación del Daniel Oduber es estratégica para el turista que busca disfrutar de las playas costarricenses de manera casi inmediata a la salida de migración.
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EF conversó con Luis Fournier, gerente administrativo del aeropuerto, sobre el boom turístico de la provincia, el impacto de la compañía y los desafíos de la operación.
¿Cómo ha impactado el aeropuerto el desarrollo de la provincia?
Los aeropuertos en general son un motor de las regiones cuando se instalan. Conecta a la provincia con el resto del país y con el mundo.
Para este aeropuerto en particular, a los tres años después que inició la concesión, se midió el impacto en la economía. Guanacaste había crecido 56% y el resto del país un 39%. La inauguración de la terminal de pasajeros ayudó a ese crecimiento.
El otro impacto es la reducción de la pobreza. Guanacaste era una de las provincias más pobres y después de que se abrió el aeropuerto alcanzó a la media de pobreza del país y después de la pandemia alcanzó un 26%.
¿Cuáles son los planes de crecimiento?
En combinación con las gestiones que hace el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) y nuestro departamento de Desarrollo de Rutas abrimos vuelos de otros puntos de influencia para nosotros. El 93% del tráfico de pasajeros que pasan por el aeropuerto son turistas y los esfuerzos van hacia eso. Más adelante, conforme vaya creciendo el país y la región, vaya a traer a otro tipo de pasajeros; actualmente vienen turistas e inversionistas.
¿Esperan abrir nuevas conexiones en el corto plazo?
Sí. De hecho se está abriendo la ruta de Boston y Filadelfia directo hacia Liberia.
¿Qué otras actividades económicas, además del turismo, pueden incidir positivamente en el aeropuerto?
Las actividades económicas van a beneficiar al aeropuerto, pero especialmente a la región. Si aquí se ampliara la zona franca con áreas de manufactura, servicios tercerizados, entonces se generaría más actividad económica en la región.El aeropuerto puede contribuir al desarrollo de esas actividades porque conecta directamente a las casas matrices de esas compañías. La gente busca conectividad.
¿Cuál es el potencial de la provincia para poder acoger estas actividades?
Yo no he hecho un balance de los recursos disponibles para que la provincia, pero sí encuentro que hay recursos.
Cuando nosotros buscamos funcionarios para trabajar en el aeropuerto encontramos personal capacitado. Nosotros y los hoteles encontramos personas que son bilingües.
Yo creo que se comprueba que los guanacastecos están capacitados.
¿Cuáles son los principales desafíos a los que se enfrentan?
El agua es importante en todo el país y las empresas requieren de ese recurso. Nosotros tenemos varios pozos, entonces el aeropuerto está abastecido.
Desde el punto de vista de atracción de pasajeros y generación de más tráfico, el desafío es traer pasajeros de otras áreas. Europa y Suramerica nos interesan. Conectar directamente con otras ciudades de Canadá distintas a las que ya tenemos. Que el aeropuerto sea 24/7 es importante para nosotros.
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Esta publicación es parte del especial 200 Años Anexión Nicoya de ‘El Financiero’. Cliquee aquí para consultar todos los reportajes y artículos.