En Tilarán, Guanacaste, se ubica desde 1996 la primera planta eólica de Latinoamérica, en el Parque Eólico SRL (PESA). Actualmente la instalación es operada por la empresa centroamericana Corporación Multi Inversiones (CMI) y en noviembre del 2023 se reactivaron los aerogeneradores con capacidad de 58 gigavatios (GWh) por año, equivalente al consumo anual de 21.000 hogares.
La actividad económica vinculada a la electricidad generó a la provincia un valor agregado de ¢243 millones, según el Producto Interno Bruto (PIB) cantonal calculado por el Banco Central de Costa Rica. Tilarán representa el 32% de la cifra generada.
EF conversó con Adolfo Conejo, gerente de planta de CMI Energía, sobre las principales transformaciones del proyecto, los principales desafíos y el posible potencial de la provincia para acoger más actividades productivas.
¿Qué impacto ha generado la planta en la provincia?
El mayor aporte ha sido generar trabajo y nuevas oportunidades de desarrollo.
Tuvimos el reto de ser el primer parque eólico en Latinoamérica con plantas eólicas SRL. Luego se desarrolló el parque Orosí en Quebrada Grande de Liberia y posteriormente vinieron cuatro parques: dos en Quebrada Grande y dos acá en Tilarán. Así se han desarrollado más los poblados con nuevas fuentes laborales.
¿Cómo se ha transformado la compañía?
Lo principal transformación fue atender una nueva tecnología. Traer la primera planta eólica a Latinoamérica era algo totalmente diferente a la industria que había en Costa Rica. Se tuvo apoyo de la empresa desarrolladora de ese momento y se permitió que los ingenieros de montaña formaran al personal local y que se pudieran desarrollar capacidades internas que hemos ido llevando a los parques nuevos para ampliar los conocimientos.
¿Por qué eligieron a Guanacaste?
Por las condiciones que ofrece la provincia, principalmente el recurso viento y la geografía; también se visualizó el tema solar a futuro.
Aquí hay dos pasos de viento que se generan: uno por el Lago Arenal que llega a la zona de Tilarán y otro que va por el Volcán Miravalles que llega a la zona Quebrada Grande de Liberia.
¿Cuáles son los desafíos a los que se han enfrentado?
El primero son las condiciones climáticas dado a que nuestro recurso viene de la naturaleza. Si bien nosotros preparamos los parques para producir, dependemos mucho de las variaciones de la condiciones climáticas.
El otro desafío es la inversión inicial porque el costo de un desarrollo es importante tanto eólico, como los que se visualizan en hidroeléctrico y solar.
Las políticas y regulaciones locales son otro gran desafío. Si bien Costa Rica es estable, como estamos en todo Centroamérica las políticas no están homologadas.
¿Las condiciones climáticas son un desafío solamente en Guanacaste?
Las condiciones son muy similares en cualquier parte del país; las magnitudes son un poco diferentes. Lo que sí se ha verificado en 27 años de medición es que Tilarán tiene mayores rangos de velocidades de viento.
No considero que ubicar los proyectos en otra provincia hubiera dado mejor condición de clima.
¿Cuál es el potencial de la provincia para acoger actividades productivas?
La provincia cuenta con recursos naturales abundantes. Está el Lago Arenal con un gran potencial hidroeléctrico y existe un fuerte compromiso con la sostenibilidad y la protección del medio ambiente; hay muchos equipos del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) que trabajan colaborativamente con las empresas de generación de energía.
Guanacaste es una zona rural donde hay pocas fuentes de trabajo. Cuando llegan empresas a generar empleo hay compromiso del personal que se contrata.
La posición geográfica es privilegiada porque tiene buen recurso viento, buen recurso hidroeléctrico para tecnología y también buen recurso solar.
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Esta publicación es parte del especial 200 Años Anexión Nicoya de ‘El Financiero’. Cliquee aquí para consultar todos los reportajes y artículos.