Probablemente usted haya sido uno de los miles de conductores que disfrutaron de una rebaja en el marchamo de este año, gracias a que en 2023 se aprobó una iniciativa legislativa que redujo el monto que se debe pagar por concepto del impuesto a la propiedad de su vehículo. La deducción varió del 5% al 50%, dependiendo del modelo del automóvil, dando un mayor beneficio a los más antiguos.
Dicho proyecto representó un alivio para el bolsillo de los conductores, pero un reto para las finanzas públicas: generaría un faltante de recursos que no estaba proyecto al inicio del año pasado. Justamente fue ese tema uno de los factores por lo que se demoró la aprobación del proyecto y, posteriormente, el inicio del cobro del marchamo.
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Actualmente el sector automotriz vive una época de bonanza: las importaciones de autos nuevos siguen creciendo y se contabilizan mensualmente más de 6.000 unidades, de acuerdo con datos de la Asociación de Importadores de Vehículos y Maquinaria. Aspectos como un tipo de cambio a la baja y tasas de interés más estables han influido en este escenario de mayor demanda de autos.
A pesar de que hay un mayor cantidad de vehículos llegando mes a mes, el gobierno percibe menos recursos por eso debido al proyecto aprobado. Precisamente el miércoles pasado, en Casa Presidencial, el ministro de Hacienda, Nogui Acosta y el presidente Rodrigo Chaves, lamentaron los efectos de esta iniciativa, pues afirmaron que se aprobaron el proyecto “que no era equilibrado”.
El impacto de los carros eléctricos
Por otro lado, el segmento de los vehículos eléctricos también está creciendo en Costa Rica y las cifras lo confirman: según la Dirección de Energía del Ministerio de Ambiente y Energía, entre enero y junio del presente año ingresaron al país 3.881 autos cero emisiones. En términos generales, la flotilla completa de carros eléctricos ya superó los 16.500 en el país y para ponerlo en perspectiva, en 2010 la cantidad era de 233.
Ahora bien, hay que recordar que estos vehículos gozan de privilegios fiscales que el gobierno puso en marcha para incentivar el cambio hacia unidades ecoamigables. En Costa Rica se aplica la ley 10.209 que permite que los autos eléctricos estén exentos del 100% del impuesto a la propiedad en su primer año, del 80% en su segundo, un 60% en el tercer año, 40% en el cuarto y un 20% en el quinto.
Además gozan de una tarifa especial para cancelar el Impuesto al Valor Agregado, la cual subirá un 1% anualmente hasta alcanzar la tarifa plena del 13% en 2034. Por lo tanto, en este segmento también el gobierno está dejando de recaudar recursos, aunque este faltante ya estaba presupuestado desde hace varios años.
Finalmente, será a partir del 2025 que se empiece a cobrar a los carros eléctricos el impuesto selectivo de consumo, aunque de manera escalonada. Este tributo se cobra para “penalizar” la utilización de algunos productos por considerarlos de lujo.
En el caso de los eléctricos, el próximo año deberán pagar el 25% de ese gravamen y será hasta el 2037 que pagarán la tarifa completa.
El recuento de los daños
El Financiero consultó al Ministerio de Hacienda para conocer de primera mano cuál es el impacto que tiene este faltante en las finanzas públicas. El ministro Acosta indicó que el periodo de cobro del impuesto a la propiedad de los vehículos va de noviembre a octubre y que más del 90% de la recaudación ocurre en los primeros cuatro meses de cobro.
“En este contexto, la pérdida observada hasta la fecha en este impuesto asciende a ¢64.000 millones. Es de esperar que este monto aumente conforme pasen los meses entre marzo y octubre de 2024. Sin embargo, durante esos meses, los pagos son considerablemente menores, por lo que la pérdida adicional no sería significativa”, explicó Acosta.
De esta manera, se prevé que la pérdida total se asemeje a la estimación del Ministerio de Hacienda, que proyectaba una disminución en la recaudación de este impuesto de alrededor de ¢68.000 millones.
“A pesar del crecimiento constante en las importaciones de vehículos, este incremento no es suficiente para compensar la pérdida en recaudación generada por la nueva ley del Impuesto a la Propiedad de Vehículos. Con la nueva legislación, incluso los vehículos de muy alto valor han visto reducida su carga impositiva”, agregó el jerarca.
Un estudio del Observatorio Económico y Social (OES) de la Universidad Nacional, hace énfasis en esa misma línea y señala que este impuesto a la propiedad crece en abril del 2024 un -4,11% interanual, mientras que en el mismo periodo del año pasado crecía un 18,09%.
“Es probable que luego de la reforma que se hizo el año anterior, el aporte de este impuesto se reduzca sensiblemente al cierre del año, cuando se concentra la mayor parte de su recaudación, lo contribuirá a una caída más pronunciada en los ingresos tributarios en general”, se lee en el documento.
¿Cuánto pesa este impuesto?
De acuerdo con las cifras fiscales, actualizadas al primer cuatrimestre del 2024, el impuesto sobre la propiedad del vehículo fue el sexto en importancia en cuanto a la recaudación. En términos monetarios, este gravamen representó ȼ75.421 millones para las arcas estatales.
Al analizar más detalladamente las cifras del tributo, hay una caída de ȼ109.327 millones en la recaudación, es decir, la disminución es del 31%, entre abril pasado y el mismo mes del 2023.
¿Cuánto afectará la situación fiscal del país?
El informe del OES también presenta un panorama de mayor déficit fiscal al cierre del 2024 y se ubicaría alrededor del 3,5% del PIB. Es decir, la diferencia entre ingresos y egresos sería mayor que el año pasado y esto mermaría la posibilidad de que el gobierno pueda invertir en obra social o infraestructura.
El informe destaca que desde noviembre de 2022 y hasta la fecha se evidencia una desaceleración en el comportamiento de los ingresos tributarios. Casi todos los impuestos, excepto el selectivo de consumo y el único de combustibles han mostrado un crecimiento.
“En reiteradas ocasiones el actual Gobierno ha destacado la capacidad fiscal de alcanzar un superávit primario (diferencia entre ingresos y gastos, sin considerar el pago de intereses de deuda). Sin embargo, ese colchón parece estarse desinflando. Mientras que en el periodo enero-abril de 2023 ese superávit era un de un 1% del producto Interno Bruto (PIB), para este primer cuatrimestre del año este indicador bajó a un 0,60% del PIB”, indica el informe del OES.
En la conferencia de prensa de Casa Presidencial, el ministro Acosta negó que la situación fiscal del país empeorará en los meses venideros aunque sí reconoció que la recaudación tributaria ha disminuido después del empuje que tuvo la economía después de la pandemia.