El Poder Ejecutivo está a punto de iniciar un nuevo pulso en la Asamblea Legislativa, esta vez con una iniciativa que pretende modernizar a la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), para que sobreviva y se adapte a las exigencias de la economía descarbonizada.
El 25 de marzo es la fecha tentativa en la que el Gobierno presentaría una nueva propuesta de ley, iniciativa que tendrá como preludio el rechazo que 13 diputados le dieron al expediente 19.498.
El recién enterrado proyecto pretendía adicionar un párrafo al artículo 6 de la Ley N.° 6.588 (Ley Orgánica de Recope), para otorgar recursos a la institución para que investigara y produjera biocombustibles, hidrógeno y otras energías alternativas.
La iniciativa formaba parte del Acuerdo Nacional que los diputados de la administración anterior firmaron durante el 2017.
El texto estuvo cuatro años en la corriente legislativa pero una alianza entre legisladores del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Nueva República (PNR) e Integración Nacional (PIN), rechazó una moción para extenderle el plazo, según informó el Semanario Universidad.
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¿Será esta negativa de los diputados a cambiar las competencias de Recope una piedra en el zapato para el texto base de la administración Alvarado Quesada?
Ante el voto negativo, Alejandro Muñoz, presidente ejecutivo de Recope, se siente complacido de que el expediente 19.498 “no haya salido airoso”, porque le habría hecho ruido al nuevo proyecto de ley.
Por su parte, los diputados que votaron en contra lanzan críticas y están esperan el nuevo texto.
Mientras que el Gobierno implementará a partir de mayo un plan de contingencia para darle oxígeno a la refinadora.
Un pulso inevitable
“Nadie ha pensado que es fácil. A Recope lo han estigmatizado y siempre habrá gente con intereses que continuará echando tachuelas en cualquier situación que enfrente Recope. Estamos acostumbrados”. Así es como el presidente ejecutivo de la entidad augura el camino que enfrentará la propuesta de ley.
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El pulso para el que se prepara Núñez es el trámite de la propuesta de reforma en la que trabajan Recope y la diputada oficialista Paola Vega desde hace meses.
El texto, que ahora está en manos del Presidente de la República, es una propuesta superior a la anterior, según Muñoz, y aspira a que la refinadora pueda establecer alianzas con empresas privadas que produzcan energías alternativas como biodiésel, etanol o hidrógeno.
Pero la promesa de un proyecto mejorado, no es garantía de que la discusión será fácil.
Una estrategia que brinde prioridad a la generación de energía solar y a la importación de gas natural para disminuir el precio de los hidrocarburos, es la exigencia que hace Pedro Muñoz, diputado socialcristiano, quien votó en contra del proyecto 19.498.
El legislador rojiazul no se opone a la transformación de Recope, aunque critica que aún no se haya dado a conocer la nueva propuesta y que no se tenga clara la transformación que va a experimentar el sector energético en los próximos años.
Por su parte, Jonathan Prendas, diputado independiente afiliado al bloque Nueva República y quien también votó en contra de mantener con vida el expediente 19.498, espera que la nueva iniciativa del Ejecutivo sea una nueva ruta “sobre renglón recto en hoja blanca para hacer las cosas como se necesita”.
Ni Prendas ni Muñoz van más allá de enterrar la iniciativa primera de reforma de Recope. EF consultó a Muñoz y a Prendas, si cuentan con alguna propuesta adicional para transformar a la refinadora e indicaron que no.
Mientras tanto, Paola Vega, diputada oficialista, abanderada de la transformación de Recope, intentó salvar el proyecto anterior aplicando una serie de mociones que resultaron infructuosas.
Parte de su discurso fue que Recope es una institución que aún no está a la altura del siglo XXI porque continúa con tareas del siglo pasado.
A pesar de que Muñoz sabe que el camino que le espera al proyecto no será fácil, también cree que habrá buen ambiente.
El jerarca de la institución ha conversado con diferentes comisiones legislativas –como la de ambiente, económicos y agropecuarios– y, según él, ha encontrado gran apertura de parte de los legisladores.
¿Hay plan B?
Pero como los caminos en la Asamblea Legislativa son inciertos ¿cuál es el plan B de Recope si la propuesta de ley que se presentará en los próximos días también fracasa?
El presidente ejecutivo de la institución comentó que la institución contribuiría a la descarbonización impulsando el uso de gasolina con etanol, y con biodiésel y gas licuado de petróleo (GLP). Proyectos que tendrán el banderazo de salida en los próximos meses.
De momento, esta transición es el as bajo la manga que tiene la institución para ir a tono con la economía descarbonizada.
La entidad comenzará a distribuir gasolina con etanol en mayo para sustituir la gasolina súper de 95 octanos. A pesar de que es contaminante, la fórmula permitiría rebajar las emisiones de dióxido de carbono hasta 20%.
En julio de este año se comenzará a impulsar el GLP, combustible menos contaminante. Para eso, la administración valora importar vehículos, camiones y autobuses que utilicen esta sustancia, además de realizar cambios en los automotores que utilicen diésel para modificarlos a gas.
Como último paso introducirían el biodiésel en el 2020, esta sería una medida de contingencia en caso de que el GLP no logre impactar de manera importante, según Muñoz.
Aunque el plan B del Gobierno ya toma forma, Muñoz hace la advertencia de que si Recope no industrializa combustibles se pueden encarecer los precios para los consumidores. Por lo que considera importante darle luz verde al proyecto de ley que se presentará en las próximas semanas.
A pesar de que los detalles de la nueva propuesta no se han dado a conocer, Muñoz sí ha revelado que se contemplan reformas a la Ley 6.588 y la Ley 7.356.
Entre los cambios que proponen para extender la vida a Recope están que la institución pueda hacer alianzas con empresas privadas que generen energías alternativas y pedir créditos a organismos multilaterales para investigación.
Esto a fin de que los estudios no encarezcan los combustibles y no impacten el bolsillo de los consumidores, como se hace actualmente.