El Gobierno de la República ya presentó oficialmente el proyecto de ley con el que pretende congelar los aumentos automáticos del impuesto único a los combustibles por un período de 12 meses, ante la amenaza inflacionaria por el estallido del conflicto bélico impulsado por el presidente ruso, Vladimir Putin, en Ucrania.
La medida ya la había anunciado la Presidencia de la República el 25 de febrero pasado, y ahora tendrá que pasar a análisis de la Asamblea Legislativa.
El presidente Carlos Alvarado señaló, el 25 de febrero pasado, que el congelamiento busca “evitar un incremento en el costo del combustible para el uso ordinario de vehículos o la industria” y “prevenir una cadena de incremento en el costo de servicios y productos que podrían encarecer el costo de la vida”, al tratarse los combustibles de una materia básica para la producción.
El ministro de Hacienda, Elian Villegas, señaló que el freno a los aumentos de este gravamen tendría un costo fiscal mínimo de unos ¢10.000 millones para el Estado, considerando las estimaciones de inflación. Sin embargo, podría ascender a los ¢60.000 millones “si la inflación llegara a crecer de forma importante”.
El gravamen se actualiza trimestralmente, a partir de la inflación medida por el índice de precios al consumidor.
Sin embargo, el Gobierno indicó que la medida se plantea “de manera responsable, para evitar una afectación mayor a la ciudadanía y a las actividades productivas, sin poner en riesgo los objetivos fiscales del país”.
El diputado Erwen Masís, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) ya había anunciado que impulsaría un proyecto similar en la Asamblea Legislativa. Otros legisladores de diversas fracciones también se manifestaron a favor de este proyecto, por lo que se espera una buena acogida en el Congreso.
Precios igual subirán
A pesar del congelamiento del impuesto a los combustibles, es esperable que los precios aumenten en los próximos ajustes que solicite la Refinadora Costarricense de Petróleo, como entidad encargada de los procesos de importación.
El conflicto en Europa del Este ha llevado los precios del petróleo a ubicarse cerca de los $100 por barril, una referencia que no se superaba desde 2014. El precio del WTI, la referencia estadounidense, abrió el mercado este 28 de febrero en los $94,99; mientras que el Brent europeo arrancó en los $100.48.
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El precio internacional de los combustibles actualmente representa un 48% de la estructura de costos de las gasolinas súper y regular; y hasta un 58% del diésel. Por otra parte, el impuesto único a los combustibles suele representar entre un 35% y un 40% en las gasolinas, y entre un 20% y un 25% en el caso del diesel.
Los porcentajes restantes, además del impuesto, incluyen los márgenes de Recope, de fletes y de estaciones de servicio, entre otras cargas menores.
Actualmente el precio asciende a los ¢765 por litro de gasolina súper, ¢748 de gasolina regular y ¢671 de diésel. De estas cifras, el impuesto único representa solo ¢273, ¢261 y ¢154, respectivamente.
A pesar de ello, congelar el impuesto único será positivo para frenar un golpe todavía mayor.
La inflación apunta a una subida todavía mayor en los próximos meses, con el aislamiento de Rusia (exportador de petróleo, gas natural y de otras materias primas) y el mantenimiento de las tensiones en Europa del Este.
Además, ya se percibía una tendencia alcista en los precios, potenciada por la escasez persistente de algunas materias y los shocks de oferta y demanda originados por la pandemia de COVID-19 y la reapertura económica más reciente.
El impuesto único a los combustibles, además, va más allá de las gasolinas y el diesel. También impacta los precios del asfalto, la emulsión asfáltica, el bunker, el gas licuado, el diésel pesado, la nafta, el queroseno y el jet fuel A1, entre otros.