Antes de la pandemia del coronavirus, conflictos como la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y un Brexit sin acuerdo, eran vistos como las graves amenazas para la economía mundial.
Cuando las autoridades de salud de Wuhan, China, informaron que tenían un grupo de personas con neumonía atípica el 31 de diciembre pasado, nadie podría haber predicho que este era el inicio de una crisis sanitaria y económica que haría tambalear al mundo en tan solo tres meses.
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Los diferentes gobiernos del mundo dieron rienda suelta a múltiples medidas económicas para resguardar su economía y tenderle un escudo a sus habitantes según sus propias realidades.
En Estados Unidos se realizó la intervención financiera más grande de la historia; la Unión Europea aprobó un paquete de rescate económico valuado en 540.000 millones de euros; y una América Latina que a pesar de ya estar acostumbrada a lidiar con problemas económicos, hoy saca agua del bote para enfrentar esta crisis.
Mismo problema, diferentes realidades
La economía mundial sufrirá este 2020 su peor año desde la Gran Depresión de la década de 1930, advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El FMI calcula que la economía mundial se contraerá 3% este año, mucho peor que la caída de 0,1% que hubo en la crisis financiera mundial de 2009.
En su pronóstico, el Fondo espera contracciones económicas este año del 5,9% en Estados Unidos, del 7,5% en los 19 países europeos que comparten el euro, del 5,2% en Japón y América Latina, y del 6,5% en el Reino Unido.
Además el comercio mundial caerá un 11% este año y se espera que crezca 8,4% en 2021.
Ante este escenario nada alentador, los gobiernos han tenido que reaccionar mucho más rápido de lo que jamás habrían esperado cuando inició la propagación del virus.
Estados Unidos, el país más golpeado por la pandemia con 23.529 fallecidos al lunes 13 de abril, realizó una campaña histórica que incluye pagos por enfermedad de hasta $1.200, asistencia a los patrones y la ampliación de beneficios para las personas que están desempleadas.
Su presidente, Donald Trump, ha enfatizado en repetidas ocasiones que quiere abrir la economía lo más rápido posible, y señaló que proximamente detallará cómo será ese proceso de revivir a las empresas.
Las proyecciones para Latinoamérica, tampoco son positivas. Según el FMI la región se sumirá este año en una aguda contracción económica del 5,2% por el golpe de las restricciones impuestas para contener el coronavirus, con una recesión prevista en prácticamente todas las economías.
En el caso de Costa Rica, las proyecciones apuntan que la economía caerá un 3,3%, según el Banco Mundial.
El gobierno nacional pretende destinar ₡377.078 millones para atender la primera etapa de la crisis en salud, ayudar a los desempleados y pagar la deuda pública.
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El resto de países centroamericanos, exceptuando a Nicaragua, coinciden en medidas como aplazar el pago de impuestos, flexibilizar el cobro de intereses por deudas y pagos de servicios públicos.
El problema con países de la región es que no se goza de una libertad fiscal, como la que sí viven potencias mundiales para hacerle frente al coronavirus.
Venezuela es el país con peores previsiones, pues su economía caería un 15%.
Colombia salió en la busca de auxilio internacional urgente para atender a los cientos de miles de migrantes venezolanos que están en su territorio en plena pandemia.
México es otro gran afectado con una disminución de su actividad económica del 6,6%. La respuesta de su mandatario, Juan Manuel López Obrador, fue que el gobierno ofrecerá un millón de créditos sin intereses y con tasas bajas a pequeños negocios, pero bajo ninguna razón se les eximirá de pagar impuestos.
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La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de las Naciones Unidas consideró que la región no tiene otra opción estratégica que avanzar hacia un modelo de desarrollo más sostenible a través de una mayor integración para mitigar los efectos de la pandemia del COVID-19.
"A diferencia de 2008, esta no es una crisis financiera sino de personas, producción y bienestar. Una situación de economía de guerra es demasiado importante para dejarla al mercado. Los Estados están asumiendo un papel central para suprimir el virus y los riesgos que afectarán a la economía y la cohesión social”, afirmó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal.
Paso a paso
Europa, con más de 80.000 muertos y cerca del millón de contagios, ya piensa en reactivar su economía y flexibilizar restricciones, como en el caso de Austria, donde algunos comercios ya abrieron sus puertas luego de un mes de cuarentena.
El punto flaco de los europeos, es que a sus autoridades les ha costado llegar a acuerdos que los favorezcan a todos como un bloque.
El primero paso lo dieron con la aprobación de 540.000 millones de euros para apoyar a Estados, empresas y trabajadores frente a la pandemia. Para llegar a esta conclusión fueron necesarias turbulentas negociaciones.
Mientras el dinero comienza a fluir en las diferentes arcas del bloque, España, el tercero en la lista con 17.489 muertos, reactivó la construcción y la industria debido a la disminución en el número de decesos y de contagios diarios; pero sigue el confinamiento vigente entre el resto de la población.
En Alemania, que llegó el lunes a 2.799 fallecidos, los especialistas recomiendan que la “normalidad” llegue por etapas.
Del otro lado de la acera, se encuentran países como Francia -con casi 15.000 muertos- que todavía no baja la guardia y extendió la cuarentena obligatoria impuesta desde el 17 de marzo, hasta el 11 de mayo. A partir de esa fecha en teoría los comercios podrán abrir gradualmente.
En Gran Bretaña, cuyo primer ministro Boris Johnson salió del hospital tras permanecer tres días en cuidados intensivos por coronavirus, las autoridades advirtieron que la cuarentena de tres semanas sigue en pie.
El saldo de la epidemia podría ser terrible en los países más pobres, y por esto el FMI anunció la aprobación de fondos para aliviar la deuda de 25 países pobres, casi todos en África, aunque también Haití.
Por esta razón el presidente francés, Emmanuel Macron, aseveró que Europa va a tener que ayudar a África a luchar contra el coronavirus anulando masivamente su deuda. Este tipo de declaraciones son atípicas y muestra las medidas económicas que podrían ser consideradas como históricas.
A menos que se detenga la pandemia, las economías y los mercados de todo el mundo continuarán su caída. Pero incluso si la pandemia está más o menos contenida, es posible que el crecimiento no regrese para finales de 2020.