El parque metropolitano La Sabana, el más grande de San José, podría lucir a futuro un nuevo paisaje luego del plan de intervención que prepara el Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (Icoder), ente que administra ese espacio urbano.
No obstante, será un cambio paulatino principalmente debido al costo. Además, hay varios puntos del plan que aún el Icoder tiene pendiente de definir.
Otra limitante es que La Sabana está declarada, desde 2001, como Patrimonio Histórico Arquitectónico de Costa Rica, lo que implica que se deben tener cuidados en la forma de intervenir el parque.
El punto de inicio
Donald Rojas, director nacional del Icoder, comentó a EF que ya son visibles los primeros pasos de este plan. Por ejemplo, recientemente se restauró la pista azul de atletismo y se construye una nueva piscina corta de 25 metros. Además, a mediados del 2023 se reabrió la piscina María del Milagro París tras una serie de mejoras.
Lo siguiente sucederá esta misma semana. El Icoder hará el lanzamiento de la nueva imagen gráfica de La Sabana, con base en un plan estratégico que fue el resultado de un convenio con la empresa Demo Lab.
Ese plan estableció que La Sabana se intervendrá a partir de cuadrantes, de acuerdo al presupuesto anual disponible del Icoder y de donaciones de privados. El plan total cuesta $6 millones.
“Vamos trabajando con presupuestos anuales, impacto poco a poco. Estamos trabajando muy de la mano con la empresa privada. Queremos tener bien identificado qué queremos hacer para que cualquier empresa, por medio de responsabilidad social, pueda ayudar”, explicó Rojas.
Este mismo año hay más cambios por ejecutar. El próximo paso será la intervención del bosque ubicado en la esquina noreste. Ahí se harán senderos, bebederos de agua y plantación de nueva flora.
Para final de año se espera también hacer mejoras en las canchas de baloncesto y el patinódromo.
En cuanto al Gimnasio Nacional, localizado en la esquina sureste, el Icoder espera publicar en el último trimestre del año la licitación para la adecuación de instalaciones eléctricas.
Por otra parte, las oficinas administrativas frente a las canchas de tennis se demolerán para construir en el mismo sitio nuevas estructuras que sirvan también como aulas de capacitación y espacios comerciales.
En el caso de los dos gimnasios anexos, que se usan principalmente para boxeo y gimnasia, se está levantando un fondo de inversión para remodelarlos, mencionó el funcionario.
Rojas afirmó que el Icoder espera lograr el 60% de la intervención total de La Sabana en los dos años que quedan de la actual administración.
Pero existen otros temas que quedarán para el futuro y decisiones pendientes de tomar.
¿Qué queda pendiente?
El director del Instituto comentó que quedarán para el futuro las mejoras en el lago, iluminación, senderos internos y canchas. Para dejar las bases de intervenciones venideras, la entidad pretende completar el plan maestro arquitectónico que sirva de guía para los cambios en todo el parque. También planea establecer un plan de mantenimiento.
En estos temas, que posiblemente los herede la siguiente administración, existen elementos aún sin definir.
En el caso del lago, Rojas comentó que la planificación debe darse pensando en las crisis climáticas del futuro, pues es un lago artificial que no tiene fuente de alimentación, por lo que se rellena con agua.
En principio la idea es mantenerlos porque el lago forma parte de un humedal urbano, pero la incógnita es de dónde se seguirá tomando el agua para llenarlo y si podría considerarse reducir el tamaño o la profundidad del mismo.
“Toda el agua que se va a utilizar en los lagos puede servir para que muchas personas subsistan”.
— Donald Rojas, director nacional del Icoder.
Por otro lado, la iluminación total de La Sabana es compleja por la dimensión del parque y por el tipo de luces necesarias. Rojas mencionó que todo este sistema cuesta unos $2,5 millones.
“La Sabana no siempre tiene que estar iluminada, debe estarlo cuando las personas transitan en ella porque hay un tema de ecosistema que hay que respetar”, señaló el funcionario en este tema. Por ello, se piensa en luces con sensor de movimiento que se enciendan cuando haya personas caminando y también se contempla el uso de paneles solares.
El Gimnasio Nacional es otra cuestión abierta a debate. Un proyecto del pasado pretendía demolerlo y reconstruirlo en el mismo sitio, pero Rojas contó que se descartó debido a su alto costo de $18 millones y principalmente porque el Centro de Patrimonio objetó que la propuesta ampliaba la huella constructiva del edificio, es decir, abarcaba más terreno de construcción. Lo anterior está prohibido debido a la declaratoria de La Sabana como patrimonio, lo que impide hacer nuevas construcciones o ampliar el terreno construido existente.
El plan actual es que la adecuación eléctrica alargue la vida útil del Gimnasio, mientras se vuelve a examinar la idea de construir un nuevo recinto pero fuera de La Sabana. El Parque de La Paz es una opción pero también otros terrenos en San José.
Por otra parte, sacar al Liceo Luis Dobles Segreda del parque no está en la mesa. Lo que sí se ha contemplado es transformarlo en un liceo deportivo cuyos estudiantes desarrollen diversos deportes aprovechando las instalaciones disponibles en La Sabana.
LEA MÁS: ¿Qué pasó con la Ciudad TEC en San José?
Esta sería una transformación gradual, pero la idea aún está poco madura y se trata de un proyecto costoso, dijo Rojas.
La Sabana se está convirtiendo en un polo de desarrollo inmobiliario. Sus costados norte, oeste y sur están viendo la aparición de nuevas torres corporativas y de apartamentos.
El Icoder quiere buscar aliados en estos desarrolladores, en el Estadio Nacional y en la Municipalidad de San José, para establecer como interés común el remozamiento del parque urbano, pues los mismos edificios usan al parque como parte de su promoción y atractivo.