Costa Rica trazó una Hoja de Ruta para el Fortalecimiento del ecosistema de Semiconductores. En ella se menciona que uno de los pilares de la estrategia son los “incentivos 2.0″.
A pesar de ello, en el plan de acción se enlistan ideas que aún no se llegan a detallar y que el Ministerio de Comercio Exterior (Comex) aseguró que “están planteadas como acciones de mediano y largo plazo, considerando que el tema requiere de un ejercicio de revisión y análisis exhaustivo”.
Comex está trabajando en la conformación del grupo de trabajo interno que se encargará de desarrollar parte del análisis. Ante esto, El Financiero consultó a expertos en inversión extranjera, tecnología y comercio exterior cuáles son los incentivos fiscales y no fiscales más atractivos para los fabricantes de chips.
Todos coincidieron en la capacitación de talento humano, el cual ya es uno de los pilares de la Hoja de Ruta. Pedro Beirute, exgerente de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer), destacó que el país debe apostar por incentivos de segunda generación como subsidios y disminución de cargas sociales.
Tanto Beirute como Vanessa Gibson, directora de Clima de Inversión de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde), indicaron que se deben fortalecer los incentivos ya existentes. Esto también lo destaca el documento de Comex que hace hincapié en que desarrollarán incentivos que estimulen la capacidad de investigación y desarrollo (I+D) de la que carece en el país.
Incentivos no fiscales
Comex plasmó el pilar de incentivos como una manera de robustecer el ecosistema de semiconductores en el país. Las dos etapas de análisis se dividen en incentivos fiscales y no fiscales ofrecidos por países competidores en la atracción de inversión de esta industria, y cuáles de estos se adaptan mejor a la realidad y valores de Costa Rica.
Los estímulos no fiscales son los que se pueden ofrecer en mayor medida en Costa Rica, según los expertos. Gibson destacó que la inclinación de los países en temas de incentivos se dirige hacia los no fiscales como “apoyo financiero que los gobiernos o Estados (emisores de incentivos) dan directamente a la empresa ya sea para subsanar la compra de terrenos e incluso subvenciones sobre la planilla”.
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La Hoja de Ruta traza cuatro pilares: talento, incentivos, atracción de inversión y mejoras regulatorias. Esos ejes se pueden resumir solamente en incentivos, ya que el talento, las mejoras a las normativas y los métodos para atraer inversiones son estímulos para captar ese público meta.
El país pretende afinar la mano de obra a través del Centro de Excelencia que está dirigiendo el Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) y en el cual se capacitará en materia de semiconductores. El plan piloto arrancará en el segundo semestre del presente año.
Pedro Beirute consideró que para atraer centros de enseñanza con alta tecnología es importante hacer ajustes en el Régimen de Zonas Francas (7.210). “Vi alianzas (en su paso por la industria tecnológica) público-privadas e incentivos a centros de estudio, por ejemplo en Colombia hay zonas francas para universidades, en Costa Rica las universidades no pueden operar dentro del régimen de zona franca”.
Si bien el país no tiene esa facilidad que menciona Beirute, ya tiene el apoyo de Arizona State University para capacitar mano de obra avanzada en materia de semiconductores. Además, Purdue University anunció que dará la malla curricular de su maestría en Ingeniería, con especialización en Microelectrónica y Semiconductores, y su maestría en Inteligencia Artificial.
A su vez, Costa Rica es el único país de la región que ha presentado una Hoja de Ruta dirigida al ecosistema de semiconductores. Aunque está claro que las ideas de incentivos que se mencionan en el papel de momento están solamente ahí y que apenas se trabaja en el análisis de las mismas.
Para Carlos Wong, presidente de la Asociación de Zonas Francas (Azofras), mantener y fortalecer el Régimen de Zonas Francas (7.210) es indispensable para garantizar seguridad jurídica a las empresas.
“La producción de semiconductores requiere procesos de trabajo de 24 horas al día los 365 días del año. Para estos procesos de alta tecnología se necesita una modificación en los temas laborales. El proyecto de jornada flexible es importante en el marco general de una estrategia de atracción de inversiones para el sector de semiconductores”, enfatizó Wong, y a la vez indicó que el país necesita tarifas competitivas en electricidad debido al uso que requiere esta industria que se mantiene productiva día y noche.
La ubicación, la estabilidad política y la infraestructura son incentivos que el país ya posee para atraer a las firmas de semiconductores o suplidoras de los mismos. No obstante, en infraestructura Beirute señaló que se debe ejecutar un ecosistema de innovación y 5G.
De esta manera se puede robustecer el nicho de diseño, ensamble y testeo; las voces expertas no consideran que se pueda competir en el área de fabricación debido a la contaminación que eso puede demandar.
Incentivos fiscales
Los incentivos fiscales tienen un nivel de complejidad mayor: deben pasar por el análisis y aprobación del Ejecutivo y el Congreso. No importa quién o cómo se haga una propuesta de incentivos fiscales basados en datos, al final los legisladores tendrán la última palabra.
La inversión extranjera genera ingresos a las arcas del Estado, además de empleabilidad, pero ceder en aspectos fiscales requerirá de mayor análisis. Como lo indicaron desde Comex, se deben analizar los incentivos fiscales que ejecutan los países competidores para determinar cuáles se adaptan mejor a la realidad costarricense.
“Yo sugeriría que los empleos por debajo de dos salarios base tengan una reducción de cargas sociales para que haya un criterio de equidad”, argumentó Beirute y añadió que en el país necesita un estímulo diferenciador para empresas que generen alta cantidad de empleo por encima de las 200 personas.
Vanessa Gibson comentó que en algunos países, con esquemas laborales distintos a los de Costa Rica, las empresas tienen la posibilidad de no pagar algunos impuestos sobre la planilla o que “el gobierno pague por dos años la planilla”.
El país se enfoca en desarrollar la investigación y desarrollo (I+D), y para eso analizan incentivos fiscales que dan otras naciones en los que proporcionan créditos equivalentes a un porcentaje de los salarios o la totalidad de los ingresos generados en el extranjero.
El gobierno plantea reducir la brecha existente en I+D y es por eso que analizan incentivos adicionales, tanto fiscales como no fiscales. Comex expuso en su Hoja de Ruta que los incentivos que se diseñen tendrán que ser valorados por la industria.
“Tenemos que tomar una decisión país ante un entorno fiscal internacional que posiblemente demandará la revisión de lo que ofrecemos al mundo, y en ese sentido estamos trabajando en consulta con los diferentes actores y mirando lo que han hecho otras jurisdicciones”, informó Manuel Tovar, ministro del Comex, en conferencia de prensa cuando se lanzó la Hoja de Ruta.
Malasia, Vietnam y México son algunos de los países avanzados en temas de incentivos. Por ejemplo, en octubre pasado México anunció las deducciones de impuestos que van desde un 56% a un 89% en inversiones hechas en 2023 y 2024, esto bajo el sombrero del nearshoring.