Pánico. Desazón. Perplejidad. El primer debate presidencial entre Joe Biden y Donald Trump dejó a los demócratas atónitos y en crisis ante la penosa actuación de Biden, una debacle jamás vista. El equipo de Biden había llegado a Atlanta con la esperanza de capitalizar un triunfo para quebrar el virtual empate en las encuestas y abrir el camino a la reelección. El presidente y su equipo dejaron el escenario con un problema nuevo: cómo contener la hemorragia y enfrentar el tsunami de demandas para que dé un paso al costado.
Las primeras horas posteriores al choque mostraron a los demócratas aturdidos, divididos. Biden, su campaña y sus aliados hacían lo posible para contener el daño de una actuación para el olvido. Desde el arranque, con su voz ronca y deshilachada, Biden se mostró frágil, dubitativo, zozobró de entrada, nunca se acomodó, y al final terminó por amplificar las dudas sobre su edad y su vitalidad para aguantar la presidencia otros cuatro años. Por lo bajo, y aun antes de la campana final, donantes, estrategas, operadores y congresistas en el Capitolio abrían en los medios –en off the record o directamente con nombre y apellido– un escenario impensado previo al duelo: que Biden se baje, y los demócratas busquen otro candidato.
“Creo que lo hicimos bien”, dijo Biden, ya pasada la medianoche, al responder preguntas de la prensa en un local de la cadena de comidas Waffle House, donde fue junto a su mujer, la primera dama, Jill Biden, a buscar comida para los empleados de su campaña. Pocos a esa hora coincidían con ese análisis. “Es difícil debatir con un mentiroso”, intentó el presidente.
Biden stops at an Atlanta Waffle House after the debate.
— MSNBC (@MSNBC) June 28, 2024
Reporter: Do you have any concerns about your performance?
Biden: No. It’s hard to debate a liar. pic.twitter.com/aMA0zeKBsP
Ya a esa hora, sus aliados hacían control de daños. La vicepresidenta, Kamala Harris, y el gobernador de California, Gavin Newsom, fueron las dos primeras figuras del universo Biden que salieron a defenderlo en entrevistas televisivas apenas terminó el debate, en un esfuerzo por torcer una narrativa que ya estaba instalada incluso desde antes de que terminara el choque. La campaña de Biden salió a instalar, con el debate a la mitad y después de una arranque muy flojo, que el presidente estaba resfriado. Fue inútil.
“En primer lugar, lo que vimos es que el presidente hizo un contraste muy claro con Donald Trump en todos los temas que le importan al pueblo estadounidense. Sí, hubo un comienzo lento, pero hubo un final sólido”, intentó defender Harris en una áspera entrevista con CNN. “Y lo que quedó muy claro a lo largo de la noche es que Joe Biden está luchando en nombre del pueblo estadounidense. En sustancia, en políticas, en desempeño, Joe Biden es extraordinariamente fuerte”, continuó.
Newsom les habló directamente a los demócratas que entraron en pánico: “Creo que es inútil y creo que es innecesario. Tenemos que metenernos y mantener la cabeza en alto. Y como digo, tenemos la espalda de este presidente, no se le da la espalda por una sola actuación. ¿Qué tipo de partido hace eso? Ha sido una clase magistral”, afirmó sobre la presidencia de Biden.
Hillary Clinton fue una de las primeras figuras históricas que salió a respaldar a Biden
“La decisión en estas elecciones sigue siendo muy sencilla. Es una elección entre alguien que se preocupa por ustedes (sus derechos, sus perspectivas, su futuro) y alguien que sólo lo hace por sí mismo. Votaré por Biden”, dijo en un mensaje en X.
Pero incluso algunas figuras demócratas muy cercanas a Biden reconocían en vivo que el presidente no estuvo a la altura de las circunstancias. “Fue una actuación en el debate realmente decepcionante por parte de Joe Biden”, reconoció Kate Bedingfield, que manejó la comunicación de la campaña de Biden en 2020 y fue su primera directora de Comunicaciones en la Casa Blanca, en un panel posterior al debate en CNN.
The choice in this election remains very simple.
— Hillary Clinton (@HillaryClinton) June 28, 2024
It's a choice between someone who cares about you—your rights, your prospects, your future—versus someone who's only in it for himself.
I'll be voting Biden. https://t.co/mxkpLIOEux
Misión fallida
Biden llegó a Atlanta con una misión prioritaria: despejar las dudas sobre su salud mental y su vigor para soportar cuatro años más en la Casa Blanca. Fracasó estrepitosamente. Desde el comienzo, con voz débil y su mirada por momentos perdida, el presidente mostró enormes dificultades para reaccionar y responder a los ataques de Trump, defender su gestión o articular sus propias posiciones con claridad, contundencia y coherencia.
La estrategia diseñada por su campaña de adelantar el debate, encerrarse una semana en la residencia oficial de Camp David para prepararse, y marcar un contraste nítido con Trump se escurrió como arena entre los dedos con cada tropiezo que amplificó las inquietudes por su edad. En un tramo del debate, Biden se enredó –algo que le ocurrió más de una vez– al responder sobre la frontera, y Trump, rápido de reflejos, asestó el golpe más claro de la noche.
“Realmente no sé qué dijo al final de esa frase. No creo que él sepa lo que dijo tampoco”, dijo.
“Los demócratas consideran lo impensable: es hora de que Biden se vaya”, era el título que abría la edición del sitio Politico esta madrugada, un artículo plagado de declaraciones en off the record de estrategas y operadores demócratas que ofrecían un brutal diagnóstico sobre el desempeño del presidente. Era literalmente imposible encontrar una lectura positiva acerca de Biden en la prensa. Una encuesta rápida de CNN indicó que el 67% dijo que Trump ganó el debate, en comparación con el 33% que dijo que ganó Biden. Dos de los columnistas más notorios del New York Times, Nicholas Kristoff y Tom Friedman, escribieron directamente que el presidente tiene que dar un paso al costado, y los demócratas deben buscar otro candidato. (Friedman es, además, amigo de Biden.)
La debacle comenzó apenas Biden lanzó la primera frase con voz temblorosa. Habían pasado unos minutos cuando resultó evidente que Biden, pese a las reglas ideadas por su campaña para blindarlo, jamás encontraría una versión convincente, aun en los temas en los que tenía una franca ventaja, como el aborto o la democracia. En un tramo sobre la deuda pública, Trump ninguneó la pregunta y habló de la frontera, su tema predilecto. Era su estrategia. Biden se enredó, confundió “multimillonarios” con “millonarios”, y terminó con una frase inentendible: “Podemos hacer que cada persona solitaria… sea elegible para lo que he podido hacer con, eh, con el Covid, o disculpe, con lidiar con todo lo que tuvimos que ver con, eh… Mire, si... finalmente vencimos a Medicare”, dijo Biden, antes de ser interrumpido por uno de los moderadores.
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“Si venció Medicare, lo venció hasta la muerte. Está destruyendo Medicare”, asestó Trump ágil, rápido de reflejos, enérgico, y firme, una imagen que dejó el contraste que buscaba, aun cuando desplegó las mentiras y exageraciones de siempre.
Mensajes disonantes
Muy lejos del escenario que imaginaban, la campaña de Biden tuvo que recalibrar y salir a reafirmar al día siguiente que Biden será el candidato presidencia demócrata, pese a la brutal presión desde todos los frentes. El sitio Axios describió el momento de los demócratas con un código de guerra utilizado por las Fuerzas Armadas: “DEFCON 1″.
“Por supuesto que no abandonará”, dijo el portavoz de la campaña de Biden, Seth Schuster. Pero esa conversación ya estaba instalada, con un gran denominador común: la respuesta final la tiene el propio Biden.
Jen O’Malley Dillon, presidenta de la campaña de Biden, había sacado un comunicado unos minutos después de finalizado el debate que dejaba al descubierto el mensaje que quería instalar la campaña, inocuo y desconectado de la realidad tras la actuación de Biden.
“Esta noche, el presidente Biden presentó una visión positiva y ganadora para el futuro de Estados Unidos, una visión en la que todos los estadounidenses tienen una oportunidad justa de alcanzar el sueño americano, en la que cada uno de nuestros derechos está protegido y en la que nuestro presidente lucha para fortalecer nuestra democracia, no derribarla”, dijo Dillon. “La actuación de Trump esta noche le recordó al pueblo estadounidense por qué lo despidieron hace cuatro años, y reforzó lo mucho que hay en juego este noviembre para el futuro de nuestro país”, agregó. Justamente por todo lo que está en juego, un coro creciente de voces pedía que Biden diera un paso al costado.