El nombre de Laura Fernández Delgado es ahora más reconocido que hace dos meses. En este corto período, la exministra de Planificación se convirtió en la principal vocera del gabinete de Chaves sobre la ley jaguar y sus planes de referéndum; fue designada como ministra de la Presidencia tras la salida de Natalia Díaz; y ahora están quienes la catalogan en redes sociales y entre corrillos políticos como la figura más fulgurante del oficialismo de cara a una eventual candidatura en 2026.
La notoriedad es un bien preciado en el contexto político y la ministra ahora la tiene. A menudo participa con el presidente Rodrigo Chaves en entrevistas, le acompaña en primera fila en eventos públicos y recibe sus elogios en conferencias de prensa: una bendición pública que no resulta menor, tomando en cuenta los altos índices de respaldo del mandatario tras dos años de gestión.
Fernández es una figura fresca en la escena política costarricense, aunque cuenta con un amplio bagaje como funcionaria pública.
Todavía no se había graduado como politóloga de la Universidad de Costa Rica (UCR) cuando ya se desempeñaba como asesora en el Ministerio de Planificación (Mideplán) y luego llegó a esa cartera como investigadora de planta. En el intermedio, también empezó a navegar por entre los corrillos del Congreso como asesora legislativa del del exdiputado Mario Redondo, en el Partido Alianza Demócrata Cristiana (PADC), entre 2014 y 2018; y luego volvió a acompañar al político como directora de Planeamiento Estratégico y jefa de despacho de la Municipalidad de Cartago, entre junio de 2020 y enero de 2022.
Quienes la conocen, destacan su productividad y su compromiso. Redondo incluso se anima a decir que tiene “cualidades de sobra” si quisiera ocupar la Presidencia de la República. Un interés que ella niega hasta ahora. En una entrevista con la periodista Evelyn Fachler, en Radio Columbia, negó cualquier aspiración presidencial aunque, matizó, “en este momento”.
EF remitió diversas consultas a la ministra de la Presidencia Fernández a través de un correo electrónico y se le planteó la posibilidad de realizar una entrevista. En un correo de respuesta, Presidencia indicó que las respuestas llegarán “en tiempo y forma según lo establecido en la normativa vigente”.
Su llegada al Gobierno
Fernández fue presentada como ministra designada de Planificación en el primer bloque de jerarcas anunciado por el presidente Rodrigo Chaves, el 22 de abril de 2024.
Según reconoció el presidente, él desconocía a la mayoría de ministros que habían sido seleccionados a través de una especie de concurso público, dirigido por Natalia Díaz.
Díaz no respondió a varios mensajes enviados por EF hasta el cierre de esta edición.
Entre las personas que se seleccionaron de esta forma estuvo Fernández, aunque con una condición especial. Una persona que integró el gobierno de Chaves recuerda que la ahora ministra de la Presidencia estaba especialmente agradecida por la oportunidad de dirigir el Mideplán, a pesar de que en aquel momento se encontraba en un adelantado estado de embarazo.
Ese agradecimiento quedó patente en otra entrevista para Noticias Columbia que se publicó en agosto de 2022, a solo 12 días de que naciera su hija, Fernanda. “El presidente me dijo ‘Laura, este puesto se lo voy a dar al mejor postor, sea un hombre o una mujer. Este usted o no embarazada, así que, si de las personas que vamos a entrevistar usted es la que tiene mejor perfil, tenga plena certeza de que embarazada o no ese puesto será suyo’... Viera qué respuesta, se me ponen los ojos aguados”, expresó.
Fernández tenía a favor para su designación un currículo curtido de experiencia en el propio Mideplán. Según se lee en su hoja de vida publicada por la cartera, fue asesora de los ministros Kevin Casas, Roberto Gallardo y Laura Alfaro, en los gobiernos liberacionistas de Óscar Arias (2006-2010) y Laura Chinchilla (2010-2014). Luego fue investigadora de la Unidad de Estudios Especiales de la Gerencia de Modernización del Estado entre mayo de 2018 y mayo de 2020, durante la segunda administración del Partido Acción Ciudadana (PAC).
Sin embargo, sus nexos política partidarios nunca fueron demasiado evidentes y sus labores se orientaron a la gestión técnica. El ligamen político más evidente de Fernández antes de participar en el actual gobierno, era con Mario Redondo y su partido relativamente pequeño.
No solo fue asesora parlamentaria de esa agrupación, sino que además buscó una diputación por San José en 2018, aunque sin éxito. Mario Redondo recuerda que Fernández “estuvo cerca” de ganarse la curul, pero la polarización del voto entre Fabricio y Carlos Alvarado alteró la votación. Finalmente el PADC solo recibió un 1,7% de los votos en la provincia.
¿Qué recuerda de ella Redondo? Que la conoció como una estudiante “aventajada” y que era extremadamente “productiva” como asesora. “Yo la conocí en una comisión de reforma del Estado, ella era estudiante y hacía un trabajo de apoyo en el Mideplán, era estudiante aventajada de su carrera. Me pareció súper productiva, seria, responsable, y eso me llevó a proponerle que fuera jefa de mi despacho en la Asamblea. Era una persona con la que yo me sentaba el lunes a planificar el trabajo de toda la semana y, para mi sorpresa, en la noche ya había hecho todo el trabajo de la semana”.
Dos años de calma y dos meses frenéticos
Ya en el cargo de ministra de Planificación, Fernández vivió dos años de relativa calma como jerarca del Mideplán hasta mayo de 2024, a pesar de que tuvo entre manos la entrada en marcha de la Ley Marco de Empleo Público en el primer trimestre de 2023.
El panorama empezó a cambiar en junio, cuando, todavía como ministra de Planificación, apareció junto al presidente para describir y defender la ley jaguar, como el gobierno bautizó al proyecto para convocar a una consulta pública sobre temas como límites al ámbito de acción de la Contraloría General de la República (CGR).
Esta aparición marcó un antes y un después en la percepción de su figura como política, aunque no se trató de un protagonismo sorpresivo. En las semanas anteriores, Fernández había sido una de las principales voces del Ejecutivo en contra de la legislación administrativa actual y también de las más críticas sobre la labor de la Contraloría General de la República (CGR).
“Es difícil para mí saber en qué momento se transforma”, dijo un viejo conocido suyo, bajo condición de anonimato. “Nunca la traté suficiente para descubrirle facetas disimuladas, pero no sé de dónde salió este personaje antisistema (...) Esta ‘ira’ que intenta proyectar en los videos, no estaba antes”, añadió.
Fernández ha rechazado tener una orientación antisistema. En una entrevista de abril afirmó que “el problema es el Estado de derecho que nos obliga a las instituciones públicas a hacer lo que la ley dice”. Sin embargo, más tarde aseguró que se refería a la necesidad de hacer reformas administrativas para dejar de trabajar con marcos normativos obsoletos que, según dijo al periódico La Nación, no se ajustan a “las necesidades contemporáneas” de la población.
Este 29 de julio, cerca del cierre de esta publicación, la Sala IV informó sobre la inconstitucionalidad de cuatro de los nueve artículos de la ley jaguar que revisó a solicitud del Tribunal Supremo de Elecciones (todos los que fueron consultados).
Según el politólogo del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica, Ronald Alfaro, esta puja será el primer gran reto de Fernández como ministra de la Presidencia.
Su primera reacción, junto con el presidente Chaves, fue calificar el revés como una victoria, en una conferencia de prensa que se sostuvo este 30 de julio. El mandatario y la ministra anunciaron la presentación de una nueva versión del texto que, según dijeron, sería “inmaculada” y “químicamente pura” desde el punto de vista constitucional.
Según Alfaro, este proyecto es una baza muy caliente para Fernández. Puede sacar rédito de un buen dominio discursivo sobre lo que pase con la iniciativa o puede quedar como la representante de un eventual fracaso, si así lo interpreta la opinión pública.
¿Sucesora de Chaves?
El exabrupto, durante esa conferencia de prensa sobre la nueva ley jaguar, en el que el mandatario mandó a callar a un periodista que cuestionaba las declaraciones de Fernández, es la más reciente muestra del padrinazgo de Chaves hacia la ministra.
La cercanía hace a algunas preguntarse si Fernández podría ser la persona que elija (o que ya eligió) el oficialismo para buscar la continuidad en Zapote a partir de 2026. A fin de cuenta, los otros dos jerarcas con una mayor preponderancia ya salieron del Ejecutivo (el exministro de Obras Públicas y Transportes, Luis Amador, y la exministra de la Presidencia, Natalia Díaz) y Fernández ha demostrado ser una vocera hábil, con presencia en redes sociales como TikTok y con un carácter fuerte ante niveles superiores de exposición.
Según el politólogo Alfaro, la mayor fortaleza de Fernández de cara a una eventual candidatura es al mismo tiempo su principal reto: se trata de una cara relativamente nueva en el escenario político a pesar de su protagonismo reciente. “El reto más grande sería construir su propio nombre, alejado de otras figuras, y eso no es tan fácil. Otro problema es con cuál partido político van a competir. Si estuviera resuelto lo del partido, la transición del poder es más sencilla, y se resuelve la candidatura, pero en este caso no es así”, anotó.
Sobre la vida privada de Fernández, hay pocos detalles que surjan a la vista y que parezcan especialmente relevantes para un perfil político suyo. Se le describe como la segunda de tres hijos en una familia tradicional de clase media o media-alta y hoy, a sus 38 años, tiene su propia familia, incluida su hija que pronto cumplirá los mismos dos años que han transcurrido del gobierno y de la entrada de la jerarca en la primera plana de la política costarricense.