Los trabajadores independientes y en condición de informalidad no experimentan su mejor momento. En el 2017 sufrieron una caída del 23% en sus ganancias en comparación con el 2015.
El año anterior reportaron una ganancia promedio mensual de ¢286.110 mientras que en hace dos años las utilidades eran de ¢373.967, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).
Es un golpe del que no se libran los trabajadores independientes más educados – graduados de secundaria y educación superior–. En el 2015, este grupo de trabajadores independientes tuvieron una ganancia promedio mensual de ¢537.239 pero dos años más tarde devengaron tan solo ¢390.342 al mes.
El tema cobra importancia cuando se toma en cuenta el peso de este sector -que se encuentra en la informalidad y no tributa- en la tasa de participación dentro de la fuerza laboral que en 2017 fue de 37,1%. Además el 42% desarrolla su actividad en el sector de servicios, uno de los más dinámicos de la economía nacional.
Los datos se desprenden de la Encuesta Nacional de Microempresas de los Hogares (Enameh) del 2017 y de la Encuesta Nacional de Hogares Productores (Enhopro), la cual estudia las condiciones en que laboran los trabajadores independientes que crean sus propias micro empresas con o sin empleados, pero siempre en la informalidad. En 2016 no se aplicó ningún instrumento de medición por lo que no hay datos estadísticos para ese año.
Emprender tiene su precio
En un país donde la tasa de desempleo se estanca en 9%, emprender, incluso de manera informal, puede ser una alternativa atractiva para muchas personas en edad de trabajar.
Sin embargo, las ganancias de estos trabajadores por cuenta propia distan mucho de presentar un comportamiento estable, y la tendencia en los años recientes es la baja.
En 2013 los trabajadores tenían una ganancia promedio de ¢432.985 y un año más tarde, se dio una contracción del 23,16% cuando solo percibieron ¢332.686.
En 2015 el sector tuvo un pequeño respiro al experimentar un crecimiento de 12,4% (¢373.967) en sus utilidades. Este incremento no fue sostenible en el tiempo, como evidencia la caída del 2017.
La mano de obra calificada no escapa de esta situación, ya que la disminución en las ganancias también se reflejan para este sector de la población.
En el 2013 los trabajadores independientes con educación secundaria o superior tenían una ganancia promedio de ¢684.719 y al año siguiente disminuyó 32,26%.
En el 2015 se dio un dinamismo del 15,82% cuando los trabajadores reportaron ganancias promedio por ¢537.239, sin embargo, en 2017 las ganancias cayeron 27,34%.
Estas bajas se dan cuando la cantidad de los trabajadores independientes en el mercado laboral tuvo una tendencia a la alza. En el 2013 se registraron 347.011 cuenta propias, mientras en el 2017 sumaron 417.934.
¿Cuáles son los factores de la economía nacional que podrían estar golpeando a los trabajadores independientes? El economista Alberto Franco, considera que la disminución de las ganancias podría ser un reflejo del insuficiente crecimiento de la economía y de su potencial para generar nuevas oportunidades de empleo.
Esta afirmación cobra fuerza porque en el 2017 el crecimiento de la economía fue de 3,2%, porcentaje inferior al del 2016 cuando la producción creció 4,2%. Para el 2018 este indicador será de 3,6%, menor al que proyectó el Banco Central de Costa Rica (BCCR) en julio anterior cuando estimó que el incremento sería del 4,1%.
Para Franco se debe de prestar más atención al crecimiento de la economía y el empleo, específicamente en la actualización de las destrezas de trabajo y simplificación de trámites. Además se debe reforzar la estabilidad macro, principalmente el desequilibrio crónico que experimentan las finanzas públicas, para tratar de solventar el problema.
Características
La situación de los trabajadores independientes cobra importancia en la economía nacional cuando se determina su peso en la fuerza de trabajo. La tasa de participación de este sector en la fuerza laboral pasó de 32% en 2014 a 37,1% en 2017.
La participación de estos trabajadores del sector informal es considerable, y más aún cuando en el 2017 el 42% desarrolló su actividad en el sector servicios, uno de los más dinámicos de la economía nacional. En ese mismo año el 23 % se dedicó al comercio, el 21% a industrias y el 14% a actividades agrícolas.
Las trabajos que desarrollan son muy diversos, en el sector agropecuario se da cultivo de café, plátano y la pesca artesanal. Mientras que en las industrias manufactureras los trabajadores se dedican a la confección de ropa y elaboración de productos de panadería.
Por su parte, el sector comercio se caracteriza por las ventas al por menor, pulperías, minisúper, bazares, además de varios tipos de ventas: por catálogos, abarrotes o callejeras.
¿Qué lleva a un trabajador a emprender? El año anterior el 48% afirmó que lo hizo por oportunidad, el 40% por necesidad y el 12% por tradición.
Efrén López es un comunicador de 34 años que lleva dos años como trabajador independiente. Él decidió emprender -tras 12 años trabajando en diferentes empresas- porque quería concluir su carrera de relaciones internacionales y tener más calidad de vida.
“Se necesitan diferentes mecanismos para conseguir clientes y así solventar mes a mes los gastos. En comunicación es complicado porque el sector no tiende a hacer contrataciones anuales. En mi caso me ha tocado trabajar por proyectos”, afirmó López.
Según López los ingresos son variables y dependen de la época, a inicios de año las contrataciones no fluyen tanto como en el último trimestre, cuando se hacen muchas fiestas o eventos en el sector en el que se desarrolla.
Con el desplome de las ganancias de los trabajadores independientes y con 204.000 personas desempleadas al cuarto trimestre del 2017, la próxima administración no solo enfrenta el reto de generar más puestos de trabajo, sino que debe de mejorar las condiciones de la economía para que miles de trabajadores independientes logren encontrar estabilidad.