La disputa entre Estados Unidos y China sobre la gestión de la crisis del nuevo coronavirus por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) va en aumento, mientras el mundo quiere estrategias conjuntas y acelera la búsqueda de una cura contra el COVID-19, que ya se ha cobrado más de 318.000 vidas.
Acusando a la OMS de ser una “marioneta de China”, donde brotó el virus a fines de 2019, el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó con congelar indefinidamente el financiación a esa agencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU) e incluso con retirar la membresía de su país si no hacía “mejoras sustanciales” en 30 días.
En respuesta, el gobierno chino acusó este martes a Trump de utilizar a China para "eludir sus obligaciones" ante la OMS. "Es un error de cálculo y Estados Unidos ha elegido el objetivo equivocado", afirmó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Zhao Lijian.
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Terciando en la polémica, la Unión Europea (UE) expresó este martes su apoyo OMS. "Es el momento de la solidaridad, no de señalar con el dedo o socavar la cooperación multilateral", dijo la vocera de la diplomacia europea, Virginie Battu.
La controversia estalló justo cuando se celebra la asamblea general de la OMS, en la que los 194 países miembros acordaron este martes la necesidad de una investigación independiente de la respuesta de la Organización ante la pandemia.
Este texto aprobado por consenso prevé lanzar "lo más pronto posible un proceso de evaluación imparcial, independiente y completa" de la acción internacional coordinada por la OMS ante la pandemia, incluyendo las decisiones de la organización durante el desarrollo de la crisis.
Tras un remedio o una vacuna
Trump considera que la OMS ignoró los informes sobre la aparición del virus y le reprocha ser demasiado indulgente con las autoridades chinas en su manejo de la pandemia de la COVID-19, que en Estados Unidos, el más castigado, deja mas de 90.000 muertos y ha contagiado a 1,5 millones de personas.
Pero a pesar de la tensión entre la OMS y Washington, signos de optimismo han surgido con los preliminares pero muy alentadores resultados para desarrollar una cura o una vacuna, en cuya producción están inmersos paralelamente más de un centenar de laboratorios del mundo.
En China, un medicamento en fase de prueba en la prestigiosa Universidad de Pekín ("Beida") permitiría no sólo acelerar la curación de los enfermos, sino también inmunizar temporalmente contra la COVID-19, dijo en entrevista con la AFP el investigador Sunney Xie.
Y en Estados Unidos, la empresa de biotecnología Moderna, una de las más avanzadas en la carrera por la vacuna, anunció resultados preliminares alentadores al probarla en ocho voluntarios, antes de realizar ensayos a gran escala en julio.
Para el presidente chino Xi Jinping una posible vacuna china sería un "bien público mundial". Y el presidente francés Emmanuel Macron también consideró que "todo el mundo debe tener acceso" a ella.
Pero mientras llega ese momento, Trump sorprendió al mundo anunciando que toma hidroxicloroquina -motivo de controversia entre los científicos- "desde hace una semana y media" con aprobación del médico de la Casa Blanca a pesar de presentar "ningún síntoma" de la enfermedad.
Comemos lo que encontramos
En América Latina y el Caribe, la COVID-19 dejó ya 30.600 decesos (de unos 548.000 contagiados), más de la mitad de ellos en Brasil, con más de 16.000 fallecidos, aunque los expertos consideran que las estadísticas esconden una realidad mucho más trágica.
En Chile, pobladores de una populosa comuna en el sur de Santiago se enfrentaron el lunes con policías en protesta por la falta de alimentos y trabajo. "Soy peluquera canina (...) Tengo 4 hijos, a mí (el gobierno) no me ayuda porque tengo un negocio", lamentó Paola Garrido.
Más al norte, en Venezuela, que decretó un toque de queda en un municipio fronterizo con Colombia, el coronavirus ha agravado su ya severa crisis económica. "Cocinamos con leña, comemos lo que encontramos", resume Héctor, patriarca de una familia de San Cristóbal, en el oeste del país.
En Perú, un motín desatado por temor al nuevo coronavirus en una cárcel dejó catorce heridos entre presos y guardias penitenciarios. Una treintena de presos han muerto por la COVID-19 y más de 645 se han contagiado en las hacinadas cárceles peruanas.
Aunque la situación sigue complicada en Ecuador, uno de los países latinoamericanos más golpeados -con casi 34.000 casos, incluidos unos 2.800 muertos-, Guayaquil, foco de la pandemia en el país, comenzará el miércoles a aligerar las restricciones.
Cuestionado por las severas medidas de confinamiento que han implicado el uso de la fuerza, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, condicionó que una apertura gradual de la economía del país el próximo 6 de junio debe ir precedida de una cuarentena "absoluta y estricta".
Un poco de aire a la economía
Mientras llega la cura para detener el coronavirus que ha contagiado a 4,8 millones de personas en el mundo, y en medio del temor a una segunda oleada de contagios, el mundo intenta dar un poco de aire a la asfixiada economía.
Para hacer frente al fuerte impacto económico en la UE, Francia y Alemania plantearon un plan de reactivación de 500.000 millones de euros.
Mientras, Europa, el continente más afectado con 167.668 fallecidos (1.919.572 contagios), seguía avanzando hacia el desconfinamiento, con la reapertura paulatina de bares y restaurantes en países como Portugal, Alemania o Dinamarca, y de sitios emblemáticos como la basílica de San Pedro en el Vaticano, el Mont Saint-Michel en Francia o la Acrópolis en Atenas.
España, otro país muy azotado por el virus con casi 28.000 muertos, avanza también en su desconfinamiento, aunque Madrid y Barcelona seguían bajo las restricciones.
Un 95% de los españoles considera necesarias o muy necesarias las medidas tomadas frente a la pandemia del coronavirus, según una encuesta del instituto público Centro de Investigaciones Sociológicas.
Sin embargo, la confianza en el ejecutivo de Pedro Sánchez en este momento de crisis aparece bastante dividida entre los encuestados. Desde hace una semana, en España hay protestas convocadas en redes sociales y respaldadas por partidos de derecha, en las que se pide la dimisión del presidente del gobierno. Corean "libertad", suenan cacerolas y lucen banderas de España.
En Medio Oriente, la Explanada de las mezquitas de Jerusalén reabrirá sus puertas tras el Eid al Fitr, las fiestas que ponen fin al Ramadán, que se celebran el próximo fin de semana.
Por su parte, Rusia, que se acerca a los 300.000 casos de contagio y suma 2.837 muertos, cree que su situación se estabiliza, al sumar menos de 10.000 casos adicionales por cuarto día consecutivo. Su primer ministro Mijail Mishustin retomó funciones el martes, tres semanas después de haber sido hospitalizado contagiado del virus.