Desde la escuela se aprende que Costa Rica se divide en siete provincias y que luego siguen los cantones y distritos. También se hace un repaso por las regiones, que agrupan cantones de distintas provincias que comparten dinámicas similares.
Sin embargo, esta división político administrativa proviene del siglo anterior: en el caso de las provincias, fue a inicio de siglo XX cuando Limón y Puntarenas llegaron a esa categoría tras ser comarcas, mientras que las regiones datan de los años 70.
Por eso, un nuevo estudio que el Ministerio de Planificación (Mideplán) adjudicó a la empresa GeoAdaptive, en alianza técnica y estratégica con la Fundación de la Universidad de Costa Rica para la Investigación (Fundevi), sentará las bases para una actualización de la regionalización del país.
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¿Por qué es importante ahora?
Costa Rica se divide actualmente en seis regiones de planificación: Brunca, Central, Chorotega, Huetar Caribe, Huetar Norte y Pacífico Central. Sus límites coinciden en algunos casos con los de las provincias, pero otras traspasan estas fronteras.
Esta división, creada en la década de los setenta, permite a la administración pública atender de forma diferenciada cada región, de acuerdo con sus características locales, los flujos económicos, entre otros factores.
No obstante, casi 50 años después de su establecimiento, esta división requiere una actualización que vaya acorde con las dinámicas actuales.
“Hay regiones que han sufrido cambios. Por ejemplo, Guanacaste con el desarrollo ligado al turismo y la agroindustria; o la zona sur, que está conociendo una dinámica asociada a la frontera con Panamá y al comercio internacional”, explicó Pascal Girot, director de la Escuela de Geografía de la Universidad de Costa Rica, que colaborará en el estudio.

Girot dejó claro que el objetivo es darle al Mideplán herramientas para modificar la regionalización o justificar cambios en el territorio de acuerdo a un criterio técnico, aunque la decisión finalmente es política y recaerá en las autoridades del momento.
“La regionalización ayuda a identificar y cerrar brechas entre regiones, promoviendo un desarrollo más balanceado y reduciendo desigualdades históricas”.
— Mideplán ante consulta de 'El Financiero'.
Las posibles nuevas provincias o regiones
El estudio se centrará en las regiones, los cantones y los distritos, y no exactamente en las provincias. Sin embargo, un elemento que Girot comentó, y que es petición del Mideplán, es tener criterios para establecer futuros límites territoriales, un factor que puede ser motivo de disputas políticas.
Para estos lineamientos se deben tomar en cuenta algunas características. Por ejemplo, los datos de la población son uno de los más básicos, pero también identificar cuál es el movimiento de la gente y los flujos comerciales, en esencia es conocer cómo se mueven las personas y los productos dentro de cada parte del país.
Otras entidades han solicitado anteriormente una actualización de la división del país. El Colegio de Ciencias Económicas es uno de ellos. En un documento titulado Nueva regionalización del país sería un paso fundamental en el camino hacia la reactivación económica, esa institución propone dividir las seis regiones actuales en 15 subregiones, basado en los conceptos de corredores productivos y clústeres.
“El punto de partida para recomendar una nueva regionalización para el país se sustenta en que el actual sistema ha dejado de ser funcional. Este no se ha adaptado a los cambios en el patrón de crecimiento y a la necesidad de promover un desarrollo económico más convergente”, indica el texto.
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Por ejemplo, en la propuesta se sugiere que los cantones de Upala, Los Chiles y Guatuso se integren con el de La Cruz, puesto que actualmente están separados en dos regiones. Otro caso es que los distritos peninsulares de Puntarenas (Cóbano, Lepanto y Paquera) se unan a cantones del sur de Guanacaste en una subregión.
Esos tres distritos han sido motivo de debate. Su unión al cantón de Puntarenas, y la provincia del mismo nombre, se debe a que antiguamente tenían relación de cabotaje con los puertos del Pacífico Central y el transporte hacia la ciudad portuaria era vía marítima. Sin embargo, actualmente las conexiones terrestres los acercan más a Guanacaste. De hecho, ha existido interés en constituirlos en un cantón separado, unido a esa provincia, una idea que apoya un movimiento comunal de la zona. Girot confirmó que esa será una de las zonas que estará bajo análisis.

En el pasado también ha habido propuestas de nuevas provincias. Una nota del diario La Nación del 2004 reseña que el Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM) propuso crear dos nuevas entidades: una provincia en la zona norte, con San Carlos, Guatuso, Upala, Los Chiles, Río Cuarto y Sarapiquí de Alajuela; y otra más en la zona sur, uniendo los cantones de Pérez Zeledón, Osa, Golfito, Coto Brus y Corredores. Esa idea era apoyada en ese momento por el Instituto Geográfico Nacional (IGN).
“La estructuración de provincias es irregular. Las siete existen desde 1909 y perdieron toda importancia excepto para la estimación de diputados. Todas tienen problemas limítrofes”, decía Eduardo Bedoya, director del IGN.
No obstante, ser una provincia no tiene prácticamente ninguna ventaja. Este nivel territorial perdió hace años la figura de gobernador, por lo que ahora carecen de gobierno. Su uso actual es como distritos electorales de diputaciones, pero la forma de elegir a los legisladores es otro tema que diferentes sectores piden actualizar.
“Es necesario adecuar la división territorial por provincias, cantones y distritos. Tiene que reflejar la dinámica de la población en el país, hay que adaptarla”.
— Pascal Girot, director de la Escuela de Geografía de la UCR.
No obstante, la división provincial tiene carácter constitucional y es un asunto de más largo plazo y de carácter político y algo sobre lo que el Mideplán no tiene injerencia. El artículo 168 de la Constitución Política indica que la Asamblea Legislativa podrá decretar la creación de nuevas provincias, siempre que el proyecto respectivo fuera aprobado de previo en un plebiscito que la Asamblea ordenará celebrar en la provincia o provincias que soporten la desmembración.
Los cantones y distritos, por su parte, se pueden aprobar por ley.
Ante consulta de El Financiero, ese Ministerio manifestó que el estudio no tiene como objetivo modificar la división política administrativa del país, sino generar un insumo técnico que recopile recomendaciones acerca de la funcionalidad y pertinencia de la actual división, para ser tomadas en cuenta dentro de la discusión de futuros proyectos de creación de cantones o distritos.
La región metropolitana
Girot confirmó también que uno de los temas que se discutirán en el proceso del estudio es el de la Gran Área Metropolitana (GAM). Este conglomerado urbano carece de un gobierno propio o una entidad que aglutine los intereses de su población; en cambio, se reparte en 31 cantones, lo que significa 31 diferentes gobiernos locales.
Décadas atrás se propuso crear un distrito metropolitano con un gobierno propio, con el fin de centralizar recursos para hacer frente al crecimiento urbano, el tránsito vehicular y otras preocupaciones que ya aquejaban a la ciudad en los años 70.
Para el geógrafo de la UCR, hoy está más que justificado contar con un gobierno metropolitano como lo tienen otros países, en los que sus capitales tienen incluso autonomía o conforman un territorio separado al resto del país. Sin embargo, esta idea podría chocar con jerarquías de las otras alcaldías.

Una idea es que este distrito metropolitano tenga un gobernante único que dialogue con los alcaldes de los cantones actuales.
En su propuesta del 2004, el IFAM reiteró una idea similar al sugerir la fusión de los cantones de San José, Tibás, Escazú, Moravia, Desamparados, Coronado, Curridabat, Montes de Oca y La Unión en uno solo.
Mideplán desaprueba más cantones
La partición del territorio no es precisamente la actividad favorita del Mideplán. La institución se ha quejado varias veces de la práctica de crear más cantones.
Ejemplos recientes son los cantones de Río Cuarto, Monteverde y Puerto Jiménez, fundados en los años 2018, 2021 y 2022, respectivamente.
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El Mideplán defiende que, para crear un cantón, el nuevo municipio debe tener, como mínimo, una población equivalente al 1% de los habitantes del país, lo que actualmente significan unas 51.000 personas. Aún así, hay otros criterios como la lejanía, aspectos socioeconómicos y dificultad de comunicación con los centros administrativos municipales que se toman en cuenta.
Otro argumento del Mideplán es que crear cantones conlleva costos y, especialmente, el reto de la subsistencia de la nueva municipalidad, algo con lo que concuerda Girot.
“Un cantón que tiene un buen estudio técnico se justifica, el problema es crear cantones que no son viables económicamente”, agregó el geógrafo. Esto se refiere a que las nuevas municipalidades deben poder recoger los impuestos suficientes para funcionar, sin depender de partidas del gobierno central.
A pesar del llamamiento del Ministerio, los proyectos en este sentido no paran. En la Asamblea existen propuestas para convertir en cantones al distrito de Colorado de Abangares y al concejo de distrito de Tucurrique, que pertenece a Jiménez, en Cartago.