Obtener una maestría o un doctorado es un anhelo para muchos profesionales. Sin embargo, este nivel de especialización tiene muy poca demanda, al menos en el sector servicios, ya que solo el 2,4% de esta industria lo exige como un requisito mínimo para obtener un trabajo.
La cifra se desprende de la Encuesta Nacional de Puestos de Trabajo realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) que recopiló datos sobre la formación académica que exigía el sector servicios durante el 2018.
De acuerdo con el Banco Central de Costa Rica (BCCR), esta industria es la que más aporta al producto interno bruto (PIB). Dicho sector pasó de representar el 64% de la producción total, en el 2012, al 68% en el 2017, según datos publicados por el diario La Nación.
Ocupar una gerencia o desempeñarse como director son algunos de los puestos que sí requieren de un posgrado, pero este no es el único requisito, ya que también son indispensables la experiencia previa y la disponibilidad de horarios, señala la encuesta.
Dos reclutadoras indicaron a EF que el mercado valora otros aspectos como las habilidades blandas, el manejo de idiomas y el conocimiento de paquetes avanzados de computación.
“La maestría y el doctorado siempre van a enriquecer el curriculum vitae del profesional, pero no solo por esto se obtiene un empleo. La persona puede sacar una maestría, pero se tiene que ir enfocando en habilidades blandas, sobre todo las personas jóvenes con maestría y sin experiencia”, manifestó Alexandra Montero, gerente de Reclutamiento de Manpower en Costa Rica.
Poca demanda
Si un profesional del sector servicios cree que invertir en una maestría o un doctorado le abrirá más opciones laborales en el futuro, es mejor que lo piense dos veces. Los datos de la Encuesta Nacional de Puestos de Trabajo demuestran que esta industria prioriza a quienes tienen bachillerato y licenciatura (35,4%).
“Las empresas privadas no solo se enfocan en posgrados; hay puestos altos de gerencia que no solicitan una maestría, sino una licenciatura”, manifestó Andrea Calvo, jefa de Operaciones en Costa Rica de People Working.
Secundaria completa (27%) ostenta el segundo lugar, seguido de primaria completa e incompleta (12,4%). Después están el técnico medio (7,2%), otros –como técnico con primaria concluida o diplomados universitarios– (9,6%) y, en último lugar, los posgrados (2,4%).
En otras palabras, poco más de una tercera parte (35,4%) de los puestos de trabajo del sector servicios exige como grado mínimo el bachillerato o la licenciatura, y solo el 2,4% necesita un posgrado, según explicaron Odilia Bravo, coordinadora de la encuesta, y Luis Daniel Gutiérrez, encargado de crear la metodología del estudio.
La oferta para quienes tienen un posgrado es poca, al menos en el sector servicios. Sin embargo, en el otro lado de la acera, los profesionales continúan invirtiendo en ese camino para fortalecer su formación académica.
La demanda de maestrías van en aumento: de acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Rectores (Conare), las matrículas crecieron 11% en las universidades públicas.
Ahora bien, si el profesional desea estudiar una maestría o doctorado, podría tener en cuenta los trabajos en los que se solicitan posgrados. Cuatro sectores en los que sí se requiere como grado mínimo un alto nivel de especialidad son enseñanza (23,16%), labores científicas y técnicas (20,9%), de información y comunicación (13,60%) y actividades financieras y seguros (13,07%).
Otra valoración importante es el hecho que para algunos puestos es indispensable la experiencia laboral, además de un grado de maestría o doctorado, de acuerdo con el estudio.
Esto es cierto sobre todo en direcciones o gerencias de hoteles, restaurantes, comercios, actividades de ciencia e ingeniería; en tecnologías de información y comunicaciones; derecho, ciencias sociales y culturales, así como profesionales de nivel medio en operaciones financieras y administrativas.
Enriquecer perfil laboral
Tener un posgrado no es un as bajo la manga si el profesional no refuerza sus habilidades blandas, maneja un segundo o tercer idioma ni tiene experiencia laboral, un talón de Aquiles para los jóvenes que solo se han enfocado en su formación académica.
“Un curso o una certificación que sea complementaria con la parte técnica es importante. Tampoco hay que dejar atrás las habilidades blandas como la comunicación. Tener conocimiento en Excel avanzado y otros programas que no se ofrecen en la oferta académica puede hacer la diferencia”, concluyó la gerente de Reclutamiento de Manpower.
Actualmente, el mercado valora las habilidades en comunicación, pensamiento estratégico, innovación, resolución de problemas y liderazgo. Además, tienen un peso sustantivo en cómo la persona se podría adaptar al clima laboral y cómo enfrentaría diferentes escenarios.
Según las fuentes consultadas, la formación académica no lo es todo. Para la gerente de reclutamiento de Manpower Costa Rica, los estudios universitarios pesan cerca de 30% en la selección de un candidato. Por ejemplo, si una persona cuenta con bachillerato, tiene amplia experiencia, maneja un segundo idioma y se ajusta a otros requerimientos, la contratación es casi inmediata.
Por su parte, la jefa de operaciones de People Working en Costa Rica indicó que la balanza entre lo académico, por un lado, y las capacidades y habilidades blandas, por el otro, es de 50-50.
Una maestría o doctorado puede jugar en contra del profesional si este opta por un puesto de trabajo que no requiere ese grado académico y si la persona tiene pretensiones salariales acordes con su formación académica, según la reclutadoras consultadas.
El posgrado podría convertirse en un plus para el profesional si sus pretensiones salariales se adaptan a las condiciones de la empresa, por ejemplo, si el puesto requiere de una licenciatura y el candidato se ajusta a un pago de licenciado, según la jefa de operaciones de People Working en Costa Rica.
La Encuesta Nacional de Puestos de Trabajo solo consultó a las empresas sobre los requisitos que necesitan y no ahondó en si los posgrados se pagan. Aunque el reconocimiento salarial depende del tamaño de la empresa, las compañías nacionales no suelen reconocer este grado académico. En contraste, las transnacionales sí pagan salarios que respaldan estos estudios, dijo Calvo.
En el caso de los profesionales jóvenes que cuentan con una maestría, pero no tienen experiencia profesional, lo más recomendable es realizar una pasantía, una práctica o un voluntariado para que no tengan problemas a la hora de insertarse en el mercado laboral.