La administración Alvarado Quesada terminará su cuatrienio sin alcanzar una reorganización de las más de 300 instituciones públicas estatales y no estatales. Apenas hubo tiempo para cerrar el antiguo Fondo Nacional de Becas (Fonabe) y trasladar sus funciones al Instituto Mixto de Ayuda Social, y para suprimir seis entidades adicionales que ya permanecían inactivas.
El presidente Carlos Alvarado sí mencionó que desea dejar al menos en discusión un nuevo proyecto para fusionar las instituciones del sector vivienda. Además, la ministra de Planificación, Pilar Garrido, asegura que se trabajó en la realización de estudios técnicos y en la redacción de un proyecto para eliminar duplicidades en órganos desconcentrados, el cual está listo para su presentación desde hace varios meses; pero que ha tenido que esperar por cuestiones de “estrategia política”.
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EF conversó con la ministra Garrido. Ella considera que los procesos de reestructuración prometidos por el Ejecutivo pagaron la factura de la pandemia de COVID-19 y la priorización de su atención; así como de la decisión de impulsar con mayor ahínco la reforma al empleo público, la cual se consideró más importante por cuestiones fiscales, de justicia remunerativa y de estabilidad estatal.
Al revisar los discursos de los últimos años hay una gran cantidad de promesas de reestructuración. En 2020, el ministro de Hacienda de entonces decía que se iba a presentar un proyecto para reorganizar órganos desconcentrados. ¿Qué pasó para que un día se hablara de esa iniciativa y luego ya no?
– En ese momento vino la pandemia y reacomodó las prioridades. También la prioridad nuestra fue el (plan de) empleo público. Desde la óptica fiscal por el rendimiento que implicaba y por el impacto que tiene en términos de eficiencia y de transformación. La apuesta fue empleo público y creo que ha sido un proceso muy duro, muy difícil.
El otro tema (reorganización de órganos desconcentrados) lo presentamos y lo incorporamos dentro de la primera propuesta al Fondo Monetario Internacional (FMI) y recuerdo que en aquel momento hubo conmoción en las calles. Entonces lo que se hizo fue reformular esa ruta de consolidación fiscal y en la parte de rediseño se prescindió de esto, y se fortaleció únicamente con el plan de empleo público como medida macroestructural.
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Usted me ha dicho que la investigación ya se hizo y que la iniciativa para reorganizar los órganos desconcentrados está lista. ¿Qué piensa, como jerarca del Mideplán, de que se haya relegado este proyecto?
— Hemos entendido que la prioridad es empleo público, tanto por su potencial de ordenar la administración pública como de poder corregir algunas disparidades que existen.
También fue prioridad porque (la reforma al empleo público) puede resguardar y fortalecer la calidad de los servicios públicos que se brindan y porque es uno de los criterios fundamentales dentro de la estrategia de consolidación de las finanzas públicas. Además, es una medida macroestructural del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En esa lógica de priorización, hemos entendido que había que avanzar y darlo todo allí.
Esperamos que en caso de ser aprobado (el plan de empleo público) en los próximos días, entonces podamos avanzar con la reforma de órganos desconcentrados y dar la discusión en el tiempo que queda, si esa es la decisión de las autoridades del Ministerio de la Presidencia.
La premura nunca es buena aliada. Al final el tiempo tiene expresiones distintas y si logramos consolidar la reforma al empleo público, habremos contribuido muchísimo a la reforma del Estado costarricense. Aunque ojalá quede tiempo para lo otro también.
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¿Por qué no impulsaron ambos proyectos, existiendo varias comisiones legislativas para ese fin?
— Ese es un tema de prioridades y nosotros entendemos que la prioridad es empleo público y luego, ojalá, poder avanzar (en la reforma institucional). Pero esa decisión al final no es resorte de Mideplán sino del Ministerio de la Presidencia. Es un tema de estrategia de Presidencia y ahí estaremos, seguiremos trabajando hasta el último momento en esos temas.
Recientemente el presidente Carlos Alvarado dijo que trabajaría para impulsar un proyecto para fusionar instituciones del sector vivienda antes de dejar su mandato. ¿Cómo encaja eso dentro de los planes de este gobierno y de Mideplán?
— En ese caso nosotros hemos venido acompañando el proceso cuando el sector así lo ha querido, pero ha sido un asunto liderado por el sector, que se está depurando en este momento y que será presentado hacia finales de la administración, como señaló el señor presidente.
Después de cuatro años, le pregunto: ¿Es suficiente un período de gobierno para realizar reformas al diseño institucional y tener resultados más palpables?
– Estos son procesos complejos porque hay que entrar a ver todos los diagnósticos, los resultados... hacer evaluaciones sobre la gestión de las instituciones y entrar a profundidad en cada una de ellas… son temas complejos y hemos logrado avanzar en estas áreas y esperamos que se conviertan en proyectos de ley y si no, por lo menos, que Mideplán vuelva a ser esa conciencia en términos de cómo está el Estado y pueda sugerir modificaciones a la luz de evidencia y de investigación aplicada.
Confío en poder por lo menos presentar (el proyecto) y que ojalá pueda ser retomado por otras autoridades, porque hay una discusión que parte de temas esencialmente presupuestarios y del tamaño del ahorro que genera, pero realmente la discusión de fondo debe ser otra: qué tanto se le aporta bienestar a la gente con eficiencia y eficacia.
Esa discusión creo que se puede dar y que si no hubiera mediado una pandemia, quizás hubiera sido distinto el destino de algunos de estos proyectos sin ella. Si no hubiera sido tan inmensa esa discusión y tan larga, con casi tres años en ese proceso, quizás los cuatro años nos hubieran rendido un poco más, en términos de la reforma de desconcentración.
No obstante, esperemos a ver al final si logrará ser presentada esa reforma y si puede avanzar. Creo que hay suelo fértil, por algunas manifestaciones de candidatos electos para retomar algunas de estas discusiones en la Asamblea Legislativa próxima y creo que también esa ha sido una de las cosas en las que Mideplan ha abierto camino, de poder plantear discusiones con estudios técnicos, con evidencia. Eso es muy importante cuando se habla de diseño institucional y de bienes y servicios públicos.
No se trata de cerrar ‘equis’ cantidad de instituciones solamente porque sí, sino con un propósito, una visión y una competencia, y tiene que privar el interés público en esos procesos. En eso hemos estado trabajando.