María Fernanda Garza, presidenta de la Cámara de Comercio Internacional (ICC, por sus siglas en inglés), visitó Costa Rica para promover la integración al Convenio de Singapur y que el país agilice, a través de la mediación, acuerdos de transacción internacional. Del mismo modo, se reunió con autoridades de gobierno para conversar y conocer el estado de la digitalización de documentos ligados al comercio internacional en territorio nacional.
Garza fue elegida como presidenta de la ICC en el 2022 y se convirtió en la primera mujer, y latinoamericana, en ocupar el puesto. Además, es la primera vez que una persona dueña de una pyme llega a la presidencia de este ente internacional.
La pandemia, la crisis de los contenedores, la invasión a Ucrania y aires de una posible recesión tienen al comercio internacional pendiente de cualquier movimiento distinto que se de en los mercados. Ante este panorama, EF conversó con Garza sobre las medidas proteccionistas que se dieron por esos eventos, los modelos de producción que se fortalecieron y las trabas existentes para las pymes.
A un año de la invasión rusa a Ucrania, ¿cómo se ajustaron al conflicto las cadenas mundiales de producción?
La guerra en Ucrania afectó directamente a los mercados energéticos, a los mercados de alimentos, puso presiones inflacionarias en otras industrias y eso es lo que estamos viviendo ahora. Incluso las presiones inflacionarias continúan y para este año que inicia tenemos muchos focos rojos parpadeando constantemente sobre una posible recesión mundial.
Hemos visto como a partir de la crisis de financiera de 2008, que fue donde todo esto se empezó a gestar, el proteccionismo se fue a la alza y, en automático, al haber más proteccionismo empezó a disminuir el volumen del comercio internacional.
¿Los problemas de aprovisionamiento, a raíz de la pandemia y la guerra en Ucrania, dan validez a la defensa de la soberanía alimentaria?
Si bien el tema de la soberanía alimentaria es sumamente importante, hay muchos países que no tienen la capacidad de hacerlo y necesitan de la solidaridad mundial para llevarlo a cabo.
El tema más preocupante para este año es el de los alimentos que se producen localmente, no solamente en Ucrania, sino en el resto del mundo. Vamos a tener un déficit de fertilizantes. Eso aunado a los efectos del cambio climático.
El resultado final es que la agricultura no puede llevarse a cabo como siempre y no tienes esa producción de alimentos. Eso va a ser un problema muy serio.
¿Qué acciones deben tomarse para paliar estos problemas?
Nosotros, como dice ICC, estamos insistiendo en que se quiten los fertilizantes de la lista de las sanciones a Rusia. También estamos promoviendo otras formas de agricultura que no requieran tantos fertilizantes y que son más sustentables.
Dentro de la guerra, el año pasado logramos desatorar el tema de los alimentos que estaban en los silos en Ucrania. Con el apoyo de ICC Ucrania, de ICC Turquía y de las cámaras de comercio de la región armamos un plan de cómo sacar de Odessa todos los granos que estaban en los silos acumulados para llevarlos a todos estos países que los necesitaban tanto.
¿Cómo sale la globalización de años difíciles, no solo por la pandemia y la guerra, sino por el surgimiento de tendencias proteccionistas en el mundo?
Ese es un problema muy grave. A raíz de la crisis financiera (2008) lo empezamos a ver. Es una respuesta esperable, pero que que causa muchísimo daño.
Si no trabajamos todos juntos de la mano, cooperando países con países, y los países con el sector privado, no vamos a poder dar solución a estos problemas.
Con las tensiones entre EE.UU. y China, ¿veremos un crecimiento del friendshoring?
Desde el principio de la pandemia había muchas voces que llamaban al final de la globalización. Lo que hemos visto nosotros en ICC es que sí ha habido una reconfiguración de las cadenas de valor. Sin embargo, esa salida dramática de empresas y reposicionamiento por el nearshoring o friendshoring sí se está dando, pero muy selectivamente.
Lo que está sucediendo es que vemos que las empresas se están diversificando. Si antes tenían cinco proveedores en un solo país, hoy en día están buscando tener los mismos cinco proveedores y en cinco países o regiones diferentes. Porque por un lado tienen el cambio climático que afecta de repente una zona del mundo y por el otro lado también hay afectaciones por fenómenos políticos o sociales. Entonces también quieres estar muy diversificado.
Ha habido un cambio en la manera de producir de las empresas. Las empresas que van a ser exitosas en este nuevo modelo son aquellas que son muy flexibles.
¿Cómo está Costa Rica en ese nuevo modelo de negocios?
Costa Rica se ve muy bien. Uno de los proyectos que estoy promoviendo durante esta visita es la digitalización de los documentos del comercio internacional, que hoy en día parece absurdo pensar que solamente el 1% de las transacciones comerciales internacionales es digital.
Lo que estamos buscando es que todo este proceso pueda ser digital porque nos estaríamos ahorrando 4.000 trillones de papeles que en este momento están circulando en el mundo por transacciones. Tenemos que llenar en promedio en el mundo, para una transacción internacional, 27 formatos distintos con la misma información a mano. Eso es fuente de errores.
Costa Rica está entre los países más avanzados. Fue una muy grata sorpresa que me llevé porque Costa Rica ya tiene ratificado el acuerdo de facilitación al comercio de la Organización Mundial de Comercio (OMC). La ley de Costa Rica de comercio está bastante avanzada. Entonces nada más hay que revisar qué se requiere para actualizarla. Pero ya lo tienen. No avanzaron en el tema de ciberseguridad, pero ya lo vieron.
¿De qué manera es efectivo repartir los beneficios de la integración comercial entre las pequeñas empresas locales?
Precisamente es el meollo de nuestra iniciativa de digitalización. Hoy las pymes del mundo no están participando de los beneficios de la globalización y del comercio internacional. Una de las razones más importantes es por lo arduo del proceso de exportación, de todos los trámites que hay que hacer.
De todas las empresas que ingresan al mercado de las exportaciones, el problema es que el 90% no van a durar más del primer año, van a quebrar.
Todas nuestras políticas públicas deberían ir encaminadas a que ese emprendimiento tenga las condiciones necesarias para seguir viviendo y para seguir creciendo y convertirse eventualmente en una empresa mediana. Lastimosamente en la mayoría de países no existen las condiciones ni el apoyo que necesita el emprendedor.