Durante la década comprendida entre 2008 y 2018, Costa Rica duplicó su tasa de crecimiento anual de productividad laboral. Sin embargo, su nivel es casi tres veces menor al promedio de las naciones que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El país ha mejorado, pero aún debe superar una brecha considerable para llegar a parámetros semejantes a los de países desarrollados.
La productividad es la capacidad que tiene un país para fabricar más bienes y servicios con menos recursos, es decir, usar los factores de producción de la manera más eficiente.
LEA MÁS: El mito de trabajar más horas para ser más productivos
Las naciones que logran tener mayor productividad generan un crecimiento económico elevado, sostenido e inclusivo en el tiempo, esto se traduce en mejores ingresos para sus ciudadanos y en una reducción significativa de problemas estructurales como la pobreza, el desempleo, la informalidad y la desigualdad.
Para comprenderlo mejor basta con ver la capacidad de generación de dinero por hora trabajada, Costa Rica produce $20 frente a los $56 que reportan los países de la OCDE.
Los datos se desprenden del estudio La productividad en Costa Rica, elaborado por los economistas Gloriana Ivankovich y Josué Martínez, y publicado por la Academia de Centroamérica, en enero del 2020.
Pero no todo es malo en esta materia para una nación centroamericana que se encamina a ingresar al “club de los países ricos”. Sin embargo, quedan muchos retos pendientes en áreas como infraestructura, educación, competencia, Inversión Extranjera Directa (IED) y mercado laboral.
Metamorfosis productiva
La capacidad de producir bienes y servicios de la forma más eficiente y eficaz posible, puede marcar la diferencia para el futuro de una persona, empresa o país. Es la oportunidad para que su economía crezca a mejor ritmo durante largo tiempo.
“La productividad no lo es todo, pero, en el largo plazo, es casi todo. La habilidad de un país de mejorar su nivel de vida a lo largo del tiempo depende, casi exclusivamente, de su habilidad de aumentar su producto por trabajador”, así lo define Paul Krugman, premio Nobel de Economía.
La transformación para alcanzar esta meta no se produce de un día para otro, es el resultado de una estrategia nacional en la que convergen políticas públicas, esfuerzos del sector privado y el comportamiento del mercado.
Jorge Mora es un ejemplo de metamorfosis orientada a la productividad. Su vida laboral inició muy joven en los campos agrícolas de su abuelo, en San Ramón de Alajuela; con el paso del tiempo dejó de trabajar en el sector primario y pasó a actividades de servicios como el transporte de personas y el mercado inmobiliario.
En 2014 entendió que para ganar más dinero debía apostar por un negocio innovador basado en tecnología y eficiencia para conseguir un rendimiento alto. Viajó a China con su esposa Magally Infante, en esa nación trabajaron y aprendieron sobre procesos industriales de producción de cápsulas de gel suave.
Regresaron al país y en 2016 abrieron su propia planta de fabricación de cápsulas, suplementos alimenticios y productos botánicos naturales. Su negocio, Pro Cápsulas, se basa en el principio de alta productividad respaldado por procesos eficientes −certificados a nivel internacional− lo que les permite crear 48 marcas para el mercado nacional y más de 280 para exportación.
El caso de esta empresa costarricense que ya expandió su operación a Toledo, España; no es casualidad. El estudio de la Academia de Centroamérica concluye que hay una combinación de elementos que explican porqué la productividad de Costa Rica mejoró considerablemente en la última década, pese a que todavía no alcanza el nivel de los países de la OCDE.
Detrás del crecimiento
Costa Rica dedica más horas a la producción de artículos y servicios en comparación con otras naciones del mundo. Esto plantea que para lograr niveles de ingreso más altos para la población es necesario avanzar en cambios que ayuden a mejorar el rendimiento costarricense.
Pero, ¿cuáles son las razones detrás del crecimiento de la productividad en los últimos diez años?
Modelo de desarrollo: apostar por la apertura comercial desde mediados de la década de los 80 y por la financiera desde finales de los 90 son factores que impulsaron al país y le permitieron aprovechar ventajas comparativas como las innovaciones tecnológicas, uso de mano de obra calificada, IED y acceso a mercados externos.
Un estudio publicado por el economista Édgar Robles, en junio del 2019, (Crecimiento de la productividad total de los factores en Costa Rica e inestabilidad macroeconómica), evidenció que el cambio en el modelo fue positivo para estimular el crecimiento que sólo se vio interrumpido por las crisis internacionales del 2000 y del 2008.
LEA MÁS: La importancia de la política de competencia
Robles también señaló que los impedimentos al comercio exterior expedito de productos agrícolas (por políticas públicas o razones logísticas) hacen que el país utilice la tierra para producir alimentos de consumo local en lugar de aprovechar sus ventajas para exportarlos.
Las fijaciones de precios inducidas por el Gobierno, como la del arroz, crean una barrera que impiden a los agricultores evaluar de manera correcta la rentabilidad de sus cultivos y eso afecta la implementación de mejores prácticas en la producción.
Impulso del sector servicios: otra de las razones detrás de la mejora se explica por el comportamiento de los servicios.
LEA MÁS: Servicios pagan mejores salarios aunque multiplican menos empleo
“Aunque la tendencia del Producto Interno Bruto (PIB) por hora trabajada en los otros dos sectores (primario e industrial) es creciente, se denotan importantes diferencias: el sector primario muestra un nivel bajo de productividad laboral, el sector industrial mantiene un nivel alto, aunque volátil en años recientes. Por el contrario, los servicios crecen de manera sostenida a partir de 2005”, apunta el estudio de Ivankovich y Martínez.
Cambio en la estructura productiva: existe un desplazamiento de horas trabajadas en el sector primario (agricultura, pesca, minas y canteras) e industrial hacia los servicios, sobre todo a las actividades económicas con altos niveles de productividad laboral como finanzas, seguros, transporte, almacenaje y comunicaciones.
La apertura de los mercados de seguros (2010) y telecomunicaciones (2011) influyeron en este resultado favorable.
Más actividades aportan: la cantidad de actividades económicas que mejoraron sus aportes a la productividad nacional creció entre 2008 y 2018 con respecto al periodo 1992-2008.
Retrato de la productividad
Es importante explicar que el estudio de Ivankovich y Martínez analiza la evolución de la productividad en Costa Rica entre 1991 y 2018 con base en dos medidas utilizadas en la literatura económica; la productividad laboral y la productividad total de los factores.
La primera relaciona la producción nacional con un único factor que es el trabajo. Utilizaron el PIB estimado por el Banco Central de Costa Rica (BCCR) entre el número de horas trabajadas proyectadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
La segunda mide la eficiencia con la que se utilizan y combinan todos los factores de producción utilizados. Normalmente se le conoce como progreso tecnológico.
Para calcularla descuentan del crecimiento del PIB la porción que corresponde al aporte del aumento de la cantidad de los factores que se pueden cuantificar como, por ejemplo, horas trabajadas, número de trabajadores, maquinaria, equipo y edificios.
La productividad laboral aumentó en los últimos 30 años en el país. Existe una tendencia creciente del PIB por hora trabajada entre 1991 y 2018, incluso después de la crisis internacional del 2008-2009.
Aunque la tendencia del PIB por hora trabajada se incrementa en los tres sectores de la economía, el comportamiento del sector servicios explica ese dinamismo.
Este sector concentra de forma simultánea algunas actividades económicas con rendimientos laborales más altos y más bajos.
Es un hecho que el crecimiento de este indicador en las últimas tres décadas se debe a que los sectores fueron más productivos y se desplazaron horas trabajadas de actividades como el agro y la industria hacia otras con mayores niveles como los servicios.
Pese a que Costa Rica duplicó su crecimiento anual promedio de productividad laboral de 1,3%, en el periodo 2001-2008, al 3,5%, para 2008-2018; con este ritmo al país le tomaría 40 años alcanzar a las naciones de la OCDE.
Si se aplicaran ajustes en la estrategia nacional para reducir ese plazo a 20 años, esto obligaría a duplicar el crecimiento anual promedio al 6%. Una tarea complicada para una nación que todavía debate reformas estructurales necesarias para buscar el equilibrio fiscal, mejorar la competencia y reducir la pobreza.