Costa Rica debe de trazar una hoja de ruta donde demuestre que realizará un gasto eficiente y que creará más impuestos a largo plazo, para convencer al Fondo Monetario Internacional (FMI) que podrá pagar la deuda por $2.250 millones del crédito Stand by Arrangement.
Llevar una propuesta será fundamental para acceder a los recursos y esta es una tarea urgente pues en el 2020 el país tendrá una deuda equivalente al 67,2% del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo a las proyecciones del mismo FMI.
El pasado lunes 15 de junio el diario La Nación publicó que para acceder a esos recursos el país deberá demostrar que puede pagar el crédito, y además debe reducir en 17 puntos porcentuales la deuda respecto al PIB. Es decir, debe llevarla hasta el 50%.
Hay tres variables que son fundamentales en la evolución de la deuda en el tiempo: la tasa de crecimiento real; el resultado primario, ya sea déficit o superávit y las tasas de interés. De cómo se comporten en el tiempo, va a depender el dato del número de deuda con respecto al PIB.
Para lograr la meta los especialistas consultados por EF no vislumbran un panorama sin nuevos impuestos. Sin embargo, todos coinciden en que esta debe ser una acción de largo plazo.
El gasto debe reducirse (con algunos ajustes dolorosos) y hacerse más eficiente para recobrar de manera urgente la credibilidad de los actores internacionales.
Vender activos como la Fábrica Nacional de Licores (Fanal), el Banco Internacional de Costa Rica (BICSA) es una opción que no resuelve todo el problema pero que se puede considerar a mediano plazo.
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¿Más ingresos?
Más impuestos es un terreno que se pisa con cuidado. Más después de que hace poco más de un año se aprobara la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas (9.635), la primera reforma fiscal en casi dos décadas.
Sin embargo, aplicar nuevos tributos no quedan descartados en la ruta que podría tomar el país para la negociación con el FMI.
La decisión de aplicar nuevos impuestos es algo que el país debe tomar, pero más a futuro y una vez pasada la crisis actual, considera Fernando Rodríguez, investigador del Observatorio Económico y Social de la Universidad Nacional (UNA) y exviceministro de ingresos de la administración de Luis Guillermo Solís.
En la misma línea de Rodríguez se encuentra Fernando Herrero, exministro de Hacienda, quien considera que actualmente muchas personas no tienen capacidad de pago y si el tema se toma a la ligera podría llevar a las empresas a la quiebra.
Sin embargo, hay acciones fiscales que se pueden tomar en el corto plazo. El país puede pensar en un reacomodo tributario para lograr algunos ingresos adicionales.
También se puede gravar la riqueza. En este caso se puede fortalecer el impuesto sobre la renta con una sobretasa tal y como se hizo en la década de los ochentas. “Si usted no tiene ganancias no paga, solo si le fue bien paga”, afirmó Herrero.
En materia del Impuesto de Valor Agregado (IVA), las voces consultadas parecen concordar. El país puede tener un IVA más alto.
“Costa Rica, aunque a algunos no les guste, tiene una tasa de IVA baja con respecto al vecindario. En América Latina el promedio anda como por 16% y ni que decir si nos comparamos con Europa. Es más, vamos a tener la tasa de IVA más baja de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)”, declaró el economista Fernando Rodríguez.
Reducir el gasto, un tema urgente
Demostrar ante el FMI que el país puede reducir el gasto y hacer más eficiente el aparato estatal podría ser fundamental para tener acceso al crédito Stand by Arrangement por $2.250 millones. Sin embargo, los ajustes podrían ser dolorosos para algunos sectores.
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“El que crea que esto puede hacerse sin restricciones al salario público está equivocado, no se puede seguir aumentando el gasto público (...) la tela no da para cubrir todas las necesidades”, agregó Miguel Ángel Rodríguez, expresidente de la República.
En mayo del 2020 los gastos totales del Gobierno Central ascendieron a ¢589.010 millones lo que representa un incremento del 3,4% con respecto al mismo mes del año anterior cuando los gastos totales fueron de ¢569.771 millones. Según datos publicados en la página web del Ministerio de Hacienda.
Costa Rica cuenta con bolsas de gasto muy grandes que brindan resultados ineficientes tal es el caso de educación, considera Francisco de Paula Gutiérrez, expresidente del Banco Central de Costa Rica (BCCR), y es ahí donde se debe meter el bisturí.
En educación, por ejemplo, el aporte anual ya casi alcanza el 8% del PIB aunque los resultados renquean.
Los docentes dan lecciones igual que hace dos décadas, los alumnos se limitan a copiar de una pizarra y no se utiliza la tecnología, según reveló el Estado de la Educación del 2019.
Otro caso que se debería analizar en la ruta hacia el FMI es la eficiencia de la Caja (aunque no pertenece al Gobierno Central), para reducir costos.
Las alianzas público privadas juegan un papel fundamental. El mejor ejemplo son los altos costos que deberá pagar la Caja luego de que institucionalizó los servicios del Ebais que estaban en manos de la Unibe.
El costo de asumir esos servicios aumenta casi el 50% que contratar un tercero. Este cambio le costará ¢4.000 millones por año a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), de acuerdo a una publicación del diario La Nación.
Venta de activos, una parte de la solución
¿Es suficiente la venta del Banco Internacional de Costa Rica S.A. (BICSA) y la Fábrica Nacional de Licores (Fanal), propuesta por el Poder Ejecutivo?
La venta de activos podría ser un mecanismo para reducir el nivel de deuda solo si se corrige la causa del déficit creciente, ya que de lo contrario esta medida no se traduciría en una reducción sostenida de la relación deuda PIB, considera Gloriana Ivankovich, directora de la Academia de Centroamérica.
Sin embargo, el escenario actual es negativo para hacer una venta de este tipo, porque con una recesión global, es poco probable que las ofertas por la compra de instituciones sean buenas.
Para hacer una transacción sustantiva se debe esperar que pase la época recesiva, hacer avalúos, prospección de posibles compradores, licitación transparente y su respectiva promoción.
Fanal (una empresa ilíquida, frágil e incapaz de pagar sus deudas) se debe remozar para que sea atractiva para los inversionistas, lo que podría hacer el negocio menos rentable.
Vender las represas hidroeléctricas del Instituto Costarricense de la Electricidad (ICE) podría ser una opción más atractiva, considera Fernando Herrero, exministro de Hacienda.
Las cargas parafiscales de la seguridad social son consideradas por el sector productivo como altas, lo que hace de Costa Rica un país costoso y le resta competitividad.
Por esa razón, una de las opciones que podría considerar Costa Rica en la ruta hacia el FMI es cambiar los activos por fondos que brinden rentabilidad y así se pueda financiar la seguridad social del país, considera el expresidente Rodríguez.