Por sí solo, su nombre causa tanta curiosidad como desconcierto. Y no, no se trata de tierra en el sentido literal de la palabra, similar a una arena o lodo; tampoco hablamos de extensos terrenos extraños.
Al hablar de tierras raras se hace referencia a un grupo de 17 elementos de la tabla periódica (sí, aquella tabla que conocimos en las clases de química del colegio). Estos incluyen a la serie de los lantánidos, compuesta por 15 elementos diferentes, más el escandio y el itrio.
Estos elementos comparten propiedades químicas y se encuentran asociados en los mismos yacimientos minerales.
En la naturaleza se presentan en muchos minerales incluyendo óxidos, carbonatos, silicatos y fosfatos. Algunos ejemplos de minerales que pueden contener tierras raras son el apatito, la monacita o el zircón, explicó Stephanie Murillo, docente de la Escuela Centroamericana de Geología de la Universidad de Costa Rica.
“No son tan raras, o escasas, como lo indica el nombre, pero lo difícil es encontrar una acumulación importante que pueda ser extraída (minada) de forma económica”, agregó Murillo.
El adjetivo “raras” se les adjudicó porque históricamente han sido difíciles de encontrar, aunque también puede deberse a que no eran objeto de búsquedas, es decir, había poco interés por encontrarlas. Eso cambió radicalmente.
¿Por qué ahora hablamos de ellas?
Las tierras raras se están volviendo cada vez más familiares para la comunidad científica internacional. La razón es que el interés en estos elementos está creciendo debido a sus propiedades y aplicaciones en las industrias y, con ello, sube también su precio.
“Debido al creciente interés en magnetismo, electricidad y propiedades fotoluminiscentes se han ido haciendo mas importantes (...). Creo que la necesidad de estos materiales se ha duplicado”, comentó Roberto Urcuyo, investigador y subdirector del Centro de Electroquímica y Energía Química (Celeq) de la misma casa de estudios.
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La extracción de las tierras raras es compleja, costosa y arriesgada, pues en ocasiones están inmersas en contaminación radioactiva. Esa es, en parte, la razón por la que en el pasado no se buscaban. Ahora existen expediciones que intentan llegar a ellas e inversiones privadas para lograrlo.
También puede darse el caso de exploraciones que se hacen en busca de un metal o mineral específico pero tras los análisis químicos se termina encontrando tierras raras.
Una muestra de la importancia estratégica y económica de las tierras raras la vimos en 2019, en medio del conflicto entre Huawei y Estados Unidos. Días después de que el expresidente Donald Trump impusiera restricciones a la tecnológica, el presidente chino Xi Jinping visitó las instalaciones de la empresa JL MAG Rare-Earth, especializada en materiales magnéticos permanentes de tierras raras, algo que fue visto como un gesto retador por la dependencia que el mundo tiene de China en este tema.
¿Dónde están las tierras raras?
Actualmente, la producción y manufactura de las tierras raras se concentra en China, pero existen yacimientos en otros países como Brasil, Vietnam, Rusia y Australia.
Las tierras raras están usualmente asociadas a las tierras viejas del planeta, aquellas áreas con formaciones más antiguas. Por esa razón, no se descarta que haya en otras partes del mundo. En Costa Rica, su existencia es poco probable, según explicó Urcuyo, aunque debe comprobarse mediante exploraciones que aún no se han hecho.
A raíz del interés industrial y el conflicto ruso - ucraniano, Europa también entró en la carrera por localizar tierras raras, con resultados positivos.
La empresa minera estatal sueca LKAB anunció el 12 de enero el descubrimiento de un yacimiento con más de 1 millón de toneladas de óxidos de tierras raras en Kiruna, en el norte de Suecia.
El sitio ya es conocido por su riqueza mineral. En dicho yacimiento, llamado Per Geijer, la misma compañía opera la mina de hierro más grande de Europa.
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Ese continente no procesa, hasta ahora, sus propias tierras raras y depende de China para esta tarea.
La Comisión Europea está trabajando ahora en la reducción de barreras legales de extracción y producción de materias primas críticas para la transición verde.
A mediados del 2022, Turquía también dio a conocer la noticia del hallazgo de un yacimiento de 694 millones de toneladas de tierras raras, lo que podría colocar a ese país como un proveedor estratégico gracias a su ubicación entre Asia y Europa.
En ambos casos aún hay poca claridad sobre el grado o la calidad de los elementos metálicos existentes.
El interés por hallar nuevos puntos de extracción de tierras raras se dispara cuando sus precios están al alza, por lo que será usual ver nuevos descubrimientos.
Según datos del Servicio Geológico de EE. UU., para 2021, en términos de refinación y procesamiento de tierras raras, China saca ventaja al resto de países con el 60% del mercado. Le siguen EE. UU., Myanmar, Australia y Tailandia.
China, Vietnam, Brasil y Rusia son los países que aparecen con más reservas.
¿Para qué se usan?
“Las tierras raras tienen propiedades catalíticas, conductoras, fosforescentes y magnéticas únicas, lo cual permite que sean utilizadas en diferentes aplicaciones tecnológicas innovadoras”, mencionó la docente de Geología.
Sus aplicaciones están en la electrónica, medicina, las nuevas tecnologías, energías renovables y la tecnología militar, entre otros sectores. Las tierras raras están en pantallas de televisión, computadoras, celulares, baterías recargables, lámparas led, automóviles híbridos, turbinas eólicas, fibra óptica, láseres, lentes de cámaras y otros dispositivos.
Muchas de las nuevas tecnologías “verdes” necesitan tierras raras, pero el reciclaje de estos elementos es limitado, por lo que se necesita de nuevas extracciones, muchas veces contaminantes y con sombras sobre los derechos humanos.
Por eso se espera que crezca el reciclaje. Urcuyo visualiza que el destino de las tierras raras dependerá del conflicto ruso ucraniano y la geopolítica, que podrían generar nuevos puntos y métodos de extracción y nuevos procesos de investigación para aumentar la producción.