Las exportaciones e importaciones mundiales se enfrentarán a un nuevo reto regulatorio: la prohibición de productos procedentes de terrenos deforestados y degradados, hacia y desde países miembros de la Unión Europea (UE).
El sector agroalimentario costarricense debe cumplir con los estándares dictados por la UE; específicamente los exportadores de cacao, soja, carne de res, café, aceite de palma, caucho y madera. Estos productos representaron $267 millones en exportaciones hacia la UE en el 2023, según datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
Para los productores nacionales esta reforma no equivale a un cambio significativo en sus plantaciones, ya que Costa Rica cuenta con la Ley Forestal (7.575) que vela por la “conservación, protección y administración de los bosques naturales”. A esto se suma que el país cuenta con un 60% de cobertura forestal.
Como parte de Pacto Verde, los exportadores también tienen que eliminar la utilización de plásticos de un solo uso y fortalecer el uso de envases compostables. A su vez, tendrán que reducir en un 50% el uso de plaguicidas y en el caso de productos ecológicos se requerirán cambios en los sistemas de equivalencia y certificación orgánica; este último será necesario a partir del 2026.
Actualmente el cacao es el sector que se verá más beneficiado en Costa Rica, no solo por la iniciativa europea libre de deforestación, sino por las condiciones de escasez del cultivo en Ghana y Costa de Marfil. La disminución de la producción en dichos países productores, y principales proveedores a nivel mundial, allana el camino del cacao nacional para brillar en el mundo.
El sector cafetalero va un paso adelante y en marzo pasado enviaron el primer cargamento de grano 100% libre de deforestación. En contraste, los exportadores de carne bovina todavía no tienen presencia en la UE, pero se encuentran ajustando normativas y lineamientos nacionales para enviar la carne a dichos destinos.
Los sectores coinciden en que la mejor manera de demostrar que sus productos no tienen origen en suelos deforestados es con mapas satelitales. La UE dictó qué se tiene que comprobar pero aún no se pronuncia sobre el cómo.
Dicotomía
“La mayoría de productores nacionales llevan muchos años trabajando en línea de lo que solicita la Unión Europea, ya sea por cultura en su forma de trabajo agrícola o porque se ha estado acostumbrado a trabajar bajo el régimen de ciertas certificaciones que lo han hecho cumplir con muchos de los parámetros establecidos ahora por la Unión Europea”, comentó Eladio Sanabria, gerente de comercialización de CoopeTarrazú R.L.
CoopeTarrazú envió 9.200 fanegas de café libre de deforestación a Italia como parte de un plan piloto de exportación siguiendo la directriz de la UE. De esta manera Costa Rica se convirtió en el primer país del mundo en exportar dicho producto bajo esas condiciones. La cooperativa demuestra la trazabilidad del producto por medio de satélite.
El Instituto del Café de Costa Rica (Icafé), por su parte, almacena la información y la cruza en su portal web. Los compradores y empresarios alrededor del mundo pueden verificar en el sitio web los datos que respaldan las prácticas libres de deforestación.
Por el contrario, la exportación de carne bovina nacional aún no llega a los países miembros de la UE. Este sector aguarda para que la mayor cantidad de exportadores cumplan con requisitos como trazabilidad, uso de medicamentos veterinarios, regulaciones de alimentación animal y buenas prácticas, condiciones de salud animal, análisis de laboratorio en matrices cárnicas y alimentos de animales, entre otros.
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Luis Diego Obando, director ejecutivo de la Corporación Ganadera (Corfoga) estima que en año y medio podrían enviar la primera carne de res nacional hacia la UE.
“(Para demostrar que no cometemos deforestación) lo estamos visualizando a través de imágenes satelitales, ya que es lo más lógico y lo más barato. Recordemos que esto que se tiene que demostrar no es solo siguiendo lo que dice la UE, sino que en Costa Rica no se puede cometer deforestación y si se realiza es una ilegalidad”, explicó Obando.
Aunque esas reglas europeas favorecen a Costa Rica, a otras naciones las perjudica. Paraguay, Bolivia y Ecuador son algunos de los países que han lanzado críticas a la postura de la UE, ya que consideran discriminatoria la medida comercial.
“Entre los desafíos, puede requerir inversiones en energías renovables, adopción de prácticas empresariales más sostenibles y una mayor transparencia en la cadena de suministro. Sin embargo, también ofrece oportunidades para las empresas en Centroamérica, ya que les permite adaptarse rápidamente a las demandas del mercado europeo”, informó Carolina Palma, socia de impuestos y líder de comercio internacional de la firma EY Centroamérica, Panamá y República Dominicana.
Buen momento para el cacao
El precio internacional del cacao se ha disparado en 2024, llegando a niveles históricos que al cierre de mayo sobrepasó los $8.000 por tonelada, de acuerdo con estadísticas de la Organización Internacional del Cacao (ICCO, por sus siglas en inglés).
Esto beneficia a Costa Rica, ya que el precio del producto nacional no se rige por los precios internacionales. El cacao costarricense se cotiza por encima de lo que establece el mercado internacional, porque corresponde a producto fino y de aroma, contrario al fruto cosechado en Ghana y Costa de Marfil que es el que dicta el precio internacional.
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Los países africanos mencionados son los principales proveedores mundiales, los cuales viven la escasez del cacao por condiciones climatológicas y que elevó su precio debido a la demanda. En paralelo se acerca la prohibición de la UE que entra a regir en diciembre del presente año. Los dos escenarios impulsan al fruto costarricense a posicionarse en mercados donde la presencia de otros actores se verá diluida.
La situación motivó a que nuevos mercados fijen sus ojos en el cacao tico. Productores nacionales afirmaron a EF meses atrás que han recibido visitas de posibles compradores oriundos de Bélgica, Grecia, Francia, Canadá e Irlanda.
Costa Rica exporta 58 productos vinculados a las lineas arancelarias relacionadas con cacao, café, aceite de palma, carne de res, madera, soja y caucho.
— Datos de Procomer.
Las prácticas amigables con el ambiente y la política de carbono neutro hace que el país resalte en la competencia por demostrar que los productos de la industria agro cumplen con los estándares del Pacto Verde.
“Hay una empresa en Suiza a la que le vendemos cacao. Ellos desde ya están utilizando todo lo de las políticas del Pacto Verde y me comentaron que hay que hacer geolocalización, entonces se vienen añadiendo cosas que la gente no sabe”, indicó Diane Quesada, gerente de Trobanex, una de las 67 empresas exportadoras que por su perfil se debe adecuar a la solicitud de la UE.
Nublados de la prohibición
Los exportadores nacionales toman sus propias medidas para demostrar a la UE que son aptos para ingresar sin restricciones a sus estados miembros. Sin embargo, no se tiene claridad sobre cómo demostrarlo; cada quién se las ingenia.
Es decir, se sabe que tienen que contar con algún documento que garantice la no procedencia de sus productos de terrenos deforestados y degradados. Pero el panorama está nublado en cuanto el cómo o mediante qué mecanismos demostrar lo solicitado.
“Hay poca claridad por parte del cliente europeo de exactamente cómo es el tipo de información que van a requerir las autoridades europeas para verificar este cumplimiento”, puntualizó Ronald Peters, director ejecutivo de la Cámara de Exportadores de Café.
Lo dicho por Peters es secundado por Obando y Quesada. Por esto el Icafé tomó la iniciativa de crear su propio mecanismo, que consiste en recibir la información de la georreferencia de las fincas con puntos o polígonos en la herramienta CRCAFE.
Los productores de café tienen que llenar y firmar un consentimiento informado donde declaran que la finca es libre de deforestación. Luego entregan el café a la firma beneficiadora, la cual se encarga de recopilar los consentimientos y preparar los informes quincenales de café libre de deforestación.
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“Una vez se cuente con la información del café, se almacena en un silo que lo identifique y genera la declaración de debida diligencia. Finalmente, la firma exportadora realiza el informe diario de compra, generando el contrato con la declaración de debida diligencia y el formulario aduanero”, detalló el Icafé.
La institución agregó que “a la hora de presentar la información al operador, se entrega un código QR que presenta la información del volumen de café exportado a la UE”.
La directriz de la UE solicita que cada exportación debe cumplir con las leyes ambientales de su país de origen. Costa Rica ha invertido casi $800 millones en las últimas dos décadas para tener cobertura forestal, “pasando de un 27% a casi un 60% de cobertura forestal”, dijo Carlos Pérez, viceministro de gestión estratégica del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae).
Diane Quesada, gerente de Trobanex, sostiene que las políticas del país benefician a los exportadores, ya que desde años atrás se procuran las buenas prácticas ambientales. Ante la falta de parámetros específicos de la UE que indiquen cómo ejecutar la demostración, en Trobanex hacen uso de imágenes satelitales para resguardar evidencia sobre el estado de sus hectáreas.