Rodrigo Cubero Brealey, expresidente del Banco Central (BCCR), considera que el incumplimiento de las metas de inflación incluidas en el acuerdo negociado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), por sí solo, no es un riesgo real para la continuidad de los desembolsos de ese programa de financiamiento, que se pactó por $1.778 millones en tres años y medio.
“En el contexto actual, el FMI entiende perfectamente que la inflación es un fenómeno mundial y que en el caso de Costa Rica es fundamentalmente un fenómeno importado, de manera que yo no veo que haya mayor riesgo de que se suspendan desembolsos”, afirmó Cubero, quien hasta el 7 de mayo todavía era el máximo representante por Costa Rica ante el organismo internacional.
El ministro de Hacienda, Nogui Acosta, afirmó en una reciente entrevista con EF que el incumplimiento de las metas de inflación es un tema que preocupa a su cartera. Según dijo, el Ejecutivo analiza como un riesgo la suspensión de desembolsos, pues el Banco Central fue “muy osado” y se puso metas “difíciles de controlar” en materia de inflación.
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Costa Rica se fijó como meta una inflación del 3% a junio de 2022 en el acuerdo con el Fondo Monetario. En ese sentido, una cláusula del acuerdo establece que, si la variación interanual supera la meta en 3 puntos porcentuales, se activaría un proceso de consulta con el Directorio Ejecutivo de la entidad, para analizar la situación y eventuales medidas correctivas. En ese tiempo, dice el texto del acuerdo, se interrumpiría momentáneamente el acceso del país a los recursos del programa de financiamiento.
No obstante, Cubero explicó que este proceso suele ser bastante sencillo y más aún en situaciones como la actual, que responde a una inflación provocada por fenómenos globales. El tiempo, según el expresidente del emisor, no debería ser una preocupación en condiciones como las actuales.
“Ya (este proceso) ha tenido que activarse varias veces en el contexto actual, porque hay muchos países que tienen acuerdos con el Fondo y que tienen esa cláusula, que se introduce para los países que tienen un régimen de metas de inflación”, explicó. “Es un proceso relativamente sencillo de cumplir y el Directorio entiende perfectamente que las circunstancias actuales han hecho que las tasas de inflación se hayan disparado muy por encima de lo previsto, más aún a inicios de este año, en que el conflicto Rusia-Ucrania ha exacerbado las presiones inflacionarias”, agregó.
El país registró a junio de este año (justo el mes que será evaluado en septiembre próximo por el FMI) un una variación interanual de 10,06% en el índice de precios al consumidor (IPC), que mide la inflación: la más alta desde abril de 2009 y más de 7 puntos por encima de la meta central incluida en el acuerdo con el Fondo para este período.
Las amenazas son otras
El expresidente del BCCR explicó que los indicadores de mayor peso en las revisiones del Fondo Monetario son aquellos referentes a cuestiones fiscales. Por ejemplo, el acuerdo contempla que el país cierre junio de 2022 con un máximo de endeudamiento público de ¢28,8 billones y con un superávit primario de ¢144.000 millones.
El ministro Nogui Acosta considera que las metas relacionadas con el Ministerio de Hacienda marchan correctamente.
El saldo de deuda pública del Gobierno Central, sin embargo, ya rondaba los ¢29 billones al 31 de mayo pasado y el balance oficial de las cuentas de ingresos y gastos todavía no se consolida, ante la ausencia de datos que provocó la caída de múltiples sistemas informativos del Ministerio de Hacienda por el hackeo que afectó a sus servidores en los últimos meses y que todavía impiden el restablecimiento de algunos programas esenciales para ejecutar esa tarea.
Otra meta establecida en el acuerdo con el Fondo Monetario es un piso mínimo de reservas internacionales, el cual se fijó en ¢3.007 millones para para junio de 2022. Según el BCCR, actualmente el monto es de $6.070,6 millones.
Para el expresidente del BCCR Cubero, las verdaderas amenazas de incumplimiento con el Fondo radican en la conjugación de ese otro tipo de cuestiones.
“El tema fiscal es el más delicado. Lo que se haga en materia fiscal es mucho más sensible para efectos de lo que el equipo técnico entiende como el cumplimiento de las metas del programa con el Fondo Monetario. Ahí es donde están los temas más sensibles y un desvío en ese sentido que no sea fácil de justificar y que se derive de decisiones de política más que de circunstancias externas podría sí generar mayor preocupación en el equipo técnico y en el Directorio del FMI”, puntualizó.
Rodrigo Cubero fue presidente del Banco Central entre 2018 y 2022, y durante su gestión se negoció el programa de financiamiento con el FMI en curso por $1.778 millones en tres años, ligado a una agenda de estabilidad macroeconómica.
Antes de llegar al BCCR, Cubero fue funcionario del FMI en distintas divisiones y direcciones desde 2006. Además, participó como jefe y parte del equipo técnico de misiones del organismo internacional en diversas jurisdicciones.
El programa de financiamiento con el FMI consta de seis desembolsos hasta alcanzar el máximo de $1.778 millones, aproximadamente. Cada seis meses se debe realizar una revisión de metas y, a partir de ese proceso, se extiende o no una sexta parte de ese monto. Hasta ahora, el país ha recibido solo una tercera parte de los recursos y la siguiente revisión para determinar la realización o no de un nuevo tracto está pactada para septiembre próximo.