Rusia liberó al periodista del Wall Street Journal, Evan Gershkovich, y al exmarine estadounidense Paul Whelan como parte de un histórico intercambio de 24 prisioneros entre siete países -el mayor desde la Guerra Fría- confirmado por el gobierno de Turquía, que coordinó el megaoperativo. A cambio, Moscú exigió la liberación de espías presos en distintos países de Occidente, como una pareja con pasaporte argentino que estaba en una cárcel eslovena.
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“La Agencia de Inteligencia Turca llevó a cabo en Ankara la mayor operación de intercambio de prisioneros de los últimos tiempos, que implica el intercambio de 26 personas procedentes de cárceles de siete países diferentes (Estados Unidos, Alemania, Polonia, Eslovenia, Noruega, Rusia y Bielorrusia)”, anunció el gobierno turco de Recep Tayyip Erdogan, que precisó que siete aviones participaron en el transporte de los presos. Luego se precisó que fueron 24 los prisioneros intercambiados.
El acuerdo fue proclamado como una “hazaña diplomática” por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien calificó la noticia como un “alivio increíble” y agregó que la “brutal experiencia de los detenidos había terminado”.
“Hoy es un poderoso ejemplo de por qué es vital tener amigos en este mundo”, dijo en un discurso desde la Casa Blanca junto a familiares de cuatro de las personas -tres estadounidenses y un residente- que fueron liberadas.
Entre otros, el intercambio implicó al exmarine estadounidense Paul Whelan, encarcelado en Rusia; al periodista estadounidense del Wall Street Jouranl Evan Gershkovich, que hace unas semanas fue sentenciado en Rusia a 16 años de cárcel por “espionaje”, y Vladimir Kara-Murza, columnista ruso-británico ganador del premio Pulitzer, sentenciado a 25 años de prisión por cargos relacionados con traición.
Vadim Krassikov, un presunto agente ruso encarcelado en Alemania por el asesinato de un excomandante separatista checheno en Berlín en 2019, también fue liberado, indicó la presidencia turca.
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El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, un aliado cercano a Putin, indultó el martes a Rico Krieger, un alemán condenado a muerte por terrorismo en ese país. Krieger también se encontraba entre los liberados, junto con el político opositor ruso Ilya Yashin, según informó Turquía.
El periodista español Pablo González Yagüe, preso en Polonia desde febrero de 2022 –mes en el que Vladimir Putin lanzó su invasión a Ucrania- y acusado de espiar para el Kremlin, también fue liberado, según el diario El País.
La pareja de espías rusos con ciudadanía argentina y que estaba condenada en Eslovenia -María Rosa Mayer Muños y Ludwig Gisch, por sus nombres en la Argentina, aunque sus verdaderas identidades son Ana Valerievna Dulceva y Artem Viktorovič Dulcev- también formaron parte del intercambio, igual que tres hombres acusados por las autoridades federales en Estados Unidos, entre ellos Roman Seleznev, un hacker informático convicto e hijo de un legislador ruso, y Vadim Konoshchenok, un presunto agente de inteligencia ruso acusado de proporcionar productos electrónicos y municiones de fabricación estadounidense al ejército ruso. Noruega devolvió a un académico arrestado bajo sospecha de ser un espía ruso.
Según el Wall Street Journal, que le dio amplia cobertura a la liberación de su periodista, precisa que “funcionarios de la Casa Blanca, diplomáticos estadounidenses y personal de la CIA habían recorrido Europa y Medio Oriente en busca de gobiernos amigos dispuestos a liberar a los espías rusos bajo su custodia a cambio de estadounidenses detenidos por el Kremlin”.
“Biden, aproximadamente una hora antes de notificar al mundo que se retiraba de la carrera presidencial el 21 de julio, llamó al primer ministro de Eslovenia, cuyo país estaba aportando dos espías rusos convictos al canje, para asegurar el indulto necesario para que el acuerdo se lleve a cabo”, detalla la nota, en relación a las negociaciones por la liberación de la pareja con pasaporte argentino.
Siete aviones
Los prisioneros fueron transportados a Turquía en siete aviones, procedentes de Estados Unidos, Alemania, Polonia, Eslovenia, Noruega y Rusia, precisó el gobierno turco. De cada uno de esos países despegó un avión, salvo de Estados Unidos, de donde partieron dos, “en el marco de la operación de intercambio de prisioneros”, precisó la presidencia.
El acuerdo es el canje más reciente entre Washington y Moscú en los últimos dos años, tras el intercambio, realizado en diciembre de 2022, que devolvió a Estados Unidos a la estrella del básquet Brittney Griner a cambio del famoso traficante de armas Viktor Bou.
Pero la buena noticia seguramente generará preocupaciones sobre el desequilibrio del acuerdo -en que Rusia libera a periodistas, disidentes y otras personas condenadas en un sistema judicial altamente politizado a cambio de personas que Occidente considera legítimamente acusadas- y si otorga a los actores extranjeros que buscan la influencia sobre Estados Unidos un incentivo para tomar prisioneros.
El mayor canje de prisioneros desde la Guerra Fría había tenido lugar en 2010, y en él participaron 14 personas en total, entre ellos la rusa Anna Chapman, condenada en Estados Unidos, y Sergei Skripal, un agente doble encarcelado en Rusia.
Desde 1985 y 1986, último período de la Guerra Fría, no han tenido lugar sin embargo intercambios de prisioneros de gran magnitud.
Desde hace tiempo, Rusia ha mostrado interés por recuperar a Vadim Krasikov, condenado en Alemania en 2021 por asesinar a un exrebelde checheno en un parque de Berlín dos años antes, aparentemente por orden de los servicios de seguridad de Moscú.
Las especulaciones sobre un posible canje de prisioneros habían aumentado por semanas debido a una confluencia de acontecimientos inusuales, incluyendo un juicio sorprendentemente rápido y una condena para Gershkovich que Washington consideraba una farsa. Fue sentenciado a 16 años de prisión en un reclusorio de máxima seguridad.
También en los últimos días, otras figuras encarceladas en Rusia por pronunciarse contra la guerra en Ucrania o por trabajar con el difunto líder opositor Alexei Navalny, fueron trasladadas de la prisión a ubicaciones desconocidas.
El canje de prisioneros supondría una victoria para el presidente estadounidense, Joe Biden, cuya vicepresidenta, Kamala Harris, se enfrentará al republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre.
Liberados
Gershkovich, de 32 años, fue arrestado el 29 de marzo de 2023 en un viaje periodístico a la ciudad de Ekaterimburgo, en los montes Urales. Las autoridades afirmaron, sin presentar pruebas, que el periodista recopilaba información secreta para Estados Unidos. Hijo de inmigrantes soviéticos establecidos en Nueva Jersey, Gershkovich se mudó a Rusia en 2017 para trabajar para el diario The Moscow Times antes de ser contratado por el Wall Street Journal en 2022.
Estados Unidos presionó a Moscú para obtener la liberación de Gershkovich. Tanto él como su familia, sus allegados y la Casa Blanca aseguran que las acusaciones rusas carecían de todo fundamento.
Tras su condena, el presidente estadounidense Joe Biden aseguró que su país trabajaría “duramente” para lograr su liberación. Gershkovich “fue perseguido por las autoridades rusas porque es periodista y estadounidense”, denunció entonces el mandatario.
Antes de que Turquía confirmara el canje, la ONG Reporteros Sin Fronteras se había declarado este jueves “inmensamente aliviada” por la eventual liberación del periodista.
Washington también trabajó entre bastidores para conseguir la liberación del exmarine Paul Whelan, de 54 años y quien además tiene las nacionalidades británica, irlandesa y canadiense.
Whelan, detenido en Moscú desde diciembre de 2018 por “espionaje”, acusaciones que rechaza, figuraba entre los detenidos que recientemente han “desaparecido” de las cárceles rusas.