Los $500 millones que Estados Unidos (EE. UU.) dispuso en el Fondo Internacional de Innovación y Seguridad Tecnológica (ITSI, por sus siglás en inglés), creado a través del Chips Act, están avivando una carrera entre países latinoamericanos por captar parte de los recursos.
Ese fondo está dirigido a atraer inversiones para el desarrollo y la producción de semiconductores a través de diversos incentivos en países vecinos. Por el momento hay dos candidatos confirmados: Costa Rica y Panamá, pero es probable que lleguen más anuncios.
Las autoridades del Gobierno confían en que las ventajas competitivas del país le sirvan para adelantarse en esta competencia y tocarán puertas de grandes empresas de esta industria para que consideren invertir en Costa Rica, y así aprovechar el deseo de Occidente de disminuir la dependencia de los chips provenientes de Asia.
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Competencia abierta
El jueves 20 de julio, el Departamento de Estado de EE. UU. anunció que Panamá se convirtió en el segundo país en el que el Gobierno de Joe Biden pone sus ojos para ser socio en la industria de semiconductores. El primero fue Costa Rica, noticia que trascenció seis días antes.
En ambos casos, las negociaciones incluyen la revisión del desarrollo actual de la industria de semiconductores, el marco regulatorio y las necesidades del país.
No obstante, no serán los únicos competidores, pues se espera que crezca la pugna con la entrada de otros países como República Dominicana o México. Los aztecas son, es de hecho, la gran potencia latinoamericana en este sector.
Según datos del Centro de Comercio Internacional (ITC, por sus siglas en inglés), en 2022 México exportó más de $4.000 millones en la categoría de circuitos integrados y microestructuras electrónicas.
Costa Rica aparece en tercer lugar, tras Brasil. Ambos países tienen sumas muy inferiores a la mexicana pero marcan una diferencia considerable con el resto de países.
Además, Canadá, Estados Unidos y México organizaron en mayo la primera Conferencia de Semiconductores donde dejaron patente el interés común de trabajar en conjunto para fortalecer la cadena de suministro de semiconductores que incluye el intercambio de información, alianzas académicas y de la industria para formar talento e inversiones en tecnología.
La entrada de más jugadores significa más competencia para las ambiciones costarricenses pero no sorprende a las entidades locales.
“Desde el principio se preveía que esto es una política de nearshoring. Celebramos que más países participen porque esto nos obliga a ser más competitivos”, aseguró Pedro Beirute, gerente general de la Promotora del Comercio Exterior (Procomer).
No obstante, tanto Beirute como el ministro de Comercio Exterior (Comex), Manuel Tovar, resaltaron como un buen indicador el hecho de que Costa Rica fuera el primer país que EE. UU. anunció como potencial socio. Además, señalaron que el país tiene varias ventajas como el éxito en atracción de inversiones, la calidad de la electricidad, el talento humano, los incentivos fiscales, la estabilidad y la presencia de dos empresas de semiconductores: Intel y Qorvo.
Después de revisar todas las proposiciones. EE. UU. decidirá cuánto de esos $500 millones se dirigirá a los países escogidos.
La propuesta de Costa Rica
Costa Rica acudió al concurso que abrió EE. UU. para participar por los fondos del Chips Act, que promete $100 millones al año por un lustro. En setiembre, el país presentó su propuesta, un plan cocinado “a fuego lento”, dijo Tovar.
¿Qué puso Costa Rica sobre la mesa? La propuesta tiene la intención de sentar las bases para continuar con la atracción de inversiones en este sector. Entre otras cosas, el país se comprometió a desarrollar un clúster de semiconductores, similar al que existe para dispositivos médicos.
Además, conlleva un eje educativo: convertir a Costa Rica en un hub académico regional en investigación y manufactura de semiconductores y formar talento especializado. También propuso trabajar con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para crear una alianza de países de semiconductores.
“Este es el momento de Costa Rica mientras otros socios se debaten en temas políticos y electorales internos, hay una guerra en Ucrania y las tensiones de China y Estados Unidos. Este contexto geopolítico exige un replanteamiento del suministro de las cadenas de valor”, aseveró Tovar.
La estrategia de Costa Rica empezará por entender el mercado y establecer acercamientos con empresas de esta industria.
Beirute ve más oportunidades en dos fases del proceso de producción: diseño y ensamblaje y prueba. La producción suele estar en economías mayores con infraestructura sólida, admitió el funcionario.
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La intención de la nueva mancuerna que forman Comex y Procomer –ahora sin Cinde– es llevar parte de las posibles inversiones a lugares fuera del Gran Área Metropolitana. San Carlos y el Occidente del Valle Central se contemplan como potenciales locaciones.
Según Tovar, ya hay iniciativas que complementan estas estrategias. Entre ellas mencionó el proyecto de ley de campus satélites, que busca invitar a escuelas y universidades extranjeras con un marco regulatorio especial; y el de homologación de títulos extranjeros, que propone facilitar este proceso y pasarlo a manos del Ministerio de Educación Pública (MEP) en vez de las universidades públicas.
Ecosistema mundial
Los semiconductores son la base de la computación mundial. Se utilizan en dispositivos móviles, turbinas eólicas y hasta en inteligencia artificial (IA).
Hasta el momento, la producción de estos componentes se concentra en Asia, especialmente en Taiwán. Pero la mayor parte del consumo está en EE. UU. y la Unión Europea.
La creciente demanda está transformando a nuevas empresas en actores de peso. Una de ellas es Nvidia, pues los chips gráficos avanzados que produce destacan por hacer muchos cálculos simultáneamente, lo cual es crucial para el trabajo de IA.
Debido al pujante mercado de IA generativa, Nvidia aumentó su previsión de ingresos para el segundo trimestre del 2023 a $11.000 millones, más del 50% por encima de la estimación de Wall Street, según publicó Business Insider.
Sin embargo, el principal productor mundial en este momento es Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), que proyecta levantar en Arizona un complejo para chips avanzados con un costo de $40.000 millones.
Otras compañías relevantes son UMC, Samsung, Intel y AMD.
El ministro Tovar indicó que ya hay conversaciones en marcha, pero evitó dar nombres. Beirute confirmó que tratarán de acercarse a todas las grandes empresas, entre las que mencionó Nvidia, Samsung, Qualcomm y TSMC.
“A cada una podemos ofrecerles algo. No significa que el acercamiento será el mismo, serán propuestas de valor adaptadas al nicho en el que están”, comentó el jerarca de Procomer.
Mientras se espera la asignación de fondos estadounidenses, el Gobierno prepara una gira a Asia para octubre. Está confirmada la visita a empresas en Japón, Corea del Sur y Taiwán.