El cobro de bienes y servicios por medio de Sinpe Móvil —la cómoda herramienta para realizar transacciones bancarias por medio de cuentas ligadas a números telefónicos— se ha popularizado en Costa Rica. A diario es común encontrar rótulos en comercios con consignas como “Aceptamos Sinpe” y, en algunos casos, acompañados de confidencias como “ayúdenos a mantener el precio” o “pague menos”.
Sinpe llegó para transformar el día a día de las personas en Costa Rica desde el 2016. Desde entonces, el número de transacciones se multiplicó miles veces y superó las 500 millones en 2023.
La herramienta es fácil de usar y eso se refleja en su avance. Según los datos oficiales del Banco Central, 7,3 millones de números telefónicos se han suscrito a Sinpe desde 2016 y 3,3 millones se han desinscrito.Es decir, hay cerca de 4 millones de cuentas activas. Sin embargo, Sinpe también se ha convertido en una plataforma apta para que profesionales y comerciantes eludan los controles del fisco; algunas veces para ofrecer precios más baratos y otras, solo para no pagar los tributos.
La gravedad de esta situación para el erario público no está clara, aunque el dinero que se transa al año por esta vía se contabiliza por millones de millones de colones. Por Sinpe Móvil cambiaron de mano más de ¢8,6 billones en 2023, aunque es imposible conocer la proporción concreta de ese gran total que podría corresponder a pagos de bienes o servicios y, aún más importante, por cuáles de ellas no se pagan impuestos.
Evasión fiscal
El uso de Sinpe como un medio para evadir los controles de Hacienda fue señalado desde el año 2021 por el exministro de esa cartera, Elian Villegas. Por aquel entonces, hace apenas tres años, el monto general que se transaba por medio de la herramienta era la mitad del actual (unos ¢4 billones).
El exjerarca afirmó desde entonces que el sistema de pagos “se estaba convirtiendo en un problema” para la hacienda pública, palabras que utilizó en un foro organizado por el Colegio de Ciencias Económicas y que luego le valieron múltiples críticas por parte de representaciones sociales y políticas de oposición, en favor del medio de pago y en contra de eventuales restricciones sobre su uso.
Villegas finalmente tuvo que matizar sus declaraciones y explicó que su intención nunca sería “trabar” el despliegue de la plataforma. Pero, recalcó, veía como un problema evidente que también se usa para evadir impuestos. “Está siendo utilizado por mucha gente para decirle: ‘si me paga por Sinpe, no le cobro el IVA y no hay factura’”, describió en una entrevista publicada por el periódico La Nación al respecto.
Villegas retomó ese argumento en las últimas semanas, en artículos de opinión y entrevistas sobre la situación de estrechez financiera que vive el país. Desde su punto de vista, atender esta cuestión es fundamental para llevar recursos frescos a las arcas del Estado y llenar los vacíos en campos como educación o seguridad, que la mayoría de la población dice ver cada vez más en peor estado, según los estudios de opinión pública disponibles.
Incluso se aventuró a realizar algunas estimaciones sobre cuánto dinero podría recolectarse. Según dijo, si únicamente la mitad de las transferencias que actualmente se realizan por Sinpe correspondieran a pagos por bienes y servicios no declarados, entonces se podría decir que Hacienda hoy deja de percibir unos ¢585.000 millones en IVA; y otro tanto similar por concepto de renta. Todo junto, estima, implicaría una cifra cercana al 2% de la producción.
Consultado por EF, el exministro de Hacienda aseguró que al cierre del gobierno anterior no se pudo avanzar en el tema. “Ya estábamos en la segunda parte del año y estábamos cerrando con todo el tema del Fondo Monetario encima”, se excusó. No obstante, también dijo que Tributación empezó a realizar análisis sobre cómo se podría atender la cuestión y subrayó que ese análisis debería mantenerse vigente.
“En un momento donde lo que es propiamente el aporte de los tributos se está viendo disminuido, pareciera que por ahí se está yendo una parte importante”, aseguró.
Fernando Rodríguez, economista del Observatorio Económico y Social de la Universidad Nacional (OES-UNA), considera que es importante atender la situación. Según dijo, es innegable que la herramienta se usa para evadir el fisco, pero también señaló que cualquier solución que se plantee seguramente requeriría inversiones importantes en tecnología, información y recurso humano, y que no todas las personas que hoy utilizan ese medio para evadir tributos empezarán a pagar correctamente, sino que probablemente busquen otro medio para seguir incumpliendo.
“Coincido con él en que sí hay un problema con el Sinpe Móvil, que provoca que se pierda control y capacidad recaudatoria en el IVA; pero yo no veo que se vaya a dar un salto tan importante“, señaló el académico. “Hay que entrarle al Sinpe Móvil, sí. Hay que buscar una salida y mi tesis es que habría que crear una declaración informativa, en la que los mismos bancos le indiquen (la información) a Hacienda, igual que como se hace con las tarjetas de crédito y débito (...) pero no creo que vaya a dar un 2% del PIB”, apuntó.
Además, está el impacto en la opinión pública. En 2021, la Cámara de Comercio criticó al exministro Villegas a través de comunicaciones oficiales, diciendo que la discusión no debía centrarse en los medios de pago como Sinpe, sino en mejoras para que los negocios formalicen sus operaciones. Dicho reclamo caló en la ciudadanía y en representaciones políticas.
El propio Villegas recuerda que en su momento hubo quienes le reprocharon que los cobros de productos y servicios por Sinpe usualmente se relacionan con pequeños negocios, aunque técnicamente estos no están exonerados del pago de impuestos y tampoco hay pruebas concretas de que solo ese sector use la herramienta como medio de pago para cobrar sin factura. Según el exministro, es difícil pensar que los saltos anuales por varios billones de colones en el uso Sinpe Móvil correspondan solamente a ventas pequeñas e informales, y no a parte del sector comercial.
Para Hacienda, por su parte, es difícil seguirle la pista a los ingresos de cada contribuyente. No todos los consumidores exigen factura y el secreto bancario resguarda la información de las cuentas de las personas y sociedades. Para levantarlo debe intervenir un juez con base en procesos activos e indicios suficientes sobre el posible ocultamientos de información relevante relacionada con posibles delitos u omisiones.
Autoridades actuales
EF le solicitó criterios recientes sobre el tema al Ministerio de Hacienda y al Banco Central, como ente cobrador de impuestos y como responsable de Sinpe Móvil, respectivamente. Sin embargo, ninguna de las dos instituciones respondió hasta el cierre de esta edición.
No obstante, el ministro de Hacienda, Nogui Acosta, había dicho en una entrevista con el periódico La Nación en mayo de 2023 que su enfoque se pondría sobre la fiscalización del uso de facturas electrónicas y no en el medio de pago.
“Estamos apostando más a que podamos identificar pagos a través de la factura digital y utilizar los medios tecnológicos que vamos a implementar a través de Hacienda Digital para perseguir esas cosas. Ya estamos haciendo análisis de facturas. Cuando tengamos gente que se comporta fuera del promedio, vamos a caerles”, dijo entonces.
Una respuesta similar dio sobre el mismo tema Róger Madrigal, presidente el BCCR. “Si hay factura no debería de haber evasión de impuestos. Lo mismo podría decirse cuando se paga con cheque o efectivo, esa es la variable crítica”, subrayó.
Ese tipo de control, sin embargo, es complejo porque se debe hacer de forma individualizada y es complicado demostrar la inexistencia de las facturas debidas en casos de posible evasión.
En tanto, la recaudación tributaria de Hacienda se ha desacelerado y no se prevé una recuperación significativa en los próximos meses, atizando la situación de estrechez financiera que ya de por sí vive el Estado.
Después de crecer en proporciones de dos dígitos en 2021 y 2022, la recaudación tributaria aumentó apenas un 1,9% en 2023 (alcanzando los ¢6,4 billones) y, hasta julio de este año registra un crecimiento aún menor (1,2%).