Londres. Tras fracasar en la búsqueda de un consenso sobre cómo sacar a Reino Unido del caos político del Brexit , la primera ministra Theresa May presenta el lunes su plan B, que parece simplemente modificar el acuerdo ya ampliamente rechazado por el parlamento.
Un portavoz de Downing Street reconoció que May busca cambios al controvertido "backstop", el mecanismo destinado a evitar una frontera en la isla de Irlanda, que la semana pasada provocó el estrepitoso rechazo de su acuerdo.
"Ya está claro que un número significativo de colegas han expresado su preocupación por el 'backstop' y esa es una de las áreas que vamos a considerar", dijo a los periodistas.
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"La primera ministra está comprometida con la garantía que dio a la gente de Irlanda del Norte de que no habrá retorno a una frontera dura, pero después de haber perdido el voto de la semana pasada por un margen significativo, es obvio que se necesita más trabajo para obtener el apoyo de la cámara y eso es lo que seguimos trabajando para lograr", explicó.
La Cámara de los Comunes rechazó el pasado martes por una aplastante mayoría el acuerdo negociado por May: 432 votaron en contra -incluidos 118 rebeldes conservadores- y solo 202 a favor.
Esos mismos rebeldes, además del pequeño partido unionista norirlandés DUP, de cuyo esencial apoyo depende la estrecha mayoría parlamentaria de May, decidieron un día después mantener a la primera ministra en el cargo, al votar contra una moción de censura lanzada por la oposición laborista.
La jefa de gobierno inició entonces una serie de encuentros con el resto de partidos en busca de un consenso para acabar con el bloqueo parlamentario. Pero el diálogo nació muerto: el líder laborista Jeremy Corbyn se negó a dialogar hasta que May descartase fehacientemente la posibilidad de un Brexit sin acuerdo, a lo que esta respondió que eso era “imposible”.
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Ante la falta de consenso, la jefa de gobierno vuelve al parlamento el lunes por la tarde con su propuesta alternativa, a la que los diputados podrán presentar sus enmiendas antes de otra votación prevista para el 29 de enero.
Pero, según la prensa británica, el nuevo plan del ejecutivo difiere en poco del plan inicial, sobre el que May propondría negociar algunos cambios con la UE.
Una noticia que era recibida con escepticismo en Bruselas, donde el lunes se encontraban los ministros de Relaciones Exteriores para una reunión ordinaria.
“No creo que se pueda salvar con ajustes marginales en el plan actual. No creo que pueda convencer a los diputados presentándoles lo mismo con ligeros retoques”, consideró el canciller español Josep Borrell. “Por lo tanto tiene que presentar algo sustantivamente diferente, pero naturalmente eso tiene que ser después aprobado en la UE”.
Y dejó claro: "Lo que sí es importante es que consiga un apoyo parlamentario. No podemos seguir negociando algo al albur, como ha ocurrido esta vez, de que cuando está todo negociado, el parlamento británico lo rechaza. Tenemos que tener la garantía de que tiene detrás apoyo político suficiente para lo que se negocie, no se rechace en el último momento".
Tras reunirse con el canciller irlandés Simon Coveney, el negociador jefe de la UE Michel Barnier señaló que la nueva propuesta de Londres pueden consistir en modificar la declaración política sobre la futura relación entre Londres y Bruselas, más que en alterar el Acuerdo de Retirada sellado por ambos en noviembre.
“Nos pusimos de acuerdo sobre el ‘backstop’ y sobre el Acuerdo de Retirada”, afirmó en declaraciones a la televisión pública irlandesa RTE. “El debate versa ahora mucho más sobre la futura relación”, aseguró, precisando que los europeos “estamos abiertos a volver a trabajar en la declaración política y a ser más ambiciosos” sobre los términos que deben regir el comercio entre Reino Unido y la Unión Europea una vez consumado el divorcio.
Un 52% de británicos votó a favor de salir de la UE en el referéndum de 2016 y, tras un año y medio de difíciles negociaciones entre Londres y Bruselas, la decisión debe hacerse efectiva el próximo 29 de marzo. Pero a 67 días, pesa la amenaza de un Brexit sin acuerdo.
Determinados a evitar este escenario, que según el Banco de Inglaterra sumirá al país en una profunda recesión, al menos dos grupos de diputados preparan estrategias para dar al parlamento el poder de decidir los próximos pasos.
Existe “el peligro de que el parlamento pueda detener a Brexit”, advirtió el portavoz de Downing Street.