Aumentar las operaciones de carga es una de las aristas que explora la nueva administración del Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer) para sanear su giro comercial y cerrar la brecha entre ingresos y gastos, que hasta ahora le es imposible remediar.
Las operaciones de transporte de pasajeros nunca son sostenibles por sí mismas, según el nuevo presidente ejecutivo de la entidad, Mario Arce; por lo que implementar proyectos de carga hacia el Caribe y hacia el Pacífico son dos proyectos que se tienen en la mira.
El transporte en ambas direcciones cobra más sentido si se toma en cuenta el valor comercial de los puertos: Moín y Limón en el Caribe, y Caldera en el Pacífico.
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Arce considera que revitalizar este tipo de operaciones –que actualmente se realizan de forma exigua, pero que ya dejaron un 30% de los ingresos de la compañía en 2020 por venta de bienes y servicios– sería una las principales salidas para dejar atrás los años de pérdidas sostenidas. Además, plantea que son proyectos de fácil financiamiento, precisamente porque tienen altas posibilidades de rentabilidad si se hacen de forma correcta.
La institución acumula al menos siete años de cerrar sus estados financieros anuales en cifras negativas por miles de millones de colones, según los registros auditados disponibles a la fecha. Haber descuidado las operaciones de carga en los últimos años, según Arce, fue ”ponerle la soga al cuello” a la empresa pública y ahora su deseo es quitársela de encima.
¿Proyectos a los puertos?
Incofer tiene en su mira trenes de carga al Caribe y al Pacífico; sin embargo, la situación es distinta en ambos casos.
En relación con un eventual tren al Caribe, ya existe un plan de Tren Eléctrico Limonense de Carga (Telca) que dejó en marcha el gobierno anterior y, según Arce, “se ve muchísimo potencial y se visualiza la viabilidad total de ese proyecto”.
Tal es así que este 16 de agosto, en el marco del cumplimiento de sus primeros 100 días como mandatario, el presidente Rodrigo Chaves citó al proyecto como una de las obras de infraestructura que desea dejar en su mandato para “llevar el desarrollo social y económico a Limón y a la Zona Norte”.
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Los planes actuales del Telca plantean revivir 180 kilómetros de vía férrea del Tren del Atlántico y construir otros 80 kilómetros adicionales, con una inversión de unos $820 millones (dato presentado en marzo pasado). El proyecto tendría cuatro fases constructivas y conectaría desde Muelles en San Carlos hasta Moín, pasando por Chilamate y Río Frío. Además, un ramal iría hasta Sarapiquí para captar la carga proveniente de la Gran Área Metropolitana (GAM).
El uso del tren sería mayoritariamente para el transporte de bienes; sin embargo, Arce aseguró que se podría explorar un margen mínimo para el transporte de pasajeros y turistas. Eso podría dejar otro tipo de ganancias a la región, aseguró.
Los estudios de factibilidad hechos por la empresa Audingintraesa-Audingmex, financiados con $1,3 millones provistos por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), indican que el Telca podría captar entre un 30% y un 50% de la demanda de carga de mercancías desde y hacia el Caribe. Ello descongestionaría vías terrestres de automóviles y permitiría mayor eficiencia en traslados de bienes.
Por otro lado, el caso del tren al Pacífico es más complejo. Aún no existe un proyecto como tal y el planteamiento de la nueva administración es arrancar desde cero con los estudios correspondientes, aprovechando el contexto de la próxima ampliación portuaria en Caldera.
Si se inicia ya mismo, afirmó Arce, el Incofer podría dejar encaminada la construcción de este a finales de su gestión cuatrienal.
Sobre el financiamiento de los proyectos, el Instituto ve diversas opciones y no espera mayores problemas. “Los trenes de carga son rentables y los bancos lo saben”, afirmó el presidente de la entidad.
Consultada por EF la Cámara de Industrias afirmó aún no tener una posición específica ni siquiera sobre el tren al Caribe. Como aún no hay un proyecto definido ni presentado a ellos directamente, prefirieron no hablar de manera favorable o negativa, según respondieron el 12 de agosto pasado.
Sin embargo, la representación empresarial aseguró que “por supuesto que para la industria, que exporta un 77% de los bienes del país y que requiere importaciones, la mejora logística de mercancías es un tema de interés que debe ser analizado en materia de costos y eficiencia”.
La logística es uno de los principales rezagos del país en materia de competitividad.
Costa Rica se ubicó en el puesto 62 entre 141 economías del mundo del Índice de Competitividad Global que realizó el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) en 2019, con un puntaje promedio de 62 entre 100. Sin embargo, sus calificaciones bajaron el materia de infraestructura para el transporte, en dónde su posición global fue la número 88 y su calificación promedio de un 44,4.
Sin embargo, el impulso de los trenes podría tener detractores.
Transportistas ya realizaron bloqueos en julio de 2019 alegando diversos motivos; entre ellos, la entrada en vigencia del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el impulso del tren al Caribe.
Finanzas de Incofer
Las finanzas del servicio ferroviario estatal costarricense sufren una hemorragia de varios años.
En el 2020, cuando Incofer redujo sus operaciones, la empresa acumuló pérdidas por ¢4.579 millones y un año antes el desequilibrio ascendía a ¢7.160 millones.
Es en ese contexto que la empresa pública busca impulsar operaciones más rentables de carga.
Las operaciones de carga apenas representaron un 29% de los ¢1.207 millones en ingresos del Instituto por venta de bienes y servicios en 2020 (año de la pandemia), y la proporción se reducía hasta un 15% de ¢2.172 millones en 2019. Ese fue el último año antes de la emergencia sanitaria por el covid-19, cuando los trenes de pasajeros funcionaron a su máxima capacidad.
La proporción tan baja de ingresos por carga le parece inexplicable a Arce. “El transporte de carga tiene que ayudar a subsidiar el transporte de pasajeros; así sucede en todo país del mundo, pero aquí, por razones que no entiendo ni termino de conocer, esa decisión no se visualizó así”, subrayó el jerarca de Incofer.
El deseo de Instituto es dejar el tren al Caribe operando y el tren al Pacífico en fase constructiva, al tratarse de una idea ‘en pañales’.
Otros proyectos
Además de los proyectos de carga en el Caribe y en el Pacífico, Arce aseguró que la actual administración quiere dejar en marcha la primera línea del Tren Rápido de Pasajeros de la GAM, entre Paraíso y San José. Esa sería la primera de las tres líneas que componen el proyecto de tren elevado que sustituiría al tren eléctrico que dejó la administración anterior y que el nuevo gobierno decidió desechar por completo.
Asimismo, hay una serie de proyectos cuya viabilidad dependerá de que “haya voluntad y se tengan los recursos”, según explicó el presidente del Instituto. Entre ellos, mencionó la activación de un servicio directo a Turrialba, para el cual ya hay acercamientos iniciales con la municipalidad de ese cantón; la compra de nuevos trenes de diésel para fortalecer la operación en las líneas de la GAM que no serán atendidas por la primera fase del nuevo tren eléctrico; la eventual ampliación de un ramal entre Belén y San Rafael de Alajuela; y la eventual activación de rutas temporales hacia el Pacífico, mientras se concreta el proyecto más extenso.
En su discurso conmemorativo de los primeros 100 días de su mandato, el presidente Chaves aseguró que se impulsará “el servicio de tren para pasajeros” entre Alajuela y Puntarenas.
Otros planes de Incofer se relacionan con una gestión más saludable de su patrimonio inmobiliario. La empresa actualmente realiza un inventario y ha identificado 850 propiedades de la compañía en todo el país, de las cuales solo unas 150 tienen planos y delimitaciones actualizadas. Incofer quiere reevaluar sus activos y determinar qué se puede traspasar, vender o desarrollar productivamente, ya sea mediante alianzas público-privadas o para usos comerciales propios.
“El Incofer pudo haber reiniciado operaciones en 2005, pero desde el punto de vista de su enfoque sigue prácticamente en un estado de parálisis”, afirmó Arce. Su promesa, entonces, es llevar a la compañía a “un modelo de gestión empresarial” y acabar con lo que califica como “falta de creatividad para visualizar otras opciones de generación de recursos”.