Las tres mayores universidades públicas de Costa Rica equipararon en 2022 un total de 96 títulos provenientes de centros de educación superior del exterior. Esta cifra se desprende de un análisis que hizo EF de datos universitarios.
Actualmente las cinco universidades públicas son las encargadas de efectuar el reconocimiento y equiparación de títulos extranjeros, pero el funcionamiento de este trámite tiene insatisfecho al Gobierno. El Ejecutivo presentó un proyecto de ley para “modernizar” el proceso en el que propone pasarle la tarea al Ministerio de Educación Pública (MEP).
A continuación mostramos los datos más relevantes de los últimos años, cómo funciona el procedimiento actual y qué plantea el Gobierno.
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Las cifras
Este medio solicitó a las cinco universidades públicas datos de equiparación de los últimos 10 años. Sin embargo, cada institución proveyó información distinta.
El Tecnológico de Costa Rica (TEC) y la Universidad Nacional (UNA) proporcionaron documentos más completos, desde 1983 y 2000, respectivamente. La Universidad Estatal a Distancia (UNED) entregó datos desde el 2012 y la Universidad Técnica Nacional (UTN) –de más reciente creación– facilitó cifras desde el 2016.
Por su parte, la Universidad de Costa Rica (UCR) fue la que dio menos información, solo de 2022 y 2023. La institución alegó que la información solicitada no está digitalizada.
La UCR es precisamente la casa de estudios que más solicitudes de equiparación recibe: son casi 5.000 de 2012 a 2022, entre 400 y 500 por año. La UNA está en segundo lugar, según los números del Consejo Nacional de Rectores (Conare).
Solo en 2022, las tres principales universidades equipararon 96 títulos: 79 la UCR, 14 la UNA y 3 el TEC. El número crece a 328 cuando se incluyen los reconocidos pero no equiparados.
Ese mismo año, a los tres entes ingresaron 562 solicitudes. Un cálculo superficial deja ver que las resoluciones de equiparación corresponden a menos del 20% de las peticiones y casi 60% contando los reconocidos, pero también se arrastran procesos de años previos. La UTN y la UNED no enviaron los datos desagregados por año.
Estos títulos que llegan de universidades localizadas fuera de las fronteras nacionales –que pueden ser de costarricenses que salen a estudiar o extranjeros que quieren ejercer en el país– pertenecen a una amplia gama de áreas de estudio, pero hay una que sobresale con bastante diferencia.
Según los datos proveídos por cuatro universidades, Medicina Veterinaria lidera esta sección, con 132 títulos reconocidos o equiparados en los 10 años previos. Esta carrera le corresponde a la UNA, pues es la única universidad pública que la ofrece.
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Administración está en segundo lugar, con 59 diplomas. Aquí se incluyen aquellos relacionados a administración de empresas y negocios con diferentes énfasis, gestión empresarial, entre otros.
Muy cerca está Educación como la tercera área de la que llegan más títulos. Este apartado engloba los que involucran enseñanza, docencia y otras ramas de la educación.
Los títulos extranjeros provienen de decenas de centros de estudio internacionales. Este dato lo brindaron solo tres de las cinco universidades públicas: UTN, UNED y TEC.
Las personas con títulos reconocidos o equiparados por estas entidades se graduaron en su mayoría de universidades estadounidenses, pues una treintena de títulos tiene origen en ese país.
Venezuela es otro país común entre los solicitantes, con 28 diplomas. Colombia y España son otros sitios que concentran una parte significativa de los títulos.
Cuando se revisa el nombre de la universidad, los datos se dispersan aún más. La Escuela de Carabineros de Chile, la Nova Southeastern University (Canadá) y la National University (EE. UU.), figuran como las tres más numerosas, pero ninguna aporta más de 10 títulos.
En la lista aparecen otras entidades como la Universidad Central de Venezuela, la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI, de Nicaragua) o el Incae Business School, tanto su sede de Costa Rica como de Nicaragua.
¿Cómo funciona?
Para comprender este proceso, hay que irse a los años 1940. Desde la fundación de la UCR, la primera universidad pública, se le dio potestad de pronunciarse sobre la equiparación de diplomas extranjeros. Esa función original se diseminó a las otras casas de estudio conforme se crearon.
Las universidades emiten, al menos, tres diferentes resoluciones. El reconocimiento del título, cuando se acepta la existencia del mismo y se inscribe en el registro; la equiparación de grado, cuando la institución declara el nivel académico y la validez del grado, pero no equipara los estudios a ninguna carrera; y finalmente la equiparación de grado y título, que significa que el nivel obtenido es equivalente al de alguna de las carreras ofrecidas por la respectiva universidad pública.
Este proceso no es una obligación para todos los graduados en el exterior, sino un requisito que dictan ciertos colegios profesionales para asegurar la igualdad de conocimientos y capacidades. Es especialmente necesario en labores críticas como medicina o ingeniería.
“Se constata que esta persona que viene del exterior tiene los mismos requisitos y condiciones para poder incorporarse al colegio y ejercer. Es un principio de igualdad ante la ley”, comentó Gastón Baudrit, asesor legal del Conare.
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El proceso se inicia en el sitio web de la Oficina de Reconocimiento y Equiparación (ORE) del Conare. Hay dos caminos: la persona puede subir ahí mismo los documentos solicitados (entre los que están el diploma, el plan de estudios, las notas, la tesis, traducciones si vienen en otro idioma) y saca una cita para presentar los originales. Si se le imposibilita subirlos, debe presentar originales y copias el día de la cita.
El costo es de ¢104.000 para nacionales y residentes y de ¢208.000 para extranjeros, más otras sumas menores que cobran las universidades por timbres y certificaciones.
Antes de eso, la persona debe buscar y escoger la carrera más afín a la que desea equipararse, entre las que ofrecen las universidades públicas. Si la carrera de la que se graduó no existe en Costa Rica, debe optar por equiparar solo el grado (licenciatura, por ejemplo).
En Conare, la solicitud se evalúa en una comisión y se aprueba el envío a la universidad seleccionada. Esta fase no debería durar más de 10 días hábiles. Sin embargo, luego cada centro establece sus propios plazos para procesar la petición.
En la UCR, por ejemplo, la ventana es de 40 días hábiles como máximo, pero algunos casos pueden tomar más tiempo. Eso le sucedió a Geovanny Martínez, un ingeniero electrónico de 44 años graduado en 2008 de la UNI de Nicaragua.
Tras un primer acercamiento en Conare en 2013, tardó dos meses en recibir documentos de la UNI y luego año y medio para que la UCR resolviera su solicitud, que tuvo como resultado la equiparación del título con Ingeniería Eléctrica. Hasta marzo del 2016 pudo incorporarse al Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA), por lo que esperó tres años para poder ejercer en Costa Rica.
Algunos colegios profesionales permiten a la persona trabajar si presentan una carta del Conare que indique que el reconocimiento o equiparación está en trámite.
Una experiencia distinta es la de Alhelí Mateos, una mexicana graduada de la Licenciatura en Nutrición de la Universidad Iberoamericana. Vino a Costa Rica solo a hacer una maestría en la UCR, para lo que tuvo que certificar su título mexicano con la apostilla. Luego decidió establecerse en el país y el colegio respectivo le pidió la equiparación para ejercer pero tuvo un escollo.
“Muchas de las materias se llamaban distinto, puede que sea la misma base pero con otro nombre. El colegio no me permitía trabajar”, contó Mateos, quien optó por estudiar, por segunda vez, la misma carrera en una universidad privada del país. Ahora ejerce su profesión en la Federación Costarricense de Fútbol.
Aunque la mexicana hizo el trámite hace más de una década, comentó que en ese momento le faltó acompañamiento de la universidad y comentó que es especialmente complicado cuando se trata de estudiantes extranjeros. Martínez, por su parte, recomendó habilitar un sistema de tickets para que el solicitante pueda visualizar el progreso.
“Cuando realicé el proceso no supe que fue revisado por la UCR hasta el día que recibí la notificación por correo”, afirmó.
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Cambio de timón
A inicios de mayo, el Gobierno presentó un proyecto de ley para cambiar el funcionamiento del trámite actual y pasarle el mando al MEP, con la promesa de menos tramitología y facilitar la inserción de talento, especialmente en el sector público.
Tanto el presidente Chaves como la ministra de Educación, Anna Katharina Müller, argumentaron que el proceso vigente es engorroso, costoso y lento. “El proceso de obtener reconocimiento y equiparación de esos títulos dicen que es una tortura china”, expresó Chaves en la conferencia de prensa del miércoles 10 de mayo.
Según expuso Müller, los nuevos plazos que se proponen son de 10 días hábiles para reconocimiento y 60 para equiparación, además de un procedimiento especial para refugiados.
El proyecto, bajo el expediente 23.744, autoriza al MEP y al Ministerio de Planificación a crear la entidad que le corresponderá cumplir con los objetivos propuestos. El Ministerio también habilitará una base de datos de consulta pública sin información personal.
Se mantiene la obligación de agremiarse al colegio profesional respectivo cuando así se requiera y de cursar planes remediales cuando el currículo extranjero sea insuficiente.
Además, las universidades privadas entran en el juego. El solicitante tendrá la opción de elegir un centro privado en caso de que varios ofrezcan la carrera a equiparar.
Todo apunta que la iniciativa tendrá un camino fácil en la Asamblea Legislativa, pues en la presentación del texto estuvieron presentes diputados de todas las fracciones menos el Frente Amplio.
Los representantes de Conare prefirieron no adelantar un criterio sobre este texto y aseguraron que la entidad emitirá un pronunciamiento luego de revisar la propuesta del Ejecutivo. No obstante, Baudrit acotó que existe un marco constitucional en esta materia.