Un asistente que dice haber trabajado para el portero costarricense Keylor Navas interpuso una denuncia en contra del guardameta, por hacerle laborar en condiciones irregulares que, según el abogado del denunciante, Yassine Yakouti, podrían configurar una forma de “esclavitud moderna”.
Entre otras cuestiones, el hombre asegura que Navas le pagaba 3.200 euros mensuales (unos $3.480) para trabajar jornadas de hasta siete días continuos, en las cuales le solicitaba permanecer armado, dejar un fusil a su disposición y le alojaba en un sótano húmedo, sin reportar la relación laboral a la seguridad social.
La cadena francesa BFM publicó la noticia este 5 de junio, junto con varios vídeos grabados como prueba por el denunciante y que habría aportado a la Fiscalía de Versalles.
Según el medio, Navas rechazó declarar sobre la denuncia.
@bfmtv INFO BFMTV : l’ex-gardien du PSG Keylor Navas visé par une plainte d’un ancien employé pour travail dissimulé #psg #navas #football #travail ♬ son original - BFMTV
En los vídeos aportados por el denunciante, se escucha a Navas aceptar que la relación laboral entre ambas partes se habría gestionado al margen de la ley.
“No estamos trabajando bajo la ley francesa, usted no tiene contrato francés, yo le pago en cash, no pago impuestos y usted tampoco. Trabajamos con mis reglas”, se le escucha decir al guardameta en la grabación.
Según el hombre, llamado Nicolás por el medio francés, este intercambio habría ocurrido como respuesta a una solicitud suya de formalizar sus condiciones laborales.
En total, el hombre dice que trabajó por 20 meses para Navas como ayudante y personal de mantenimiento desde septiembre de 2019. También asegura que el portero le prometió establecer un contrato formal, pero nunca lo hizo. “No tenía realmente nada formal mi puesto, todo era hablado”, dijo el hombre, con identidad protegida, a BFMTV.
El supuesto extrabajador también aseguró que el portero le pedía estar siempre armado, pues temía por su seguridad. También indicó que Navas le habría condicionado a dejar en su casa una escopeta que el guardameta manipulaba y disparaba en su jardín, a pesar de que no tenía el registro requerido para ello. “A veces disparaba en su propiedad, sólo para complacerse a sí mismo o mostrárselo a sus amigos”, aseguró.
Hasta ahora, el portero y máximo exponente internacional del fútbol costarricense tampoco se ha referido al caso a través de sus canales de comunicación directa.
Según el abogado del denunciante, la situación descrita por su cliente está “en el límite del derecho penal”. “Aunque uno sea una estrella del fútbol, no tiene derecho de saltar las reglas”, concluyó.