La pulcra imagen que Costa Rica ostentaba en materia de comercio multilateral se ha visto empañada por un repertorio de diferencias comerciales que se han acumulado en las últimas dos administraciones. Mientras el tiempo pasa el país se sumerge en diálogos extensos e infructuosos, y algunos conflictos lejos de mejorar se agravan.
Tal es el caso del pulso que existe con Brasil. Días atrás la nación sudamericana informó que gravará los principales productos que Costa Rica exporta hacia este mercado ―incluidos los dispositivos médicos―, ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo para disminuir los aranceles a las importaciones de azúcar.
El pulso nació porque las autoridades nacionales aplicaron una medida de salvaguarda en el 2020 para proteger a los productores nacionales, lo que incrementó las tarifas arancelarias hasta 72,68%. Esta decisión también abrió un pulso con Canadá, otra nación que le vende azúcar a Costa Rica.
Ambos conflictos escalaron hasta la Organización Mundial del Comercio (OMC).
A estas diferencias comerciales también se suman las trabas que la administración Solís Rivera aplicó a la importación del aguacate mexicano Hass, un caso que también escaló al organismo multilateral y que está a la espera de un veredicto en la segunda mitad del año.
Con Panamá también existen roces, pues en el 2020 la nación sudamericana puso trabas a las exportaciones a los lácteos y las carnes provenientes de Costa Rica.
EF conversó con el ministro de Comercio Exterior, Andrés Valenciano, para conocer cómo caminan las diferencias comerciales que Costa Rica ha acumulado en las dos últimas administraciones.
En el segundo semestre de 2021 la Organización Mundial del Comercio (OMC) podría dar a conocer el veredicto por las barreras que impuso Costa Rica al aguacate mexicano Hass. ¿Cómo avanza este proceso?
―Esto está en las etapas finales y en lo que resta del año se espera que se reciba la última resolución del laudo alrededor de este tema. Como todavía está en esta fase no podemos opinar acerca del caso porque podríamos tener alguna injerencia del mismo.
Costa Rica ha tenido diferencias con México, Canadá, Panamá y Brasil. Este último anunció que va a gravar los principales productos de exportación ante la falta de un acuerdo para bajar el arancel del azúcar. ¿Comex ya recibió una notificación formal o realizó un acercamiento para saber cuándo se podrían aplicar los impuestos?
― Desde el año pasado hemos estado en una negociación tanto con Canadá como con Brasil para buscar una forma de llegar a un acuerdo y que no sea necesario elevarlo a un mecanismo de solución de controversias, para poder resolverlo por la vía del diálogo. Eso es lo que estamos haciendo con Brasil.
El año pasado anunció unas medidas muy concretas sobre algunos productos de exportación y a partir de ese momento hemos continuado para llevar todo a buen puerto. Aún así no hemos recibido formalmente el anuncio o una declaración que Brasil haya puesto algún arancel o algún impuesto, alguna medida retaliatoria en contra de la medida de salvaguarda adicional a lo que ya en noviembre se había emitido.
Según el anuncio, Brasil gravaría dispositivos médicos. ¿Cuál podría ser el impacto de una eventual medida arancelaria para la industria de las ciencias de la vida en Costa Rica?
―Eso va a depender mucho de la posición que tenga Brasil y como aún no tenemos eso de manera concreta no quisiera atreverme decir cuál podría ser el impacto.
Por supuesto que en términos generales cualquier medida que implique un incremento de un arancel o de un impuesto a un sector productivo y muy dinámico para el país, por supuesto que en términos generales siempre tiene un efecto sobre el comercio.
Costa Rica ha tenido una buena imagen a nivel internacional y las medidas que está aplicando Brasil podría dañarla...
―Hay muchos países que están poniendo atención al resultado de esto. Costa Rica tiene una muy buena reputación, no solo dentro de instituciones como la Organización Mundial del Comercio, sino que en los acuerdos bilaterales.
Es una reputación que se ha construido por muchas décadas, no se pierde con una negociación como esta o con un caso puntual. Costa Rica es mucho más grande que eso, pero por supuesto que el país tiene que ser consistente en sus posiciones.
¿Qué ha pasado con Canadá? ¿Han manifestado la posibilidad de aplicar aranceles a las exportaciones?
―El caso de Canadá comenzó igual que el caso de Brasil, ante la medida de salvaguarda para las importaciones del azúcar ellos también levantaron la mano y se comenzó un proceso de negociación. En el caso de Canadá es un proceso que está mucho más adelantado, estamos a punto de finalizar los trámites legales a nivel nacional para dar por cerrado eso.
Nos alegra mucho que ya esté en esa etapa porque lo logramos hacer sin afectar a ninguna de las otras exportaciones. Costa Rica exporta a Canadá una gran cantidad, por ejemplo, de productos agropecuarios.
¿Le ofrecieron alguna medida de compensación?
―Eso es lo que siempre se busca cuando un país está indicando que una medida de salvaguardia lo ha afectado, lo que se busca es hacer algún tipo de compensación. Hay diferentes formas o mecanismos para poder compensar. Como estamos en una etapa de cierre y a punto de cerrar los mecanismos acá, pronto comunicaremos todos los detalles.
El 1.° de julio de 2020 Panamá no renovó los permisos para las exportaciones ticas de lácteos y productos cárnicos. ¿Continúan en diálogos?
―Esto comienza por una decisión unilateral que hace Panamá al no renovar los permisos de exportación de estas plantas de cárnicos y leche de Costa Rica.
A partir de eso Costa Rica empieza un proceso de diálogo bilateral para ver cómo resolver esto. Como pasa el tiempo y pasa el tiempo y no vemos una respuesta de parte de las autoridades, a pesar de que se ha trabajado a nivel técnico, a nivel político, a nivel Cancillería, a nivel de Ministerio de Comercio Exterior, y del Ministerio de Agricultura, decidimos hace relativamente poco elevarlo a un mecanismo formal de solución de controversias.
Eso se va trabajando en paralelo, elevamos el mecanismo a la OMC y continuamos con el diálogo.
Costa Rica aspira atraer mayor Inversión Extranjera Directa para fortalecer se diversos clústeres, como los de ciencias de la vida. ¿Cómo el país puede ser competitivo cuando hay una escalada en los conflictos comerciales?
―Los otros países, los inversionistas, saben que los países están teniendo constantemente diferentes situaciones comerciales. Algunas que no dependen ni siquiera del país. Esa es una gran variable que los inversionistas consideran, pero hay otro montón de cosas que Costa Rica ofrece que al resto de países en el mundo les cuesta desarrollar.
Costa Rica es respetuoso del ordenamiento jurídico, ofrece estabilidad política, establece un apego a la normativa internacional incluso cuando existen discusiones con otros países.
Costa Rica lleva años sin firmar acuerdos comerciales. ¿No va esto en contra de la estrategia de diversificación comercial?
―Costa Rica tiene que seguir buscando nuevas oportunidades para nuestros exportadores, nuevas oportunidades para el intercambio de bienes y servicios, y eso lo hacemos de diferentes maneras.
No solo tenemos que buscar nuevos acuerdos, como lo estamos haciendo. En este momento Costa Rica participa en un tratado muy innovador, pionero por la forma en la que se está haciendo, se llama el Agreement on Climate Change, Trade and Sustainability (ACCTS) que es el acuerdo sobre cambio climático y sostenibilidad. Lo que busca es cómo países, en este caso Nueva Zelanda, Suiza, Noruega, Fiji y Costa Rica están promoviendo el intercambio de bienes y servicios ambientales.
Costa Rica no puede perder el hambre de seguir buscando nuevos acuerdos comerciales. El mundo se está moviendo a buscar nuevos mecanismos de intercambio comercial y Costa Rica no puede perder ese pulso.