El candidato presidencial del Partido Acción Ciudadana (PAC), Welmer Ramos, manifestó que no le preocupan los resultados de las encuestas, pues siempre han sido margen de error, y a pesar de eso su agrupación “siempre llega a la final y siempre gana”.
Entre las propuestas de Ramos están mantener al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) como agente único ante el Mercado Eléctrico Regional (MER), fortalecer el papel del Estado mediante una “más eficiente gestión” de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) y promover la implementación del ferri entre Costa Rica y El Salvador.
En la quinta entrega de una serie de entrevistas con candidatos presidenciales de los partidos políticos que tienen, actualmente, más de un diputado en la Asamblea Legislativa o están dentro de las primeras siete posiciones según la encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), EF conversó con Ramos para conocer varias de sus propuestas y su posición en temas relevantes para el país.
Cuando el CIEP realizó la primera encuesta, en agosto 2021, hasta un 4% de las personas entrevistadas dijo que votaría por la candidatura del PAC, que para ese entonces aún no estaba definida. Sin embargo, tras su elección como candidato presidencial del partido, el porcentaje de respaldos comenzó a caer y según la encuesta más reciente del CIEP se sitúa en un 0,5%. ¿Qué planea su campaña para crecer?
— Seguir diciendo la verdad de lo que necesita Costa Rica, seguir señalando que somos el único partido que está al centro, el único partido que se fija en el pueblo, y seguir mostrando cuáles han sido mis luchas. Creo que todo esto es lo que al final va a poner al PAC otra vez en los primeros lugares como siempre lo ha sido.
Siempre hemos sido margen de error, por eso a mí no me preocupan las encuestas. En las elecciones anteriores ni siquiera al candidato del PAC se le quería invitar a los debates porque estaba entre los últimos. Al final nosotros demostramos que las encuestas mejor nos midieran a nosotros dándonos de una vez el porcentaje de indecisos y no estar en esas mediciones que una y otra vez dicen cosas que son falsas.
En Costa Rica cuando se hacen encuestas los costarricenses se guardan siempre cuál es la decisión final y no toman en serio cuando les hacen una encuesta.
Lo único cierto es que el PAC siempre llega a la final y siempre gana, y estoy seguro que esta vez va a ser así, porque tenemos la mejor propuesta, la mejor gente, el enfoque para que Costa Rica siga siendo un país justo de oportunidades, un país solidario y creo que el candidato del PAC también puede mostrar coherencia entre lo que dice y lo que hace a través de su vida pública. Estoy seguro que los resultados van a ser muy favorables para el Partido Acción Ciudadana.
En su plan de gobierno expone que de llegar a la Presidencia en 2022 va a crear una autoridad de transporte público, que gestione todas las modalidades (autobús, taxi, servicios especiales, plataformas digitales, ferrocarril, y otros). ¿Cómo pretende hacerlo?
— Tenemos que transformar el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) en una institución mucho más transparente, mucho más ejecutiva, y quitarle las puertas giratorias, cuando digo puertas giratorias es que hay intereses cruzados.
Hay que hacer algunas modificaciones en la ley para sacar a los mismos interesados de los consejos que hoy existen adentro. No es lícito que alguien que sea parte de alguna de las empresas que están siendo reguladas sea parte del ente regulador, porque eso genera conflicto de intereses.
Además, necesitamos una coordinación mucho mayor entre todas las modalidades de transporte para tener más eficiencia. Estamos planteando que a través de juntar todas estas unidades que tienen que ver con transporte público bajo una única cabeza que las coordine, que logre sinergias y que las ponga a funcionar de manera coordinada y eficiente.
Para eso estaríamos haciendo una propuesta de ley, pero también dentro de lo que permita la ley actual estaríamos conjuntando los departamentos que tienen que ver con las modalidades de transporte en un solo ente.
¿Esa autoridad de transporte público regularía a las plataformas digitales como Uber y DiDi, por ejemplo? ¿O qué pretende gestionar?
— Las plataformas digitales hay unas en transporte y otras que están en la parte del servicio y distribución. Lo que es distribución de bienes es aparte, pero las plataformas digitales hay que regularlas porque sino se vuelven en un tipo de servicio público que no tiene regulación, entonces el consumidor queda desprotegido.
Desde esa perspectiva hay que exigirle a esas plataformas transparencia y la facturación inmediata en Costa Rica. No se vale que estén facturando en Holanda simulando que los servicios se están dando en paraísos fiscales para no pagar impuestos en Costa Rica o para no enfrentar las relaciones laborales que tienen acá.
¿Pero sí sería esta autoridad la que las regularía?
— Lo que es transporte sí queda en esta autoridad.
En su plan de gobierno indica que pretende fortalecer el papel del Estado mediante una “más eficiente gestión” en Recope, ¿cómo haría para que esta institución pública sea “más eficiente”?
— Los combustibles fósiles ya van de salida y son altamente contaminantes; el precio es muy alto y entonces el mundo tiene que ir cambiando la forma en cómo se mueve y la energía que estamos utilizando tiene que venir de otras fuentes.
Por eso estoy apoyando un proyecto que transforme a Recope en un ente que junto con la empresa privada y la academia pueda incursionar e investigar en otras formas de energía, por ejemplo, investigar sobre biocombustibles.
Además, Costa Rica tiene una grandísima posibilidad de producir hidrógeno verde que nos ayudaría a mover también toda la industria y la flota vehicular y de transporte. Yo creo que Recope tiene que ser transformada hacia eso.
Tenemos que seguir aplicando eficiencia y evaluación independiente de lo que es el funcionamiento de una empresa como esa y de los empleados que la operan, y cuando digo independiente es que quien evalúe los resultados o cómo se comporta una institución de estas sean evaluadores no de la misma institución, porque cuando es autoevaluación lo que se genera es autojustificación. Desde esa perspectiva sí hay que transparentar más y ponerle más eficiencia.
Pero creo que ya Recope de aquí a unos cuantos años más va a ir perdiendo importancia relativa de manera acelerada en Costa Rica porque nos vamos a estar moviendo con electricidad, hidrógeno u otras formas.
¿Por qué considera que el Grupo ICE debe mantenerse como agente único ante el MER?
— El orden que se tiene que tener para distribuir la electricidad tiene que ser muy grande. Hemos apostado a electrificarlo todo, que las ganancias que se generan en las ciudades sirvan para subsidiar las pérdidas que tenemos cuando llevamos la electricidad al campo y a las áreas de menor desarrollo, tiene que seguir existiendo.
Si nosotros dejamos aquí un desorden de que unos se puedan hacer de las ganancias y de las ciudades y que las puedan privatizar y hacerlas para sí, ¿entonces cómo financiamos la electricidad que hoy llega a Amubri o a Shiroles?
Si creemos que el sistema tiene que ser universal, es decir, un sistema que sea para todo Costa Rica, que sea solidario en el sentido de que lo que se gana en un lado sirva para poder llevar electricidad a donde se pierde, y si creemos que la electricidad es un servicio que viene a mejorar la vida de los costarricenses, y que tiene que estar disponible para todos; tenemos que tener un sistema ordenado.
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Si tenemos un sistema donde unos pocos buchones se puedan hacer de las ganancias y las pérdidas se las dejamos al Estado, estamos perdidos. Por eso el orden tiene que ser y aquí tiene que haber un agente único de distribución de electricidad, porque en los picos altos también de demanda electricidad, es el ICE el que tiene que ver de dónde la suple, pero urgentemente porque en Costa Rica nosotros tenemos electricidad de buena calidad y además tenemos electricidad siempre, cuando se nos va la electricidad un minuto ya estamos preocupados.
Eso es una gran virtud que tiene Costa Rica y que el resto del mundo nos ve a nosotros con entusiasmo. Desde luego que hay una serie de buchones que están diciendo “¿por qué no nos dejan las ganancias que existen en algunos puntos y que las pérdidas se la lleve el Estado?” Ese no es el Estado costarricense que tenemos que llevar adelante.
¿Qué opina de la manera en que este Gobierno ha manejado la pandemia de la COVID-19? ¿Qué cosas haría igual, evitaría o cambiaría?
— Yo estoy muy orgulloso de cómo se ha manejado esta pandemia. Estoy orgulloso porque ya casi el 90% de los costarricenses que están en edad de vacunarse tienen la vacuna, por lo menos una dosis.
Estoy orgulloso de que mientras Europa está cerrada porque la pandemia está haciendo estragos, en Costa Rica estamos cerrando los centros de atención porque hemos tenido una disminución acelerada en cuanto a la incidencia; porque mientras países como Italia o España del total de infectados se moría hasta el 6%, en Costa Rica esa cifra siempre ha estado cercana al 1% nada más, eso quiere decir que el sistema de salud nuestro funcionó.
¿Que hay medidas que no le gustaron a algunos porque era cerrar el país? Sí, porque no estábamos vacunados y había que defender vidas y se hizo bien, y si hay algo que yo rescato es que claro que las cosas tienen costos económicos, pero las vidas son invaluables y están por encima de eso.
Tenemos que seguir con la vacunación. Ya hay tercera dosis para los mayores de 60 años y se está gestionando con eficiencia y con responsabilidad.
El manejo de la pandemia no es un asunto de gustos o no es un asunto meramente financiero, es un asunto de ciencia, de defensa de la vida de las personas, y en cuanto a eso creo que lo han enfocado muy bien.
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En el acumulado de enero a noviembre de 2021, el valor de las exportaciones de bienes de Costa Rica se incrementó en 25%, respecto al mismo periodo del año anterior, ¿qué haría usted para que este sector experimente un crecimiento sostenido o mayor al actual?
— Si nosotros le apostamos a las exportaciones le estamos apostando a que el resto del mundo le vaya bien y eso es positivo, pero también tenemos un mercado interno mucho más grande que el mercado de solo exportadores que tenemos que reactivar.
Reactivar la economía interna significa que las compras del Estado principalmente beneficien a las empresas nacionales, reactivar el mercado interno significa darle capacidad de pago y mejor poder adquisitivo a las familias, y también significa que tengamos mercados más justos, más equitativos, y más de competencia.
Por eso estoy proponiendo una reforma del mercado para evitar que actores que hoy tienen poder sobre el mercado lo utilicen en contra del consumidor y de los proveedores.
En el caso de las exportaciones lo que me preocupa también es ver cómo hacemos encadenamientos productivos porque es un sector muy dinámico, pero lo que ahí estamos midiendo no es valor agregado, lo que ahí estamos midiendo es valor bruto de producción y puede ser que muchísimas de esas exportaciones sean reexportaciones de lo que importamos antes, ya sea en insumos o en bienes.
Entonces, necesitamos que el valor agregado nacional de esas exportaciones sea cada vez mayor, porque las estadísticas de exportaciones son estadísticas en términos brutos, no nos dicen cuánto de eso fue agregado en Costa Rica. Ahí es donde está nuestro esfuerzo para que sea el mayor valor el que se agregue en Costa Rica para que eso verdaderamente genere encadenamientos productivos, empleo y riqueza.
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¿Pero qué haría para incrementar las exportaciones nacionales?
— La política de atracción de inversiones tiene que seguir adelante. Creo que lo hace bien la Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (Procomer), la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde) y el Ministerio de Comercio Exterior (Comex).
Necesitamos abrir mercados. Costa Rica facilita mucho que los demás países vengan acá pero a nosotros no nos dan la misma reciprocidad cuando vamos a vender en otros mercados.
Costa Rica debe exigir reciprocidad en el trato y esto es que vía reglamentos técnicos, vía requisitos sanitarios y fitosanitarios, y de Codex Alimentarius en general nos están poniendo obstáculos para ingresar a otros mercados.
Costa Rica también tiene que hacer una ofensiva comercial, y esto significa ir a defender nuestros derechos de ingreso a los otros mercados en las mismas condiciones que nosotros le permitimos a los demás países vender acá. En eso sí que hemos estado fallando. Hay muchísimas pequeñas empresas nacionales que ven obstáculos en ingresar a otros mercados, la inscripción de un producto se tarda años, y la aceptación de una acreditación sanitaria o fitosanitaria dura años para que se la den a un productor tico.
El gobierno de Ecuador le extendió una invitación a Costa Rica para negociar un acuerdo comercial. ¿En un gobierno suyo, Costa Rica dejaría esta línea de no negociar más tratados de libre comercio (TLC)?
— No necesariamente. Lo que tenemos que hacer es negociar tratados pero en temas que sean mutuamente beneficiosos. Negociar tratados por negociar tratados no tiene ningún objetivo, el tema es qué estamos negociando, en qué áreas, en áreas que nosotros no seamos perdedores sino que más bien tengamos opciones de ganar.
Negociar un tratado es eso: negociar, y uno puede ser un buen negociador o un mal negociador, y puede perder mucho o puede ganar.
Me interesa que haya acceso a los mercados internacionales, pero eso no pasa solamente por un tratado negociado porque se pueden negociar tratados y no abrir mercados.
¿Ha valido la pena mantener durante más de un lustro la disputa comercial con México por las restricciones a la importación de aguacate Hass?
— Desde luego que sí. Hay que defender la producción nacional de un problema de un virus que existe en México y que puede contaminar nuestras plantaciones de aguacate que pondría en entredicho la producción y la vida económica de cientos de aguacateros nacionales. La defensa de nuestra producción es primordial en cualquier parte.
Creo que Costa Rica tiene que defenderse de que no traigamos una enfermedad que venga a acabar con la producción nacional y que en absoluto tampoco esa medida ha modificado el precio a los consumidores.
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Usted impulsa la implementación del ferri entre Costa Rica y El Salvador. Esta promesa data del 2015, año en que Luis Guillermo Solís mencionó que en enero de 2016 este proyecto iniciaría operaciones. Sin embargo, casi seis años después, los dos gobiernos del PAC no lograron activarlo, de llegar a Casa Presidencial en 2022, ¿qué haría para que este proyecto pase de ser una promesa a una realidad?
— Este proyecto ha tenido el problema de que depende de una empresa privada que una vez que está muy cerca de llegarse a un acuerdo, rehúye a llevar adelante esto.
Yo estaría promoviendo una licitación con muchas más empresas para que vengan a solventar esta situación. Hoy el transporte marítimo con El Salvador nos quitaría a nosotros el paso de dos o tres fronteras, nos aliviaría en tiempo, en seguridad, y desde luego que estaría retomando urgentemente esa medida.
Lo haríamos a través de involucrar a empresas que pongan ese ferri a operar. El que existía la vez pasada decidió tomar mejor en una apertura que hubo con Barack Obama y Cuba, decidió irse para otra parte y dejarnos a nosotros.
“El país enfrenta retos importantes en materia de empleo”, menciona su plan de gobierno. ¿Cuáles son esos retos y cómo pretende combatirlos para generar empleo en Costa Rica?
— Hoy en día nosotros tenemos un altísimo nivel de desempleo principalmente entre jóvenes, mujeres y la población de las áreas con menor desarrollo económico, y esto se debe a varios factores, uno es a la pandemia y otro es a un modelo económico que ha venido operando y que prioriza en actividades que son ahorradoras del trabajo. Desde esa perspectiva aquí lo que necesitamos es fomentar esas actividades que usan intensivamente el trabajo para generar empleo y reactivarlas.
Por eso estoy proponiendo que las compras del Estado, que son el 15% del Producto Interno Bruto (PIB), las destinemos principalmente y en lo que se pueda hacia las empresas nacionales, especialmente hacia las pequeñas y medianas empresas (pymes) que operan en esas áreas de menor desarrollo.
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¿Qué otras propuestas tiene para generar empleo en el país?
— Tenemos el tema de un plan nacional de encadenamientos productivos. Costa Rica tiene muchas grandes empresas que tienen un excelente desempeño en exportaciones y en crecimiento, pero que están comprando principalmente los insumos en el exterior y que con una política activa de la academia, del Estado y de las empresas pudiéramos adaptarlas para que tengan la calidad y el volumen necesario de hacer muchos más encadenamientos productivos con estas empresas tractoras y poder generar todos esos encadenamientos dentro del país.
Tenemos que reactivar también la infraestructura pública, principalmente la infraestructura educativa se le ha dejado bajo los hombros las juntas de educación y a los mismos maestros, y que hay una gran cantidad de recursos y oportunidades para generar empleo si reactivamos esa infraestructura.
Yo he estado proponiendo que el diseño lo hagan instituciones del Estado como el ICE y también la fiscalización, pero que también hay municipalidades que tienen las capacidades para llevar adelante esa infraestructura.
Necesitamos lanzar un gran plan nacional de refinanciación de deudas a tasas de interés bajas y a largos plazos para reducirles las cuotas enormes que están pagando hoy las familias costarricenses y las pymes, que durante la pandemia sufrieron pérdidas de empleo o pérdidas de ingresos y lo que ha hecho el sistema bancario es refinanciar esas deudas a altas tasas de interés lo que las hace cada vez más grandes y se convierten en una situación de estrés extremo sobre las familias y las pymes.
Perfectamente podemos refinanciarlos a largo plazo y a tasas bajas, como lo ha hecho el mundo entero. ¿Cómo lo logramos? Con bajar cuatro puntos el encaje mínimo legal estaríamos liberando a los bancos al menos ¢500.000 millones a tasas de intereses 0 y eso podría servir para financiar a muy baja tasa de interés y a largo plazo a las familias y a las pymes.
¿Usted apoya la reforma al empleo público?
— Sí, yo apoyo una reforma a los salarios abusivamente altos. Apoyo que quitemos una serie de pluses salariales que hacen crecer mucho el salario. Estoy apoyando que haya evaluación de los empleados públicos.
Lo que no puedo apoyar es que a través de esas excusas se pretenda romper con la independencia de los poderes del Estado costarricense. Ahí sí que no puedo apoyar esto, porque cuando se pretende que sea el gobierno central el que pueda dictar las políticas de a quiénes contrata el Poder Judicial, de cómo capacitan a los empleados del Poder Judicial y cómo los sancionan, entonces eso vulnera la división de poderes y estaría vulnerando la democracia de un país. Eso sería meter la mano política en el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), en la Justicia y en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Yo estoy de acuerdo en un proyecto de ley para bajar los salarios abusivamente altos que tienen ciertos jerarcas, pero esa ley que están pretendiendo ahora resulta que deja por fuera a todos los altos funcionarios del Estado costarricense, cuando es ahí donde tenemos que ponerle freno. Entonces a este proyecto todavía hay que hacerle mejoras significativas.
¿Cuál es su posición respecto al plan de renta global dual?
— Con la renta global siempre he estado de acuerdo, pero cuando usted dice “renta global” entendemos que es una, pero cuando decimos “dual” ya son dos. Eso sí que está raro.
Eso de decir que es hijo único mellizo está rarísimo. Para que nos entiendan quienes nos ven, lo que estamos diciendo es “vamos a globalizar las rentas pero en dos grupos” y entonces lo que son las rentas de la función normal de una empresa van a tener una tasa de interés pero las rentas pasivas van a tener otra, y cuando se crean esas dos cosas comienzan los que tienen capacidad de hacer ingeniería financiera, o sea los más grandotes, a decir que todos se pongan a la tasa más baja porque es fácil simular en vez de que me gane la plata en la empresa, me la gané en intereses. Entonces comienzo a pasar las ganancias al otro lado para pagar impuestos bajitos.
Eso de “global dual” me deja una insatisfacción muy grande porque, de nuevo, es como decir los mellizos son hijo único.
Yo estoy de acuerdo en una renta global.
¿Debe aprobarse que se cobre el impuesto sobre la renta al salario escolar?
— No, creo que no. En Costa Rica la concentración del ingreso que estamos viviendo es pavorosa. Somos de los países más inequitativos casi que de América y eso no está bien. Si fuera con salarios escolares muy altos yo estoy de acuerdo, pero deteriorar más el poder adquisitivo de los trabajadores no estoy de acuerdo, no creo que esa sea la vía.
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¿Para usted salarios escolares “muy altos” de cuánto serían?
— Yo no sé. Hoy existen aquí exoneraciones para grandes capitales que son altísimas, que son cientos de millones de colones. En cuanto a los salarios, yo no me he metido en eso, pero digamos que podríamos ponernos a discutir cuál sea un nivel salarial alto.
252.692 personas se quedaron sin tarjetas de crédito por la ley de usura (que usted impulsó), según una nota publicada por La Nación. ¿Piensa que la vida de estas personas es mejor ahora sin acceso a esta herramienta?
— Eso es falso, totalmente falso. Aquí lo que ocurrió fue que 500.000 personas perdieron el empleo y 50.000 pymes perdieron los ingresos y como perdieron la capacidad de pago consecuencia de la COVID-19, ¿qué es lo que hace un otorgador de tarjetas cuando la gente pierde la capacidad de pago? Sencillamente retira las tarjetas.
Pero eso no es una consecuencia de que les hayan bajado el costo, porque si le bajan el costo a alguien, le están dando más capacidad de pago en vez de quitarle capacidad de pago. Dígame que si alguien se vuelve más moroso porque le bajaron la cuota, al contrario le dan la oportunidad más bien de que pueda pagar más fácilmente las deudas.
Esa es la aberración más grande que yo he oído de banqueros y de círculos de poder que les gusta oír exactamente lo que quieren oír y que pierden totalmente la razón en cuanto a la ciencia.
Antes de que entrara la ley de usura, el BAC ya había quitado 50.000 tarjetas. Puede verlo, eso entró el 20 de junio del año pasado (2020), y vea que en el informe del Ministerio de Economía, Industria y Comercio de Costa Rica (MEIC), entre marzo y junio ya habían quitado 50.000 tarjetas.
Ahí lo que hay de por medio es una crisis económica severa. ¿O entonces la crisis económica no tuvo ningún impacto?
Gracias a la ley de usura que yo lleve adelante, hoy los tarjetahabientes y los que compran en comercios y los que tenían deudas con financieras les bajaron las tasas de interés significativamente y se están ahorrando por familia, por año, cerca de ¢400.000.
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¿Qué piensa usted que deben hacer estas personas que se quedaron sin financiamiento, aunque fuera caro ahora simplemente no tienen?
— Es que no hay financiamiento. Cuando a una persona la endeudan a una tasa del 80%, la persona gasta una vez ese tope, y llegó al límite, y cuando llegó al límite de ahí en adelante lo que va a hacer es pagar intereses y en lugar de vivir mejor va a vivir peor, porque va a vivir pagando intereses que no los puede disfrutar nunca.
Ese cuento de que la gente puede vivir con financiamiento a tasas de interés elevadas es un cuento falso a todas luces. Una vez se endeudará y el resto de la vida pasa pagando intereses.