El presidente chino, Xi Jinping, advirtió este jueves 11 de noviembre de un regreso a las divisiones de la época de la Guerra Fría en la región de Asia-Pacífico, testigo del recrudecimiento de la rivalidad entre Washington y Pekín en cuestiones como Taiwán.
En la antesala de una cumbre virtual con el presidente estadounidense, Joe Biden, la próxima semana, Xi aseguró que los países de la región deben trabajar juntos en los desafíos comunes, que van de la pandemia de la COVID-19 al comercio.
“Los intentos de trazar barreras ideológicas o formar pequeños círculos en base a la geopolítica están condenados al fracaso”, dijo en una conferencia empresarial virtual paralela a la cumbre del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) organizada por Nueva Zelanda.
"La región de Asia-Pacífico no puede ni debe recaer en la confrontación y la división de la época de la Guerra Fría", insistió.
Sus palabras llegan horas después de que China y Estados Unidos anunciaran por sorpresa un pacto para acelerar conjuntamente la acción a favor del clima en el marco de la cumbre COP26 en Glasgow.
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Sin mencionar directamente este acuerdo, el líder chino señaló que "todos podemos embarcarnos en una senda de desarrollo sostenible, verde y con bajas emisiones de carbono".
"Juntos podemos marcar el inicio de un futuro de desarrollo verde", aseguró.
En este tímido acercamiento, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, dijo que los dos presidentes, que no se han reunido en persona desde la llegada de Biden al poder en enero, mantendrán conversaciones virtuales “pronto”.
Según informes de prensa, el encuentro tendrá lugar la próxima semana.
Pero más allá de la posible cooperación climática, los puntos de tensión en Asia-Pacífico entre las dos potencias son múltiples, especialmente en lo referente a Taiwán.
Pekín aumentó su presión militar sobre esta isla gobernada democráticamente, que el régimen comunista considera propia, con la incursión de un número récord de aviones militares en su zona de identificación de defensa aérea en octubre.
Estados Unidos respondió mostrando su compromiso en ayudar militarmente a Taiwán.
“Nos aseguraremos que Taiwán tenga los medios para defenderse, porque el propósito aquí es no llegar al punto en que alguien trata de cambiar el statu quo por la fuerza”, dijo Blinken el miércoles en un evento organizado por el New York Times.
El consejero de Biden para la seguridad nacional, Jake Sullivan, afirmó que Estados Unidos y China no tenían más alternativa que evitar un regreso a las divisiones de la época de la Guerra Fría.
“China tiene un sistema de valores diferente. Tiene intereses diferentes. Y eso es parte de lo que tratará la actual competencia”, señaló Sullivan en una intervención por videoconferencia en el Lowy Institute de Australia este jueves 11 de noviembre.
"Pero no hay razón para que esta competencia tenga que convertirse en conflicto o confrontación. Y eso es lo que de manera responsable y colectiva necesitamos manejar mientras trabajamos juntos en los próximos años", agregó.
Además del diferendo de Taiwán, China también reclama la mayoría del mar de China Meridional, una zona rica en recursos por donde transitan billones de dólares de mercancías cada año.
Esto la enfrenta a la mayoría de países de la zona: Vietnam, Filipinas, Malasia, Brunéi y el mismo Taiwán.
La creciente influencia y agresividad china en la escena internacional llevaron a Estados Unidos, Reino Unido y Australia a forjar una nueva alianza en septiembre (Aukus) que equipará a Canberra con submarinos de propulsión nuclear.
Aunque tardarán años en entregarse, China, que no fue nombrada directamente en el anuncio, se mostró enfurecida. El acuerdo también enfadó a Francia, que tenía firmado un contrato de submarinos convencionales con Australia, finalmente roto.
En su participación en la conferencia empresarial, el líder chino también aprovechó para pedir un esfuerzo conjunto para hacer más accesibles las vacunas anticovid y cerrar la "brecha de inmunización" con los países en desarrollo.
“Debemos traducir el consenso de que las vacunas son un bien público mundial en acciones concretas para garantizar su distribución justa y equitativa”, dijo.
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