Montevideo y San José. Quince repartidores de Glovo, en Uruguay, preparan un reclamo colectivo para exigir su despido después de que la empresa de delivery española diera a conocer que se retirará del mercado uruguayo, el próximo 10 de febrero.
El grupo es asesorado por el abogado Nicolás Pizzo, quien llevó adelante la demanda de un conductor de Uber contra esa firma y logró un resultado favorable. Al igual que en esa ocasión, los trabajadores buscarán demostrar ante la Justicia, el Ministerio de Trabajo (MTSS) y ante el Banco de Previsión Social (BPS), que el vínculo laboral que tienen con la compañía es de dependencia.
“La empresa se está yendo de un día para otro y está dejando a más de 100 personas sin trabajo, sin nada”, destacó Daniel Carrasquel, repartidor de Glovo, quien añadió, en declaraciones a El País de Uruguay, que se enteraron de que Glovo abandonaba operaciones a través de un correo electrónico donde señalaban que el motivo era la falta de estabilidad y rentabilidad en el mercado.
De la misma forma que ocurrió en el caso de la demanda contra Uber, los trabajadores de Glovo buscarán demostrar que existe una relación de empleo subordinado entre ellos y la compañía. Carrasquel mencionó que había una relación de dependencia “porque si no cumplías con lo que ellos establecían te sancionaban".
También, si bien desde Glovo requerían que el repartidor abriera una empresa unipersonal para comenzar a ofrecer el servicio, según el repartidor “solo le facturábamos a Glovo, es decir que éramos trabajadores directos de ellos”.
El País contactó al abogado quien afirmó que la relación de trabajo está cuestionada y que la próxima semana decidirán por cuál vía se realizará el reclamo para que la firma española pague el despido a los repartidores. En un principio, indicó que la demanda podrá hacerse tanto a nivel judicial como a través del MTSS.
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“Estamos evaluando todas las alternativas posibles ante la ida de la empresa del país”, señaló Pizzo.
Para los repartidores, el objetivo es lograr reclamar previo a que abandonen las operaciones en Uruguay. Carrasquel mencionó que el 10 de febrero terminan las funciones en Montevideo, por lo que tienen que hacer todo lo posible para empezar el proceso legal –que será largo– antes de que cierren la empresa ante BPS y la Dirección General Impositiva.
"Si logran eso quedamos en el aire”, concluyó el repartidor uruguayo.
Glovo también cuenta con operaciones en Costa Rica desde abril del 2018. En el mercado costarricense, pese a la alta competencia (luchan con otros conceptos similares como Uber Eats, Hugo y más recientemente Rappi), planea expandir sus operaciones con la incorporación de nuevos negocios.