La economía costarricense cumplió, en noviembre pasado, seis meses consecutivos de recuperación.
El índice mensual de actividad económica (IMAE) tuvo, en dicho mes, una variación interanual de 2,9%, comparado con el mismo mes del 2018, según la información publicada por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), en su sitio web.
“En noviembre del 2019, la serie de tendencia ciclo del IMAE mostró un crecimiento interanual de 2,9% (sexto mes consecutivo de recuperación), la mayor tasa interanual registrada desde setiembre del 2018”, se destaca en el documento Informe de inflación.
Pese a la recuperación reportada, las tasas de crecimiento de la economía nacional siguen por debajo del potencial estimado por el BCCR que es de 3,5%.
El informe muestra que aceleración se inició, a partir de junio del año pasado, y se explica por el mayor dinamismo de la agricultura, comercio, manufactura y los servicios de enseñanza y salud.
El sector agropecuario tuvo, en noviembre pasado, una variación interanual de 1,6%, mientras que, en el mismo mes del 2018, se fue de -0,4%.
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El comercio fue otra de las actividades que dejó atrás los números negativos y creció un 1% en noviembre anterior, frente al -0,2% de 12 meses antes, según el ente emisor.
En tanto la manufactura y los servicios se mantuvieron como las actividades con las mayores tasas interanuales de crecimiento. La primera aumentó 3,1% y la segunda un 4,8%, respectivamente.
“En el caso de los servicios de enseñanza y salud, parte de su fuerte desempeño se explica por un efecto base en relación con la huelga que afectó en el último cuatrimestre de 2018 a los servicios públicos en esas dos áreas”, sostuvo el ente emisor.
Dos velocidades
El análisis efectuado por el Banco Central muestra que el crecimiento económico de las empresas instaladas en el régimen de zona franca es más dinámico, pues reportó un aumento interanual de 11,2% en noviembre pasado.
En tanto, las compañías en el régimen definitivo (conformado por la empresas locales) fue de 1,8%.
“Cuando se analiza el PIB (producto interno bruto) por industrias, se aprecia que las empresas que operan en los regímenes especiales mantuvieron un crecimiento vigoroso, mientras que las del régimen definitivo habían sido poco dinámicas (aunque hace algunos meses empezaron a repuntar)”, se detalla en el informe del ente emisor.
El BCCR destacó que el mayor dinamismo de las empresas del régimen especial se debe a que su producción está ligada mayoriamente al mercado externo y vinculado a las cadenas globales de valor.
En tanto, el régimen definitivo se ve más afectado por lo que ocurre en la economía costarricense.
"Mucha de la desaceleración que experimentó la actividad económica en el régimen definitivo en los últimos años obedeció precisamente a factores internos; en particular, la incertidumbre y la pérdida de confianza generadas por la delicada situación fiscal, lo que limitó el consumo y la inversión", se explica en el análisis.
También influyeron, sostuvo la entidad pública, la inestabilidad política en Nicaragua, la huelga del sector educativo costarricense en 2018 y el impacto de fenómenos climáticos.