Definir y crear un negocio, con su mercado bien establecido, es solo parte de la tarea empresarial. La otra es generar una propuesta de valor que sea aceptada por los clientes. Mejor si con ello se obtienen reconocimientos locales o internacionales, como el caso del Hotel Belmar, un hotel boutique ubicado en el bosque nuboso de Monteverde.
El Hotel Belmar fue nombrado uno de los 100 Mejores Hoteles del Mundo y uno de los 10 Mejores Hoteles de Centroamérica por Travel + Leisure World’s Best Awards 2023, que reconoce a los mejores hoteles, resorts y destinos de todo el mundo.
El reconocimiento también lo obtuvieron en Costa Rica el Hotel Nayara, Río Celeste Hideaway Hotel y Arenas Del Mar Beachfront & Rainforest Resort. entre otros.
“El premio de uno de los de mayor prestigio de la industria turística”, dijo Pedro Belmar Zeledón, gerente del Hotel Belmar e hijo de los fundadores. “Es muy competitivo. Nos da un gran impulso y genera mucha legitimidad a la hora de que el turista elige los hospedajes”.
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Es la segunda vez que la propiedad recibe este premio, pero no es el único obtenido a nivel internacional.
Este emprendimiento fue fundado en 1985 por Pedro Belmar Valerio y Vera Zeledón Pinto, poco antes que la zona y Costa Rica empezaran a posicionarse en el mapa turístico de estadounidenses, canadienses, japoneses, chinos o europeos. Vera se mantiene como integrante de la junta directiva y como administradora de la finca Madre Tierra.
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Don Pedro, chileno, y doña Vera, costarricense, se conocieron en Europa, donde ella estudiaba idiomas. Al poco tiempo de volver a Costa Rica se engancharon de Monteverde. Pedro trabajaba en un hotel que había en la zona y Vera daba clases ad honorem. Luego dieron el paso con su propio hotel, convirtiéndose en pioneros del turismo en la región y del ecoturismo.
“Era algo muy incipiente”, cuenta Pedro, que lidera el Hotel junto con sus hermanas, Soledad y Vera. Fue una verdadera aventura.
El acceso a la región era difícil y no había servicios, por lo que los fundadores del Hotel Belmar se involucraron desde el inicio con la comunidad con iniciativas para la construcción de una escuela y organizaciones locales.
Entre ellas, de un instituto fundado por cuáqueros, científicos y gente de Monteverde que realiza un programa con estudiantes internacionales, la mayoría de EE. UU., de biología, ecología tropical y otras carreras similares.
Los estudiantes y sus profesores residen en la localidad con diferentes familias y pagan por los servicios recibidos mientras desarrollan proyectos de desarrollo local en salud, ambiente, cultura e investigación científica. Las acciones comunales son complementarias y fundamentales para el Hotel Belmar.
Actualmente cuenta con 26 habitaciones y suites con ventanas de pared completa, terrazas privadas, tinas freestanding y duchas con espectaculares vistas de las montañas y el Océano Pacífico en la distancia.
Como otros hospedajes de la zona, el entorno es el principal imán para turistas amantes de la naturaleza y buscadores de aventuras. Pero desde el inicio la familia Belmar Zeledón fue construyendo una propuesta diferenciada, empezando por sus jardines naturales, para crear oportunidades que permitan a los huéspedes conectarse con la naturaleza de una manera auténtica.
Los huéspedes pueden recorrer la finca Madre Tierra, a unos 20 minutos en vehículo desde el hotel, una granja carbono neutral donde pueden aprender sobre métodos agrícolas sostenibles y participar en experiencias inmersivas como moler caña de azúcar, recoger granos de café, ordeñar vacas, montar a caballo o ver cómo se hace el queso artesanal.
También se ofrece una reserva privada, conocida como Savia, que ofrece aventuras de inmersión en el bosque en pequeños grupos para caminatas, disfrutar del canopy, puentes colgantes, escalar un higuerón gigante hueco y jardines sensoriales, así como observar aves o disfrutar de un picnic sobre el dosel del bosque. Además, es fuente de investigaciones científicas.
Decir que todo esto es sostenible es una cosa, pero desarrollarlo con las prácticas y certificarse para demostrarlo es otra. Ese es un esfuerzo en que no se escatima.
El Hotel cuenta con certificaciones de sostenibilidad turística, otorgada por el Instituto Costarricense de Turismo, así como las de Bandera Azul y de carbono neutral del Instituto de Normas Técnicas de Costa Rica (Inteco).
La sostenibilidad, sin embargo, es parte de la propuesta de valor y de la experiencia que desean que los turistas se lleven.
Pedro hijo, quien nació en el hospital San Juan de Dios, en San José, y de inmediato fue trasladado a Monteverde, salió para estudiar filosofía y literatura en Canadá y Europa entre 2004 y 2009. Además, trabajó en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en Estados Unidos.
Ahí le correspondía ser parte del equipo del departamento de publicaciones, encargado de redactar, diseñar y publicar los libros de las exposiciones artísticas del Museo neoyorquino. Los estudios y la experiencia obtenidas no fueron en vano, pues en conjunto con sus hermanas y su madre generaron otros proyectos.
Una de las iniciativas fue desarrollar un programa de gastronomía inspirado en la tendencia de bienestar y salud denominada “de la granja a la mesa” (farm to table) a partir de la huerta orgánica del hotel, incluida una experiencia y una clase de preparación de cócteles de la huerta directo al vaso (garden to glass). Tampoco es lo único.
En el restaurante Celajes o en el bar (tipo juice bar), en el hotel, también se sirven productos frescos, sostenibles y artesanales de su Finca Madre Tierra o de su micro-cervecería, que elabora cervezas artesanales con ingredientes de la mejor calidad, incluyendo el agua del manantial de la propiedad en el bosque nuboso.
Se puede disfrutar, por ejemplo, de un buen café cosechado en la finca y se pueden consumir o comprar en la tienda de alimentos para llevar a casa además queso, huevos, plátano maduro o lechugas orgánicas.
Siempre en consonancia con las tendencias de bienestar y salud, que crecieron durante la última década y especialmente desde la pandemia, también se ofrece un jacuzzi y una sala de yoga. Y todavía ahí no concluye la propuesta de valor desarrollada.
El Hotel Belmar desarrolló un programa cultural que incluye una colección de arte propia y actividades, exposiciones y talleres con artistas que permanecen en el hotel como residentes durante un tiempo.
Se suman músicos nacionales e internacionales que también realizan talleres y presentaciones de música tradicional, guanacasteca, jazz, pop, electrónica y cantautores. El objetivo: que el turista obtenga una experiencia integral.
Los resultados se plasman en el negocio.
Pedro señala que el año se ha comportado muy bien, con un alto nivel de ocupación. Tras la temporada alta de turistas extranjeros, se mantiene una campaña de descuentos para atraer turistas locales, incluyendo el lanzamiento del libro de cuentos del escritor Diego van der Laat, premio Aquileo J. Echeverría 2015, el próximo 15 de setiembre.
Para octubre próximo tienen planeado realizar un cierre de temporada baja para realizar trabajos de remodelación y abrir en el siguiente mes de noviembre para estar preparados de cara a la temporada alta de 2023 y 2024, siempre con el enfoque de sostenibilidad y armonía con el ambiente.
Y en los reconocimientos, además del obtenido con Travel + Leisure, el hotel recibió el Travellers’ Choice 2021 de la plataforma de viajes Tripadvisor entre los mejores 12 hoteles románticos.
En 2022 obtuvo el reconocimiento Plata en la edición Latinoamérica de los premios de turismo responsable de World Travel Market presentados en Brasil.
Y el bar del hotel ha sido reconocido tres años por el Tales of Cocktail Awards, que lo ubicó entre los mejores diez bares de hoteles en 2020, 2021 y 2023.
“Esos son los más recientes”, dice Pedro.