José Porras es de Barrio Quesada Durán, Zapote. Estudió en el Liceo Rodrigo Facio y luego en la Universidad Latina, donde se graduó en publicidad en 1997. Entonces inició un recorrido donde, con cada fracaso de sus emprendimientos, volvía a levantarse sobre los hombros de las lecciones aprendidas.
Desde joven a José le apasiona mucho la música y, en particular, el rock en español. Esa pasión le llevó a tener un programa en Radio Uno que seguro usted escuchó: En el idioma de Uno.
La experiencia y el conocimiento acumulados por esa pasión, le abrió las puertas en la industria disquera y trabajó con la firma BMG, la cual luego se convirtió en Sony Music. Salió de ahí con un propósito: tener su propio negocio. Fue el primero y el primer fracaso.
Era 2003, cuando no existía ni Netflix ni ninguno de los servicios actuales de streaming. Pese a la reciente crisis en Estados Unidos, después de la caída de las puntocom y el ataque terrorista a las Torres Gemelas y el Pentágono, era la época de los clubes de Blockbuster y, en Costa Rica, del alquiler y venta de películas.
Toda la liquidación la invirtió en la importación de una línea de DVD. Estaba recién casado con María Estela Acosta. El problema que tuvo fue que no salió bien la distribución de los DVD. Él insistió.
Inició otros intentos de emprendimiento como profesional independiente en mercadeo, ventas y tecnología. Ninguno funcionó. “Sirvieron para aprender y adquirir experiencia”, recalca él.
José pensó que a lo mejor, emprender no era lo de él, que podía seguir haciendo carrera en una empresa. En 2009, después de las turbulencias causadas por la crisis financiera en EE. UU. y que irradió a nivel global, José ingresa a la firma Microsoft, siguiendo otra de sus pasiones: la tecnología.
Como gerente de canales de la división Original Equipment Manufacturer (OEM), le correspondía trabajar con las compañías que ensamblan computadoras en Costa Rica para que los equipos trabajaran con el sistema operativo Windows y con el Office.
En esos tiempo era muy común la piratería de software y muchas personas intercambiaban disquetes con los programas, evadiendo el pago de licencias. Costa Rica, en ese momento, aparecía en los ranking de piratería y la situación seguía siendo de debate.
Las compañías informáticas luego evolucionaron sus programas a la computación en la nube, donde cobran una suscripción mensual o anual para el acceso vía Internet.
Antes que eso pasara y fuera tan común como lo es hoy, José estaba en esa misión. Aunque un trabajo sea desgastante o no se le vean perspectivas, hacerlo bien, con pasión y con dedicación abre otras oportunidades. O al menos lo era en esa época.
Primera enseñanza: No hay que detenerse. Los fracasos van a ocurrir, pasan y hay que levantarse.
Uno de los empresarios que José visitaba regularmente le dijo que si algún día quería abrir o iniciar un negocio no dudara en avisarle y lo apoyarían como socios con la inversión.
José tenía una buena cartera de clientes, pero dentro de Microsoft él no veía perspectivas de ascender o seguir carrera. Hizo un estudio de mercado, planteó el negocio y el empresario solo le preguntó cuánto necesitaba. “Fue mi primer negocio exitoso”, confiesa. “Me permitió trabajar, pagar deudas y viajar durante ocho años”.
Se trata de una empresa conocida como Alquileres Mobiled que alquila mobiliario para actividades empresariales o de instituciones en hoteles, centros de convención y otros espacios similares.
Lo que se alquila son mesas cocteleras, barras de bar y cubos LED, que cambian de color para mayor vistosidad del evento, con los cuales se puede brandear o que para aparezca el logo de la empresa.
Durante esos ochos años el negocio se posicionó en su nicho y caminaba al tal punto que se dedicaba exclusivamente a la empresa. Llegaba a atender hasta 20 eventos al mes. Estaba bastante tranquilo. Estaba…
Con el confinamiento y la suspensión de eventos durante el 2020, por la pandemia del Covid-19, la actividad quedó en suspenso.
“Yo estaba relajado”, dice José. “Ni me preocupó. Pensé que iba a tardar dos o tres meses y que volvería a la normalidad pronto”.
Segunda enseñanza: hacer las cosas bien, sin brincarse pasos ni obligaciones legales, si bien el gobierno debe reevaluar cargas e impuestos pues hay algunos muy groseros.
Las señales de alerta empezaron a llegar de todo lado. Los bancos con los que tenía algún préstamo, lo empezaron a llamar para preguntarle cómo iba a hacer y ofrecer periodos y traslados de cuotas al final del periodo. Cayó en cuenta que, efectivamente, la situación era crítica.
En la empresa eran cuatro personas fijas, incluyendo a su papá José Antonio, y se subcontrataba a colaboradores para atender los eventos. Además, la empresa tenía su propio camión y, por supuesto, un contador. La empresa no estaba facturando y había que tomar medidas.
El mobiliario se metió en unas bodegas de uno de los socios y él se llevó la oficina para la casa.
A los colaboradores permanentes, empezando por su padre y a una muchacha que recién había entrado, tuvo que decirles que no se podía continuar. Él mismo debía decidir qué haría, pues sus ahorros se agotaban.
Empezó a ver qué hacer, más con el afán de mantener la mente ocupada y no pensar en negativo. Hizo un intento.
Una amiga, Rebeca Urbina, había instalado antes de la pandemia una frutería en Alajuela. Ella le propuso que revendiera frutas y verduras. Como buen fiebre a la tecnología, y siguiendo una tendencia en crecimiento en ese momento, hizo una aplicación móvil. Él mismo iba a entregar los pedidos en su vehículo. No le iba mal.
Tercera enseñanza: estar con la gente correcta, como en mi caso con mi esposa, la asociación de empresarios y los socios que te impulsen.
De hecho, analizó que tenía pinta de que podía funcionar. Pero la duda no era el negocio. Su duda era si vender frutas y verduras era su pasión.
La respuesta fue negativa. María Estela, su esposa, le dijo que por qué no daba asesorías de mercadeo. Y era cierto.
Cuando estaba con Mobiled aplicaba el conocimiento de mercadeo. Cada vez que se actualizaba, pues los cambios en mercadeo digital se habían acelerado, y de inmediato lo probaba en el negocio. Y daba resultados.
Los conocidos le comentaban el impacto que lograban sus publicaciones en Facebook y le pedían ayuda. Él les daba asesoría y se ganaba algo de plata. Efectivamente, tenía experiencia y conocimiento.
En junio de 2020 decidió iniciar su empresa Hablamos Marketing.
“Hablamos Marketing lo inicié a los 45 años, sin un solo colón en mi bolsillo. No tenía dinero para invertir, las probabilidades de éxito eran muy pocas, pero no tenía de otra. Era eso, o simplemente dejarme hundir más”, recordó.. El salto fue acelerado.
Cuarta lección: mantener la mente ocupada, nunca me puse a lamentarme ni le di cabida a lo negativo. Pienso siempre en sembrar y que llega el momento de cosechar.
Para conseguir clientes empezó por sus conocidos en una asociación de empresarios a la que se había integrado con Mobilet, cuyo propósito era precisamente hacer contactos mediante networking y referencias.
—Tento este otro nuevo negocio— les anunció.
De inmediato varios de ellos lo contratan para que les dé asesoría. Momento propicio: en esos meses el comercio electrónico alcanzaba los principales picos de crecimiento y volumen de ventas tanto en países desarrollados como en América Latina.
De acuerdo con Statista, que recopila datos de diferentes fuentes, cerca del 90% de la población mundial admitió haber comprado en Internet en 2020 y los ingresos procedentes de las ventas en línea se situaron en alrededor de $4.200 millones. No era un fenómeno pasajero.
En 2021 la cifra fue superior, pese a la apertura de los comercios, dejando constancia del cambio en los hábitos de compra de los consumidores. También a nivel local.
Un estudio de la Universidad de Costa Rica para el Ministerio de Economía, Industria y Comercio, recientemente revelado, indica que en los últimos seis meses casi la mitad de la población en el país realizó compras en línea.
Quinta lección: si le enseño a las personas lo que sé, ellas pueden ser emprendedoras y llevar su negocio al siguiente nivel.
Hablamos Marketing empieza a generar nuevos clientes, incluyendo marcas reconocidas, y contrata tres colaboradores, uno de los cuales está a cargo de la búsqueda de clientes de Nueva York. Hay dos razones para el rápido avance.
El crecimiento de la digitalización y el comercio electrónico, por un lado. Y que los empresarios y emprendedores requieren alguien que les ayude a pautar, a implementar campañas y a desplegar estrategias de mercadeo digital tanto en redes sociales como en los buscadores, email marketing y con influenciadores.
Para ayudar a las personas emprendedoras a aprender más sobre las herramientas de mercadeo digital y cómo iniciar un negocio está impulsando una plataforma de capacitación.
Ahora José se divide entre las dos empresas.
Con la reactivación de eventos las actividades de Alquileres Mobiled se reiniciaron y desde hace varios meses está atendiendo solicitudes de diferentes clientes.
Y con Hablamos Marketing, junto con los clientes locales, está trabajando en Nueva York, al tiempo que están en perspectiva un par de proyectos en Centroamérica, con lo que abrirían puertas en ambos mercados con la perspectiva de incursionar en Sudamérica también.