Juan Monge inició su primer emprendimiento con un amigo, a partir de sus conocimientos y de la preparación profesional en ingeniería. Atendieron a un cliente y no lograron brindarle la solución que requería. Pero Juan siguió analizando otras ideas.
A nivel personal siempre se preguntaba por qué todavía se usaban las tarjetas de crédito y débito, que son un producto financiero de hace 70 años, y en la práctica tienen pocos avances tecnológicos.
Se planteó un proyecto con varios socios: desarrollar una solución de medios de pago y fundaron Zunify. En este paso incluso obtuvieron el apoyo del cliente al que le habían quedado mal en su primera iniciativa.
“Nuestra visión es expandir la red para aumentar clientes y la cobertura”, dijo Monge, CEO de Zunify.
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Las personas emprendedoras típicamente inician proyectos que luego fracasan, pero pueden ir aprendiendo de esas experiencias y avanzar en el proceso. Detectar los retos en el camino es parte del camino.
Entre los desafíos actuales: adaptarse al cambio digital y brindar soluciones para los clientes, ya sea desde negocios en sectores tradicionales como en emprendimientos de base tecnológica (startups) y de soluciones digitales en el campo financiero (fintech). Todo depende de cómo aprovechen las herramientas disponibles.
“Algunas empresas han podido aprovechar más la adopción de tecnologías digitales que otras”, dijo José Antonio Arce, de la dirección general de apoyo a las pymes del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC), quien también fue expositor en la segunda sesión del Congreso de Pymes y Emprendimientos organizado por El Financiero.
La segunda sesión del evento se realizó este jueves 22 de setiembre. La primera fue un día antes y abordó temas de gestión financiera, clústeres y desarrollo de estrategias para hacer negocios con negocios.
El MEIC destacó que en el país hay 137.000 empresas, de las cuales 97% son mipymes que aportan en empleo, al Producto Interno Bruto (PIB) y a las exportaciones (7%). Asimismo que 4,2 millones de costarricenses utilizan tecnología y la gran mayoría tiene cuentas en redes sociales.
Avances y retos digitales
La herramienta de madurez digital implementada por el MEIC muestra que la mayoría de las pymes tienen un bajo nivel.
Una de las principales debilidades es la gestión de los datos para la toma de decisiones. Aunque tengan un producto excelente, al desaprovechar la información que tienen a mano de los clientes y del mercado desconocerán cómo llegar al mercado y qué hacer para alcanzar a los clientes a través del mercadeo digital.
“Las redes sociales cambiaron la lógica del mercadeo como tal”, advirtió Arce. “Toda la información es vital para saber cómo hacerlo”.
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En el otro extremo están las empresas avanzadas, que tienen alta puntuación en el manejo eficiente de la tecnología para el negocio a través del uso inteligente de la información y un mayor conocimiento y preparación sobre las plataformas. “Todos se preparan, pero la adopción es distinta”, dijo Arce.
Por regiones, donde hay empresas digitalmente más avanzadas es en la Región Central y en todas la mayoría no tienen madurez digital y presentan problemas en cómo comunicarse mediante redes sociales, así como en cultura y liderazgo para la adopción de tecnologías digitales, por lo que deben enfocarse en integrarlas, avanzar en el establecimiento de estrategias de implementación, desarrollar las capacidades técnicas y aprovechar las herramientas disponibles.
Aparte de las redes sociales y otros canales digitales de comercio y pago digital, se puede aprovechar plataformas de video streaming y generación de contenidos.
Cambiar al ritmo de cambio
Las empresas deben acelerar su transformación para ir al ritmo de los cambios en la economía, la tecnología y las industrias. En eso, muchas veces tendrán que ir aprendiendo de los erores.
Amadeo Quirós, fundador de Caricaco, una organización de apoyo a emprendimientos, indicó que la pandemia provocó efectos en diferentes áreas y también aceleró la digitalización y las oportunidades de negocios, aunque el país debe dar un salto en el desarrollo de los emprendimientos pues se ubica por detrás de otras economías de Latinoamérica como Brasil, Argentina, Chile, Colombia, México y Perú.
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Los retos abarcan desde aumentar y madurar también una visión de negocios global, por el tamaño del mercado local, como de los inversionistas con apetito para apoyar proyectos en etapas tempranas, tener casos de éxito que motiven a más emprendedores, y fortalecer el ecosistema emprendedor (aceleradoras, fondos, gobierno, y mentores). Eso no evita que una buena parte de los proyectos no tengan éxito.
“¿Cuánto está dispuesto a perder? Hay que aprender de los errores”, dijo Quirós, quien contó que varios proyectos iniciales suyos fracasaron, pero aprovechó las lecciones de cada experiencia.
En el caso de Zunify el proyecto inició en 2018. Lo primero que hicieron fue conversar con los clientes potenciales y luego pasaros al desarrollo de la solución desde 2020.
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Se apoyaron en otra organización de apoyo a emprendedores, el Founder Institute de Los Angeles, California. Cuando regresaron a Costa Rica y realizaron un levantamiento de capital con amigos y familiares, después con inversionistas ángeles y más tarde con fondos de inversión de riesgo.
Cada aporte permitió tomar más tracción y conseguir clientes, generando ingresos, y lo que favoreció el contacto con más inversionistas locales y globales, incluyendo Caricaco.
Actualmente la solución se comercializa en Costa Rica. Los planes miran a la expansión fuera del país.