Mariano Miranda, CEO y cofundador de Buo, y sus socios asistían a todos los eventos sobre recursos humanos en Ciudad de México, se acercaban a los representantes de las empresas, se presentaban y tomaban los datos de contacto. A los pocos días se comunicaban con ellos.
Así lo hicieron con los ejecutivos de la aseguradora estadounidense Met Life, a quienes les llamó la atención el sistema de Buo y en dos meses firmaron el contrato. Siguieron otros más y pronto fue necesario más capital.
En enero pasado Mariano se puso en contacto con el fondo DILA Capital y éste aceptó liderar el proceso en el que también participaron tres fondos más e inversionistas ángeles.
En mayo firmaron. Lograron $3 millones de capital semilla —con lo que se acerca a las inversiones más importantes realizadas en los últimos seis años en Centroamérica, según Cuantico Venture Capital— para su expansión a nivel latinoamericano. ”Tenemos alta demanda,” dice Mariano. “Las agendas están por reventar”.
Buo desarrolló y comercializa un servicio en la nube de administración de los datos del talento en las empresas, que genera información del ciclo laboral de cada colaborador para obtener predictores de comportamiento y determinar los factores de su desarrollo.
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Un estudiantes insistente
Mariano es de San Pedro de Montes de Oca. Estudió en el Colegio Metodista, en Sabanilla. Los fines de semana viajaba a Agua Zarcas, San Carlos, donde su padre Enaldo tiene una finca desde donde exporta mango.
Fue un excelente alumno. Su hermano mayor, David, médico y quien hizo su residencia en Estados Unidos, le recomendó aplicar a las universidades de ese país. Envió solicitudes a muchas y solo obtuvo negativas. Quedó desconcentrado, acostumbrado a tener éxito, incluso en atletismo (donde competía en 400 metros vallas).
Ingresó a la Universidad de Costa Rica, donde conoció a Ximena Loranca, que luego estudió economía también. Congeniaron. Él prometió que en el futuro trabajaría con ella. Lo cumpliría en Buo. Mientras tanto, Mariano volvió a intentar su admisión en las universidades de EE.UU. Ahora utilizó otra táctica.
Envió correos electrónicos a los encargados de admisión con una petición: que lo orientaran para ser admitido. Nadie le respondió. Excepto en una universidad.
“Esto es poco convencional”, le dijo el encargado de admisiones de Yale. Y lo contactó con el responsable de aplicaciones para América Latina. Lo logró. Estudió economía con énfasis en matemática, enfocado en países emergentes, y educación, con énfasis en programas educativos. Su interés inicial fue la investigación académica.
Su vocación le viene de su madre, Xinia Herrera, economista y abogada, ex funcionaria de la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos (Aresep) y ya pensionada. Pero su experiencia no se limitó a la academia.
En Yale tuvo contacto con fundadores de startups. Sus proyectos tomaron forma. Los pondría en práctica en Costa Rica, incluso antes de graduarse en 2018.
En 2017 fundó Edaway junto con Orlando López. Ofrecían un servicio para estandarizar las calificaciones académicas para colegios. El sistema se desarrolló mediante outsourcing con la firma Avantica (actualmente Encora). Ahí conocieron a Pablo Rodríguez, encargado de atenderlos.
Con Edaway obtuvo $100.000 de capitalistas ángeles, incluyendo al mismo Orlando. Pero el proyecto no prosperó y cerró en 2019 por varias razones. Una de ellas era que las organizaciones tenían enormes problemas para registrar, almacenar y aprovechar los datos. Además, en outsourcing no tenían las mismas posibilidades para ajustar el sistema y no desarrollaron una prueba de mercado.
Desde su trabajo en Peace First, una organización no gubernamental de microfinanzas para jóvenes de menos de 25 años de edad, Mariano siguió viendo los problemas de datos. “Hay un problema que tenemos que solucionar”, les dijo a Orlando y Pablo.
El problema era doble: dos de cada tres personas no tienen un título académico en América Latina y el 70% las que lo tiene trabaja en algo diferente a la profesión en que se graduaron. A eso se suma que las compañías cuentan, si es que tienen, con numerosas carpetas, archivos y datos de sus empleados en forma desestructurada.
Datos vitales |
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Firma: Buo. |
Fundación: 2021. |
Fundadores: Mariano Miranda, Orlando López, Pablo Rodríguez, Paqui Casanueva, Ximena Loranca y Carlos Marín. |
Ubicación: en Costa Rica producción tecnológica y oficina comercial en México D. F. |
Colaboradores: 20 personas en la actualidad y en proceso de incorporar más. |
Solución: sistema en la nube de gestión de datos de talento. |
Costo: $25 por persona por año. |
Nuevo paso
Desde 2021, Mariano y sus socios, a los que se unieron Ximena (que en ese año venía de terminar su contrato en Caricaco), Paqui Casanueva y Carlos Múñoz, trabajaron con más de 300 hipótesis hasta la actual versión de Buo, una marca sencilla de recordar y relacionada con el búho que, a su vez, se asocia al conocimiento.
La solución utiliza inteligencia artificial generativa (basada en la plataforma de Open AI, la creadora del Chat GPT) y aprendizaje automático para procesar la información y traducir la experiencia laboral de las personas en credenciales digitales.
Entre sus primeros clientes destacan Florida Ice & Farm Co. (Fifco) en Costa Rica y Crediempleado en México. Luego desarrollaron dos versiones. La segunda en octubre de 2023, cuando Met Life contrata el servicio. Desde ese momento todo se acelera.
Durante tres años Buo sumó $15.000 en ventas. Se mantuvo con un préstamo personal por $60.000 en Coopenae, con Orlando de fiador y que todavía Mariano paga mes a mes. Luego, con el apoyo de los fondos Kapital, Génesis e inversionistas ángeles (como el empresario Camilo Quintero) de Costa Rica y México. En total, lograron $1 millón de capital en esos tres años.
Desde que se mudó a México en 2021, Mariano siguió dos estrategias que, a la larga, le darían muy buenos resultados.
La primera fue colarse en todos los eventos de recursos humanos en Ciudad de México. La segunda fue establecer contactos con diferentes fondos de inversión y mantenerlos al tando de los avances.
Desde el contrato con Met Life se generó interés de otras compañías. De octubre a la actualidad las ventas suman $500.000 y contratos con Grupo Modelo, Axa Seguros, supermercados Soriana y Banco Santander en México. En total, 40 corporativos de la región usan la solución, incluyendo 5 firmas Fortune 500 y 16% de las empresas de la Bolsa Mexicana de Valores. La agenda se llenó y urgía capital.
Para la nueva búsqueda de inversiones se realizó un cambio. En anteriores intentos todo el equipo de Buo estuvo involucrado. Los buenos resultados creaban entusiasmo, pero las respuestas negativas —inevitables especialmente en etapas tempranas— llevaban a la desazón. Además, la industria global de capital de riesgo redujo las apuestas en estos últimos años.
Se optó, entonces, por concentrar las negociaciones y obtener un patrocinador reconocido y con experiencia.
En marzo de 2024 se firmó el acuerdo para que el fondo DILA Capital liderara el proceso de levantamiento de capital. DILA realizó una revisión exhaustiva, la valoración de Buo y definió el monto a obtener. Luego se presentaron con otros fondos.
Lo normal es negociar con el 20% de los fondos contactados y lograr el acuerdo con uno. Por su parte, los fondos y los inversionistas aspiran a un retorno de inversión de hasta 20 veces lo aportado.
Para las presentaciones o pitch Buo recibió, además, la asesoría de otro emprendedor, que había pasado por procesos similares con éxito. Y se optó por concentrarse en los fondos más prometedores.
El 26 de mayo se firmaron los documentos con DILA Capital, Nido Ventures (de Silicon Valley), Daedalus Ventures (de Chile) y Kuiper VC (basado en México). Fueron 550 firmas entre documentos originales y “copias” de los socios de Buo, los inversionistas que ya participaban en la firma y los nuevos fondos y capitalistas individuales.
DILA se incorporó a la junta directiva, en representación de los otros fondos e inversionistas; Nido también, como observador.
Los $3 millones permiten desarrollar la cuarta versión de la solución, profundizar la comercialización en México y Centroamérica, y abrir nuevos mercados en Latinoamérica, como Colombia y Chile.
Buo está en la contratación de los colaboradores que requiere para la comercialización. En Costa Rica mantiene un equipo de 11 personas, que trabajan en forma remota desde Liberia, Pérez Zeledón, Cartago, Santa Ana y otros sitios del país. En la oficina de México, que se está mudando a otro punto del distrito Federal en la actualidad, se ubican otras 9 personas.
Tienen tarea para los próximos dos años, después de los cuales pondrán la mira en EE. UU.
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