Para obtener su patente municipal y el permiso de salud, una fisioterapeuta tuvo que alquilar y acondicionar un local en pleno centro de Heredia. Pero el trámite tardó y ella no pudo seguir manteniendo el pago de la mensualidad sin poder recibir ingresos.
Al frente le pasó lo mismo a un bar. Pero su dueño sí logró sostenerse más de un año y realizar las inversiones que le solicitaron en el local.
Son situaciones conocidas para muchas personas emprendedoras y, en términos generales, de las autoridades, que al impulso de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) impulsan medidas para simplificar trámites y reducir plazos.
El Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) anunció, en ese sentido, dos iniciativas recientes.
Primero realizó un encuentro con municipalidades de Costa Rica para promover la implementación de herramientas de mejora regulatoria y un plan piloto de la aplicación Le Dejamos Trabajar. El Ministerio sostiene que esta solución eliminó 147 cuellos de botella.
Después, el pasado viernes 27 de setiembre, anunció que entró a regir el Reglamento para la aplicación de la Base Ajustada al Salario para Microempresas en el Seguro de Salud, el cual brinda condiciones favorables de aseguramiento para microempresas y emprendedores.
Así, al momento de la inscripción patronal, la microempresa o el emprendimiento (con una planilla igual o menor a cinco trabajadores) obtiene la Base Ajustada al Salario (BAS) durante sus 12 primeros meses, con lo cual tanto el empleador como los trabajadores podrán acceder al seguro de salud.
¿Es suficiente? Las personas emprendedoras deben tener claro que son pasos de una larga marcha en un país acostumbrado a nuevos e intempestivos trámites y procesos para abrir y operar un negocio.
“La formalización es el único camino para crecer. Un negocio informal llega rápido a la barrera en donde el emprendedor o emprendedora tiene que tomar la decisión de formalizarse”, dijo Yajaira Chung, fundadora de Papeleo.
Papeleo es una firma especializada en asesorar a emprendedores y profesionales independientes en los trámites que deben cumplir.
Con Chung conversamos en el tercer episodio del videopodcast Guía para Emprender, que se puede ver y escuchar en las plataformas de YouTube, Spotify y Apple Podcast.
Costos y oportunidades
Un estudio de la OCDE, presentado en julio pasado y que abarca 47 economías, ubicó a Costa Rica como la última en el ranking para abrir un negocio, a causa de los múltiples trámites que deben realizarse ante instituciones públicas.
Los retos abarcan la simplificación de requisitos administrativos para establecer nuevas empresas, reducir las barreras de entrada, en permisos y plazos de los procesos para concederlos, así como en gobernanza de las entidades estatales.
“Costa Rica tiene un desempeño bastante peor que la economía promedio de la OCDE, pero se han producido algunas mejoras desde 2019″, anota el reporte en el capítulo sobre Costa Rica.
En 2021, por ejemplo, se implementó el uso de la declaración jurada para facilitar la apertura de un negocio, que habría simplificado 74 trámites en 27 instituciones.
Los costos administrativos y la tramitología se encuentran entre los factores que favorecen el crecimiento del sector informal.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) indican que hay 869.000 personas en el sector formal, de las cuales la mitad son trabajadores en informalidad y la otra son propiamente las personas que encabezan las iniciativas productivas. También hay cerca de 400.000 microempresas del hogar.
La situación de informalidad limita sus posibilidades de crecimiento, de venta a instituciones o grandes empresas y multinacionales, y de exportar. Además, puede enfrentar inconvenientes: cobro retroactivo de Hacienda, el cierre de negocio y multas.
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Incluso si la persona decide mantener el negocio en un determinado nivel de ingresos y desarrollo, la formalización le permitiría aprovechar oportunidades de negocios.
“La falta de un requisito puede provocar que se pierda una oportunidad de ventas”, dijo Chung. “Sí cuesta formalizarse. No voy a mentir. Cuesta tiempo, cuesta dinero”.
Contar con los trámites necesarios puede ser abrumador, por los plazos, los requisitos de último momento, la contratación de contadores o abogados para documentos que se solicitan, y los costos de los permisos o licencias, entre otros.
Entre los trámites básicos se encuentran la inscripción en el Régimen Simplificado o en el Tradicional de la Dirección General de Tributación, pólizas y seguro de salud, permiso de funcionamiento del Ministerio de Salud y patente municipal (incluso en caso de profesionales independientes).
Dependiendo del giro del negocio, como en alimentos o en cosméticos, se requiere el registro sanitario y cumplir con el Reglamento Técnico Centroamericano.
El paso básico es informarse y asesorarse con las cámaras empresariales o firmas y profesionales especializados para conocer los trámites que debe realizar.