Cuando recibe huéspedes en su hospedaje, Blanca Rosa Mena se levanta a las 2:00 a.m. para chequear el cielo. Si está despejado, recorre las tres cabañas para despertar a sus clientes y comenzar el tour de estrellas.
El sitio de observación está a solo unos pasos y la experiencia tarda algunas horas, hasta el inicio del amanecer. El frío no es una preocupación porque el chocolate caliente está incluido. Almohadas en el suelo, una cámara fotográfica y un telescopio son parte del acto que atestiguó también quien escribe este texto.
Blanca Rosa creció mirando al cielo y al fin halló su lugar ideal. Las estrellas son solo una parte de la oferta que tiene disponible en su emprendimiento para los turistas, pero es lo que más fuerza está tomando actualmente.
Dejarlo todo
Esta historia se remonta a varios años atrás. Blanca Rosa, originaria de Pérez Zeledón, dejó su trabajo de 23 años como cajera y tesorera en el Banco Nacional para cambiar de ambiente y “enterrarse” en la montaña, como ella bromea.
El destino fue Tres Colinas, un pueblo en las montañas del cantón de Buenos Aires a 1.800 metros de altura y puerta de partida del sendero oficial que lleva al cerro Kamuk, ubicado dentro del Parque Internacional de La Amistad (PILA).
Hace 10 años se instaló de forma permanente en este lugar de unos pocos pobladores, todos emparentados. Pero desde unos 25 años antes ya iba y venía entre Pérez Zeledón y Tres Colinas, pues su esposo es parte de la familia que fundó el aislado poblado.
“Eran 12 hermanos, la familia Solano, y ellos fueron los que colonizaron el lugar. Se dividieron este espacio hasta que el parque (La Amistad) se fundó y empezaron a expropiar, otros vendieron y solo quedaron cuatro hermanos”, cuenta.
En ese momento el pueblo carecía de electricidad e Internet. La luz la encendieron por primera vez hace cuatro años a través de paneles solares y el Internet comenzó hace apenas cinco meses, luego de instalar una antena de Starlink. Aún hoy el último poste de luz en red está a varios kilómetros de distancia, red a la que esperan conectarse algún día.
Blanca Rosa estudió Artes Plásticas y siempre quiso dedicarse a otra cosa más allá del banco. Además tenía una floristería en el cantón generaleño. Ya desde antes de migrar definitivamente, Mena alquilaba su casa a visitantes, que llegaban principalmente para subir el cerro Kamuk. Cuando renuncia al banco y llega a Tres Colinas decide construir cabañas para recibir turistas. Así nació Bonnysu, el hospedaje que hoy dirige junto a su esposo.
Con el nacimiento de Bonnysu, Mena se metió de llenó en la asociación de turismo local y empezaron a promocionar Kamuk como destino de senderismo, una ruta que toma varios días para subir y bajar.
Ella, su esposo y otros vecinos se certificaron como guías, al tiempo que firmaron un permiso de uso con el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), una autorización con la cual pueden recibir visitantes, recabar datos de ellos y guiarlos dentro del PILA sin necesidad de pasar por un puesto oficial. Toda los datos que recogen deben pasarlos a la administración del parque.
Pero el Kamuk quedó en un segundo plano cuando, una noche como cualquier otra, se percataron de la joya que tenían encima de sus cabezas.
Ver hacia el cielo
Blanca Rosa recuerda muy bien esa noche de hace más de 10 años. Un grupo de senderistas llegó a eso de las 2:00 a.m. con la intención de subir el Kamuk. El grupo se fue a dormir, pero debían despertar una hora después para empezar la travesía. En ese tiempo, Mena y su esposo fueron a sentarse afuera en el frío de la madrugada, vieron hacia el cielo y pensaron en tomar fotos. Las primeras fotos.
“Esto es tan bonito que vale la pena que todo el mundo lo conozca”, cuenta Blanca que pensó en ese momento. “Ahí empezó la cosquillita de enseñarle a la gente qué tenemos”.
Así empezaron a darle forma al tour de estrellas que hoy ofrecen como uno de los principales atractivos. El interés los llevó a estudiar astronomía y también se han ayudado de aplicaciones. Un obstáculo era la falta de Internet en la zona, por lo que Blanca hacía dibujos y luego en Pérez Zeledón los analizaba; descubrió que existe una temporada alta de estrellas, pero que hay estrellas fugaces y otros secretos de la Vía Láctea.
El astroturismo es un nicho de la industria turística que está en expansión a nivel mundial y también en Costa Rica. El Instituto Costarricense de Turismo (ICT) está interesado en promocionarlo como un producto más del país.
Por este y otros factores, Cabañas Bonnysu ganó la declaratoria de interés turístico del propio ICT. Hasta donde se sabe, solo dos emprendimientos con declaratoria ofrecen un tour de estrellas.
“Toda la vida he querido ver hacia arriba y en Tres Colinas encontré el cielo perfecto”.
El auge del astroturismo ya deja algunos frutos en Tres Colinas. Este año se celebró la segunda edición del Festival de Estrellas, organizado por la asociación de turismo del pueblo, cuya visitación duplicó la del 2023.
Los datos de aplicaciones y algunos expertos indican que la calidad del cielo en Tres Colinas es de 2 en una escala de 1 a 9, donde 1 es el cielo perfecto que se presenta solo en algunos puntos específicos del planeta.
Un cliente, cuenta Blanca, le dijo que fue hasta África a observar estrellas y luego se dio cuenta que las tenía mucho más cerca, en ese pueblo de Buenos Aires.
Cabañas Bonnysu quiere ahora certificar ese cielo. La fundación Cientec los está apoyando para lograr la certificación de Starlight, una entidad internacional fundada en España que quiere exponer los espacios que poseen una excelente calidad de cielo y que representan un ejemplo de protección y conservación, según su sitio web.
El proceso inició en abril y los requisitos finales aún están por definirse, pero inicialmente el lugar debe contar con el apoyo de la municipalidad local y del Sinac, algo que aún están negociando.
“Yo ya estoy haciendo la tarea antes de que salga”, dice Blanca, quien espera llegar a tener la primera certificación del cielo de Costa Rica, algo que considera valioso no solo para su emprendimiento y el pueblo, sino también para Buenos Aires. “La recompensa sería la certificación, pero no solo para mí”.
El core del negocio hoy
Bonnysu no solo se queda en hospedaje. Hoy se enfoca en tres elementos: tour de estrellas, observación de aves y moras. Las montañas alrededor albergan una abundancia de aves y con las moras orgánicas que cultiva la emprendedora hace productos como mermelada.
Todo eso se combina con el servicio de alimentación y otros. Sin dejar de lado su formación artística, el hospedaje cuenta con una pequeña tienda donde Blanca expone tazas decoradas y pequeños adornos de su creación. También vende artículos de senderismo.
“Todo lo que yo soy yo lo mezclo en mi emprendimiento”.
Blanca Rosa no para y ve constantemente oportunidades de negocio. Se ha capacitado en otras áreas como ventas y mercadeo; la formación en el Banco le sirvió para educarse en finanzas. Además, forma parte de organizaciones regionales como la Ruta del Agua o la Cámara de Turismo.
Bonnysu y otros dos albergues, Fikamuk y Los Colibríes, son los tres emprendimientos activos de la asociación de turismo local que tiene 21 años de estar formalizada. La conforman 26 socios y, a raíz del crecimiento en la llegada de visitantes, otros han mostrado interés en construir más cabañas.
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Desde aquellos primeros años, la visitación ha cambiado mucho. A Kamuk llegaban apenas cinco grupos en los seis meses de temporada, ahora ya llegan cinco o seis grupos al mes.
El registro de Bonnysu era de 100 turistas en promedio al año, pero el 2024 ya marcó un nuevo récord con más de 200 y podría cerrar con más de 300, aunque para Blanca el número no es tan importante como la satisfacción. La declaración turística ha sido otro impulso.
El porvenir lo ve más que optimista. “Queremos seguir explotando lo que tenemos. Las moras, el cielo, van a seguir ahí”, relata Mena.
En su propiedad de cinco hectáreas, Bonnysu espera construir más cabañas para ampliar su capacidad. Mientras tanto, Blanca Rosa vive más que feliz en Tres Colinas entre sus moras, su bosque y sus estrellas.
Antes de ir a Tres Colinas |
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Al pueblo se llega solo en carro 4x4 o carro alto. |
El sitio es frío por lo que debe llevar ropa abrigada. |
La electricidad disponible alcanza para cargar dispositivos y no para otros equipos que consuman más. |
Para reservar en Bonnysu, el canal más eficiente es el WhatsApp 88292693. |
Puede encontrar más información en bonnysu.com |