Angie Sánchez estaba cumpliendo una pasantía en una localidad cerca de Munich, Alemania, cuando descubrió toallas de tela y copas menstruales reutilizables.
De regreso a Costa Rica fundó una empresa, Cíclica, con una amiga de secundaria, María Laura Gutiérrez, y una socia panameña, Gizeh Ibarra, para comercializar los productos en ambos países.
Los planes son llevarlos a otros mercados de la región y expandir los servicios: hace un mes Cíclica lanzó una plataforma educativa dirigida a mujeres. “Estamos en constante innovación”, dice Angie.
Ella tiene 28 años y es oriunda de Tres Ríos. Estudió en el colegio María Inmaculada y luego se graduó de biología en la Universidad de Costa Rica. Por su profesión y por voluntad propia, Angie tiene muy presente los problemas ambientales locales y globales.
Estando en Alemania, en una pasantía que duró nueve meses, encontró las copas menstruales. Al regresar a Costa Rica confirmó que aquí no se traían este y otros productos para mujeres. La oportunidad estaba a la vista: comercializar productos sostenibles.
Lo conversó con María Laura, a quien había conocido en el María Inmaculada. María Laura estudió comercio internacional en la Universidad Nacional, además de danza contemporánea. Luego trabajó en la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
Con sus conocimientos y experiencias laborales —Angie también trabajó como corredora en bienes raíces— en 2018 decidieron crear una iniciativa empresarial que diera una respuesta en dos sentidos: a las mujeres y en sostenibilidad.
Con Gizeh, que también se graduó en comercio internacional, empezaron a explorar el mercado de Panamá.
La necesidad observada por ellas no es irrelevante, de acuerdo a la información y diversos estudios globales.
La Organización de las Naciones Unidas estima que unas 500 millones de mujeres a nivel global enfrentan limitaciones para tener acceso a productos de higiene menstrual. La situación se reproduce en América Latina.
En la región la mayoría de las mujeres también carecen de información pertinente, acceso a instalaciones de saneamiento adecuadas (en 2019 unas 106 millones de personas carecían de un baño digno en casa, la mayoría en zonas rurales) y tampoco a productos de gestión menstrual.
En todos los casos, incluyendo Costa Rica donde hay alrededor de 1,5 millones de mujeres en edad reproductiva de acuerdo con datos del Instituto de Estadística y Censo (INEC), hay menos acceso a productos sostenibles. Una oportunidad que Cíclica empezó a explorar en 2019.
La importación la iniciaron a mediados de ese año, pero rápidamente se dieron cuenta que podían y debían dar otro paso más.
En 2020 empezaron a fabricarlos y a distribuirlos en diferentes puntos.
En Costa Rica se comercializan en los supermercados Walmart, en 12 puntos de ventas (tiendas de conveniencia de productos holísticos y en macrobióticas) y en Internet, a través de su propio sitio web.
Los resultados son positivos, pero se dieron cuenta que faltaba algo más. “Nos va bastante bien”, dice Angie. “Es un proceso educativo, que no se brinda ni en la casa, ni en la escuela ni en el colegio”.
Para atender esta necesidad se lanzó una plataforma llamada Cíclica Educativa a principios de abril, antes de Semana Santa.
En la plataforma se encuentran cursos brindados por expertas nacionales e internacionales en salud íntima, sexual y reproductiva para toda la población sobre aprender a registrar el ciclo menstrual, anticonceptivos y productos para gestionar la menstruación de forma sostenible, como las copas y las toallas de tela.
El costo va de $15 a $30 por los cursos y el material descargable. Cada mujer puede ingresar cuando guste y llevarlos según su disponibilidad de tiempo. También hay cursos sin costo y ofrecen paquetes empresariales.
Periódicamente se expandirán los cursos para que las mujeres encuentren una variedad más amplia y diversa de temas y expositoras, de forma que se convierta en un espacio integral de conocimiento.
Los cursos fueron escogidos estratégicamente. Angie sostiene que son la base para una menstruación consciente en un tema al que históricamente se le ha dado muy poca información. Por eso se busca brindar a las personas las herramientas necesarias para tomar decisiones informadas en cuanto a su salud menstrual y sexual.
Los contenidos también están diseñados para personas madres y padres de familia que sienten que no poseen las herramientas suficientes para transmitir conocimientos sobre la gestión menstrual y sexual a sus hijos e hijas.
“Los cursos son sobre lo que siempre hemos querido saber, que son tabúes, que nadie ha querido explicarnos y que son explicados por mujeres especialistas”, explica Angie, a quien le gusta hacer ejercicio en el gimnasio.
La producción y comercialización a través de una empresa —y no de otra modalidad de organización— se debe también a su visión de innovar y que esa innovación es posible en Costa Rica por el potencial en la producción tecnológica que hay en el país.
“Buscamos el empoderamiento y brindar el acceso de las mujeres a los productos”, dice Angie. El potencial no solo es local.
Ya tienen fecha para empezar a distribuirlos en Guatemala, el tercer mercado donde se comercializarán los productos a nivel regional. Después, en tres o cinco años, los introducirían en otros de los países. Los números dan para eso y para más.
Cíclica ya recibió inversión de una aceleradora internacional, Pomona Impact, y están en el proceso de una segunda inyección de capital. Las firmas valoran su triple impacto: social, ambiental y económico.
En lo ambiental, explica Angie, porque los productos son reutilizables y son amigables con el ambiente. La copa dura hasta cinco años (luego se puede incinerar) y las toallas y los calzones menstruales hasta tres años.
Así, cada mujer que los utiliza deja de usar otros productos que son desechables y más contaminantes. Hay otra característica destacable.
Son productos que no causan incomodidades ni alergias, a diferencia de los productos sintéticos y de plástico.
En la plataforma también planean otros servicios. En alianza con una empresa internacional, se lanzará una plataforma de telemedicina en la cual las mujeres podrán realizar consultas médicas (con un costo de unos $15 por cita) con especialistas en ginecología, nutrición, salud íntima y psicología.
“Estará a finales de abril”, dice Angie. " Estamos en constante innovación. Somos una empresa de mujeres para mujeres”.