Usted puede descubrir algo que ningún otro negocio está haciendo, pensar en una oferta y un servicio innovador, enfrentarse a un mercado que todavía no está preparado para lo que se le ofrece y empezar a recoger los frutos cuando ocurre el cambio definitivo en los consumidores. Como el caso de Casero Express, para el cual ha sido fundamental aprovechar la plataforma digital de entregas a domicilio o delivery.
“En los próximos años nos concentramos en el Área Metropolitana y luego más allá”, anuncia Manuel Vargas Morales, propietario del Casero Express, ubicado en Multicentro Desamparados y Multiplaza Escazú.
Casero Express ofrece comida casera con un precio actual de ¢3.850, donde se puede elegir cinco opciones: fresco, proteína y tres complementos.
Entre las opciones están arroz, frijoles, varios tipos de picadillos, carne y mondongo en salsa, canelones, vainicas envueltas en huevo, arroz con pollo y puré de papa.
En frescos (solo naturales) hay seis sabores: guanabana, mora, té frío, hierbabuena con limón, frutas, piña con arroz, y naranja y zanahorias.
Los clientes también pueden pedir, adicionalmente, postres como tres leches, arroz con leche, y plátanos en miel de almíbar. También se ofrece olla de carne.
El horario es de 11:00 a.m. a 8:00 p.m. en los puntos de venta, pero se reciben pedidos express a través de la plataforma hasta las 7:30 p.m. Actualmente tiene diez colaboradores en total.
Desde Multicentro y Multiplaza, mediante Uber Eats, atiende los sectores que van desde San Pedro, Zapote, San Francisco de Dos Ríos, Desamparados, Paso Ancho, San Sebastián, Hatillo, Pavas, La Uruca, distrito Hospital, Escazú y Santa Ana. Incluso han recibido pedidos desde Belén de Heredia.
Tanto la propuesta como los planes de expansión a partir de 2023 nacen de la experiencia y la experiencia de Manuel.
Él es oriundo de Alajuela, donde estudió primaria y secundaria para luego seguir un diplomado en el antiguo ITAN y, luego, dos maestrias en finanzas y mercadeo en la Universidad Interamericana de Puerto Rico. Empezó a trabajar como ayudante de camión.
En 1989 ingresó a la empresa Punto Rojo en el departamento de transporte y de ahí salió en 1997 cuando ocupaba la gerencia de marca. Dos años antes se había casado con Karol Sánchez. Actualmente tienen un hijo, Juan Manuel, y Sofía, de 25 y 10 años respectivamente.
Cuando salió de Punto Rojo siguió acumulando experiencia en grandes empresas de Costa Rica en operaciones a nivel regional.
Primero con Grupo Constella y luego con la Corporación Supermercados Unidos, en este caso como gerente de compras de productos frescos en Nicaragua. Allá estuvo hasta 2001, cuando regresó al país, lo que le permitió realizar sus estudios de postgrado y empezar su recorrido como emprendedor.
En Costa Rica se incorporó como gerente en una empresa familiar llamada El Pollazo Parrillero. Ahí estuvo desde 2002 a 2008 y cuando salió era una cadena con quince puntos de ventas. Renunció debido a una nueva oportunidad.
En la época de la crisis financiera a nivel global, Manuel compró un negocio de pollo frito en Quepos, en el Pacífico Central de Costa Rica. Todavía lo tiene. ¿Qué lo motivó a dar el paso a emprender?
“Por las ganas de hacer algo por mi familia, el deseo de superación, de tener una estructura y de dejarle algo a los hijos”, responde Manuel. Lo hizo conociendo las dificultades que enfrentaba ese mercado. Decidió introducir las comidas caseras.
La ampliación le permitía llegar a más clientes. También fue clave para lo que venía.
Dos años después, adquirió una operación de El Fogoncito en el mall de Multicentro en Desamparados junto con un socio, Héctor Soto (y quien no continuó posteriormente). Soto había sido su jefe y se había retirado de El Pollazo. Remodelaron el local y lanzaron como el Casero Express.
La idea no surgió de la noche a la mañana. Ya tenían el proyecto en el papel: el logo, el libro de marcas y el plan estratégico. La idea era trabajar el mercado express. Solo que había un reto.
Los consumidores estaban acostumbrados a hacer pedidos express de pizza y a llevar a domicilio o para consumir en el camino otras comidas rápidas, pero no comida casera. Había otras dificultades operativas en la gestión de las unidades motorizadas propias.
El negocio empezó a consolidarse con la venta en ventana en el centro comercial, por lo que la decisión fue consolidarla. Las ventas crecieron, lo que permitió dar otro paso.
En 2015 compraron otro negocio que estaba en un local del food court del mall Multiplaza Escazú, junto con otro socio, Héctor González (q.d.p.). Además de la venta en el mismo food court, también ofrecían el servicio express. Aún así, los ingresos los aseguraba la venta en ventana.
El servicio express seguía sin despegar. Incluso,en 2019, ya incorporados a la aplicación de Uber Eats, las ventas a domicilio o pedido no superaban el 5% de los ingresos. Todo cambió al año siguiente. Más tarde se empezaron a recoger los frutos.
Hasta marzo de 2020 la presencia en Uber Eats era de bajo perfil, se tenía poca promoción y era más una alternativa a desarrollar, tomando en cuenta que el servicio de entrega era parte de la idea inicial del negocio. La pandemia cambió la experiencia de los consumidores con los pedidos de comida casera a domicilio.
Cuando fue posible reiniciar la operación, después del confinamiento de los primeros meses, las ventas empezaron a crecer. Actualmente los pedidos por medio de Uber Eats representan entre 30% y 35% de las ventas del Casero Express, uno de los 4.000 negocios asociados a la plataforma en las siete provincias.
En Costa Rica la firma indica que durante cinco años de operar, desde el 6 de diciembre de 2017, se han entregado 42 millones de órdenes.
Junto a los restaurantes, actualmente la plataforma es aprovechada por 500 comercios de diferentes actividades (floristerías, tiendas de tecnología, tiendas de conveniencia, farmacias, tiendas de mascotas y supermercados). El 55% son pequeñas empresas. Aparte del apoyo en promociones y mercadeo, Uber Eats impulsa varias iniciativas para impulsar las ventas de los negocios.
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En el Casero Express hubo varias acciones que ayudaron.
Uber Eats los impulsó a realizar descuentos, promociones y a realizar más mercadeo. Además, a finales de 2019, con la pandemia en perspectiva, la atención de los pedidos a través de Uber Eats la asumió Juan Manuel. Él es estudiante de ingeniería civil de la Universidad de Costa Rica y espera ingresar a la licenciatura el próximo año.
Para cuando se incorporó, ya le estaban dando seguimiento a las informaciones sobre la pandemia en el mundo. “Se veía como una pesadilla muy lejana”, dice Juan Manuel.
Él empezó a realizar ajustes de detalles básicos, como la dirección de los locales, y a gestionar las promociones en la app de Uber Eats y en las redes sociales. Lo que no sabía era que tendría que hacerse cargo de la empresa más de lleno. Para ese momento, ya habían sufrido una dificultad.
En 2019 el local de Casero Express en Plaza Domo, en Cartago, se quemó. Lo perdieron todo. Con la pandemia encima no era posible hacer nuevas inversiones. Otra situación fue cuando Manuel se enfermó de covid-19 en 2021. Estuvo muy grave.
Con Manuel hospitalizado, Juan Manuel, su hermana y su madre estaban en cuarentena y debieron seguir la marcha del negocio por medio de teléfono, con el apoyo de los administradores de las tiendas, los colaboradores y otros familiares. En medio, Juan Manuel tenía que cumplir con las clases virtuales y los trabajos de la universidad.
Al incorporarse al negocio Manuel, Juan Manuel siguió con diferentes tareas de la operación diaria y siempre con la gestión de las plataformas de Uber Eats y redes sociales. Superada esa etapa, están dando forma a los planes para el próximo 2023.
“Pasamos momentos muy crudos, muy difíciles”, reiteró Manuel.
La idea ahora es consolidar la operación en el Área Metropolitana con más puntos de ventas, con el propósito de expandir la cobertura en el este y noreste del Valle Central.
Manuel explica que con tiendas más cercanas a cada localidad pueden asegurar más la calidad de los pedidos de los clientes. La meta es tener siete puntos en 2025 e incluso, para dos años después, volver a zonas como Cartago.
La perspectiva es expandirse también a Guanacaste. En Liberia actualmente Manuel tiene alquilado un negocio de comidas. El proyecto es retomarlo como Casero Express.
Los planes se basan en el cambio que ocurrió en el mercado. “Hay más disposición a pedir y consumir comida casera”, dijo Manuel.