Dayanna Zúñiga es una joven abogada que ya tiene 13 años de asesorar a empresas, tanto en Costa Rica como en la región, experiencia que le sirve de base para desarrollar iSmart Comply, la cual brinda servicios legales a pequeñas y medianas empresas (pymes).
La plataforma en línea se apoya en un grupo de especialistas legales en diferentes áreas para que las personas emprendedoras y empresarias puedan contactarlas, realizar gestiones legales y resolver otras necesidades.
Para algunas de las gestiones que pueden realizarse directamente entre partes (como un contrato de alquiler o la constitución de una sociedad, que son de carácter privado, solo requieren la firma de las partes y no obligan a la protocolización) se ofrecen los documentos que deben elaborarse y las guías para que la persona las complete.
Otras gestiones, como una consulta inicial y básica (que normalmente hacen perder tiempo a las partes) podrá realizarse mediante un chat que se apoya en la tecnología de inteligencia artificial generativa del ChatGPT desarrollada por la firma Open AI.
“Se disminuyen los costos de las empresas”, aseguró Dayanna. “Estamos enfocados en pequeñas empresas, aunque ya hay empresas grandes y corporaciones que están utilizando la plataforma”.
Hasta hace unos años la tecnología en el área legal se enfocaba en sistemas inteligentes que permitieran realizar rastreo y trazabilidad de la jurisprudencia y en la gestión administrativa de los bufetes.
Según la IE School la legal tech evolucionó a diferentes servicios, incluidos el asesoramiento en línea, la recolección de fondos para casos legales (crowdfunding) y gestión de contratos, documentación, litigios y riesgos legales.
Asimismo se incorpora la automatización de procesos, análisis legal basado en inteligencia artificial, investigación, resolución en línea de disputas, inteligencia jurídica y cumplimiento normativo.
Salto inevitable
Como en muchas otras áreas, la pandemia cambió la utilización de la tecnología y generó las condiciones para dar un paso adicional: digitalizar las consultas y los servicios.
Tan simple como una simple reunión virtual en lugar de tener que trasladarse a una reunión e incurrir en gastos de tiempo, traslados y honorarios.
Dayanna es oriunda de Pérez Zeledón, en donde se graduó en el Colegio Unesco. De inmediato, se trasladó a San José donde estudió derecho notarial y registral y la maestría en administración y derecho empresarial en las universidades Escuela Libre de Derecho, Latina de Costa Rica y Latinoamericana de Ciencia y Tecnología.
Durante 15 años de carrera profesional ha sido asesora legal en Castro Garnier Asociados, Riteve y Correos de Costa Rica, directora jurídica del Ente Costarricense de Acreditación y especialista en cumplimiento legal en Nassar Abogados Centroamérica.
Desde 2020, y en la actualidad, es coordinadora de la comisión de cumplimiento del Colegio de Abogados de Costa Rica.
“En Nassar me encargaba de estructurar todos los programas para el cumplimiento normativo y regulatorio de las empresas”, detalló Dayanna.
Por el conocimiento y la experiencia en esa materia, precisamente, ella se planteó cómo acercar a las pymes al ámbito legal, dadas las limitaciones de recursos y en especial culturales que enfrentan. Además, le atrae la formación a nivel empresarial.
Localmente algunas firmas legales estaban utilizando las plataformas de videoconferencias como Teams o Zoom para contactarse con sus clientes. En el 2021 la mayoría de los clientes exigían asesoría virtual.
Para formación también se estaban consolidando los cursos o conferencias a través de webinars. Pero no siempre todas las personas interesadas se podían integrar a las sesiones sincrónicas. Había que hacer algo más.
En Estados Unidos ella había conocido una plataforma que servía para que las empresas y las personas contactaran a abogados, así como brindaba otros servicios en el área legal.
Uno de sus clientes, Alex Siles, cofundador de Snap Compliance, le recomendó la firma con la que estaba desarrollando su plataforma: Training, especialista en elearning.
A mediados de 2021 se empezó la fase de ideación y casi un año después la de desarrollo. En octubre de 2022 se hizo un primer lanzamiento y luego, cuando se agregó una librería digital, se dio un giro en el diseño.
En ese momento se formó propiamente la sociedad y se integraron Jorge Castillo (de Training), Carlos Díaz, Gino Sáenz, Paola Alvarez y Valeria Chinchilla, especialistas en informática, experiencia de usuario, diseño, comunicación, audiovisuales y también en elearning.
En marzo anterior se realizó el lanzamiento de la actual plataforma de iSmart Comply.
En el proceso también se participó en el programa de la incubadora Auge, perteneciente a la Universidad de Costa Rica, y en la competencia Yo Emprendedor, donde ganó en la categoría de innovación digital. El producto final fue una serie de cambios para afinar el servicio.
El más importante de los cambios fue en automatización y estrategia de negocios.
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En estrategia: para brindar los servicios en línea, iSmart Comply establece alianzas con abogados y bufetes legales en cada país, así como con gremios, organizaciones no gubernamentales y entidades financieras que tienen programas de apoyo a pymes.
En Costa Rica se establecieron convenios con el Banco Nacional y varias cámaras, incluyendo la de Tecnología de Información y Comunicación (Camtic) y de Comercio de Costa Rica, entre otras. Ya se realizó un bootcamp con 40 empresas afiliadas de Camtic, en el cual se abordó el tema del fortalecimiento de su estructura legal.
En Honduras se establecieron también alianzas con el Banco Ficohsa, que cuenta con un programa de emprendedoras, y con la cámara de comercio de Cortés. Aquí se tienen también acuerdos con abogados de Tegucigalpa y de San Pedro Sula para la atención de los usuarios.
En automatización: se avanza en dos etapas. Inicialmente la plataforma incluía operaciones que eran manuales, por lo que se empezó a digitalizar las funciones y acciones (como la elección o asignación del especialista según la consulta del usuario y agendar una reunión virtual con un abogado).
El paso era clave para que la plataforma funcionara con éxito y los usuarios la sigan utilizando. En esta automatización se recurre a tecnologías de big data e inteligencia artificial.
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Cuando una persona emprendedora o empresaria requiere un servicio encuentra en la plataforma al especialista que puede ayudarle, tanto en la consulta como en la gestión que sea pertinente realizar.
Además de propiedad intelectual, se pueden realizar consultas en materia laboral, fiscal, protección de datos, acoso laboral y sexual, regulatorio y de cumplimiento.
Como este tipo de consultas y gestiones son rutinarias para las empresas, sin importar el tamaño, se ofrecen tres tipos de paquetes (desde uno sin costo hasta el corporativo con el mayor precio) con diferentes beneficios y cantidad de consultas o gestiones.
Los costos corresponden a los establecidos por los colegios profesionales, pero se toma en cuenta que las pymes tienen más limitaciones de recursos.
Cada especialista debe responder en un tiempo establecido y es calificado por los usuarios, como en Uber, con el fin de obtener retroalimentación del servicio. En caso de acumular un número determinado de calificaciones negativas o bajas, se sustituye al especialista.
Los cursos de elearning procuran generar una cultura en materia legal. Son asincrónicos: para llevarlos cuando la persona pueda. Adicionalmente se distribuyen boletines de actualización legal.
“Usamos una metodología que se llama legal design, que busca que lo legal sea más sencillo y más amigable”, recalcó Dayanna.
Además de introducir los servicios en otros mercados como Guatemala, El Salvador y Panamá en este 2023, así como en México el próximo año y siempre con la misma estrategia de alianzas, el plan es elevar el nivel de automatización.
Para este objetivo se basan en la tecnología de inteligencia artificial, materia en la cual reciben el apoyo de Rodrigo Herrera, cofundador de AInnovatech.
El nuevo proyecto es un “abogado virtual” para el módulo de consultas.
La ideas es resolver en forma inmediata aquellas consultas básicas e iniciales que normalmente consumen tiempo y costos de los abogados o para las cuales el usuario debe esperar mucho tiempo en obtener una respuesta que es muy sencilla.
Se utilizará un chat basado en la tecnología de OpenAI y su ChatGPT, que se integra mediante una application programming interface (API).
A partir de la respuesta obtenida, cada personas decide si continúa con la consulta dentro de la plataforma a los especialistas. “Esto no va a sustituir abogados”, recalca Dayanna. “Los libera de consultas repetitivas y que les quitan tiempo valioso”.