Hay aventuras empresariales y artísticas que se sueñan y con las que hay que tener paciencia y visión para su realización.
Gustavo Consenza Mora lo está viviendo en este momento, con su película de ciencia ficción Órbita Prima, cuyo estreno está programado para el próximo 18 de enero y desde el día siguiente en exhibición en las principales cadenas de cines de Costa Rica. Su idea, sin embargo, es ir a los mercados internacionales. Lo está haciendo.
“El enfoque siempre estuvo muy claro: aportar a la industria un producto que fuera exportable, sin quitar lo tico”, dice Gustavo, fundador de la empresa Inventaria, una productora audiovisual.
Gustavo nació en Ciudad de Guatemala. Su madre es de San Ramón de Alajuela, Socorro Mora. Su padre es Gustavo Enrique.
Estudió desde preescolar hasta el último año de secundaria en el Instituto Austriaco Guatemalteco, de mucho prestigio y reconocida por ser cuna de ingenieros y médicos. Pero Gustavo no encajaba en esas profesiones.
Desde joven empezó a interesarse por la industria del cine, pues en Guatemala se ubican empresas del sector audiovisual y de animación que son contratadas por las principales firmas de Estados Unidos y a nivel global.
Gustavo conoció a los dieciocho años a Studio C, la firma fundada en 2002 por Carlos Argüello y quien falleció en 2021.
Studio C se hizo conocida por su colaboración con el film Las crónicas de Narnia. Por los efectos visuales que realizó (estuvo a cargo del diseño de los castillos y la ambientación) obtuvo una nominación en los premios Oscar de 2006.
Argüello ya había colaborado en el video musical de Black and White de Michael Jackson. También trabajó en las producciones Riddick, Fast and Furious 3, The Ring y Las Crónicas de Riddick.
En Studio C era el referente en Guatemala y en América Central, pues incluso Argüello tuvo iniciativas para el desarrollo de la industria en ese país y en la región. No era su única inspiración, entonces.
De Guatemala también es Jayro Bustamante, un director de cine, guionista y productor de cine que en 2009 regresó a su país, fue cofundador de La Casa de Producción y empezó a realizar diferentes películas.
Recientemente, en septiembre de 2019, Bustamante recibió el premio al mejor director de la Giornata degli Autori, una sección independiente de la Muestra de Cine de Venecia, por su película La Llorona, estrenada en ese festival. Además, la misma película fue premiada en Toulouse, Francia.
Al finalizar su época de colegial, la atracción de esta industria era muy fuerte y Gustavo tenía la intención de estudiar animación.
A Costa Rica, animado por su hermana Ana, Gustavo vino en 2018 para estudiar en la Universidad Veritas la carrera de animación digital. “Te veo aquí”, le dijo ella, que también estudió en la Veritas.
Se graduó en 2012 y trabajó un año en Destinos TV, como creador de gráficas. Su destino no estaba ahí. Salió a fundar su propia empresa, motivado por el “hambre” de asumir retos y las enseñanzas que obtuvo en ese primer trabajo.
“Lo intenté y me encantó”, afirma con orgullo Gustavo. “No volví a ver para atrás”.
Inventaria se dedica desde el inicio a la producción audiovisual para marcas e instituciones.
El portafolio incluye la producción de videos corporativos e institucionales, para reportes de proyectos, y videos publicitarios, creación de contenidos audiovisuales para redes sociales, cuñas de radio y animaciones.
El inicio no fue fácil. Con unos ahorros compró los primeros equipos y empezó a darse a conocer, para lo cual fue fundamental construir una red de aliados. “Los primeros cuatro años estuvimos al mínimo. A partir del año cinco el crecimiento fue constante”, asegura Gustavo.
En aquella época, las redes sociales estaban iniciando su crecimiento acelerado en Costa Rica y las mismas plataformas, como Facebook, estaban profundizando su modelo de negocios para generar ingresos con publicidad digital.
Para el 2015 y 2016 ya la transición a lo digital se había consolidado. “De alguna forma nos montamos en esa ola”, recuerda Gustavo.
En Costa Rica la Estrategia Nacional Costa Rica Creativa y Cultural 2030, del Ministerio de Cultura, identifica emprendimientos en cuatro sectores que componen las diferentes áreas artísticas y culturales: audiovisual (cine, documental, animación digital, videojuegos, nuevos formatos ) , artes escénicas (artes vivas, danza, música, teatro), artes visuales (diseño y editorial) e identidad territorial.
La Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (Procomer) estima que en el país hay 350 empresas de servicios audiovisuales como desarrollo exclusivo de contenidos, producción, coproducción, postproducción y dirección de proyectos audiovisuales. La mayoría de estas empresas son micro o pequeñas, hasta con 18 años en promedio de experiencia en el mercado.
El 83% de las empresas de este sector perciben ingresos por proyectos nacionales, según las estimaciones de Procomer realizadas en 2020. El 17% obtiene un 51% o más de sus ingresos a partir de producciones internacionales, lo cual demostraría para esta entidad una vocación exportadora en el sector.
En el caso de Inventaria, la clave para avanzar fue consolidar una base con un grupo de marcas, que son las firmas y entidades que le contratan proyectos desde el inicio. Algunas cumplen diez y otras tienen cinco años de contratarle producciones. Todo eso fue la preparación para la nueva etapa con la que había soñado.
Antes de iniciar su empresa, Gustavo ya tenía la idea de realizar una producción más extensa y entrar a la creación cinematográfica.
Parte de los ingresos de Inventaria fueron destinados al ahorro, con lo que se logró un capital inicial para el proyecto de la película. Además, fue adquiriendo equipo para la producción y acumulando experiencia.
Con los clientes se contaban historias, aunque eran más breves. El conocimiento adquirido también fue un capital que plasmó a la hora de escribir el guión, buscar los recursos y los apoyos para la realización de Órbita Prima.
Los borradores de guiones también se sucedieron desde 2017. Gustavo también empezó a asistir a los festivales y a las ferias internacionales de la industria, presentando el guión que en ese momento tuviera desarrollado, recibiendo retroalimentación y con el propósito de valorar qué funcionaba mejor, si una película, un corto o una serie.
Aprendió que se debía tener un nombre y un reconocimiento, por lo que confirmó que una película le permitiría mayor proyección, llegar a exportar y mantener la constancia en la producción de películas. “Ese fue siempre el enfoque”, reitera Gustavo.
Para este film, Inventaria se encargó de todas las diferentes etapas de la producción y para la distribución estableció una alianza con una firma Mundo Cine, que se encarga de la comercialización en Costa Rica a través de las cadenas de cines.
Como los ahorros no eran suficientes recurrió a financiamiento bancario, con préstamos a nombre de la empresa y personales, algunos de los cuales ya canceló.
En la producción participaron treinta personas, incluyendo a las ocho que estuvieron en el set durante los veintidós días de grabación, en agosto de 2019. Como es habitual en la industria, todas las personas son subcontratadas. “En Inventaria solo soy yo”, dice Gustavo.
Se utilizaron sets en instalaciones interiores situadas en Belén, Heredia. Ahí también, en un terreno, se realizaron algunas tomas externas, con apoyo de bomberos de Soporte Vital en algunas escenas. No fueron los únicos sitios.
Durante una semana se grabó en las playas Esterillos Oeste, en Parrita, Puntarenas, donde también incursionaron a unas 40 millas náuticas.
Una condición para poder exportar la película es que sea una historia global. Sin embargo, Gustavo se propuso mantener elementos que sean locales y que fueran reconocibles como tales, al tiempo que la presenta como una película de la región.
La premisa es que un asteroide que se acerca a la Tierra y la única solución era evacuarla, pero alguien se queda atrás. Manuel, el personaje principal, queda atrapado en un sistema de último recurso para salvar al planeta y con la misión de reencontrarse con su hermano.
El reto para la producción fue la generación de los efectos especiales. A través de referencias y contactos, Gustavo encontró a Jacky Villalobos, quien tiene experiencia con diferentes producciones y estudios locales.
Actualmente ella es coordinadora de la carrera de animación digital del Centro de Tecnología y Artes Visuales (Cetav), del Parque La Libertad.
Jacky se hizo cargo de la supervisión de los efectos especiales, labor en la que trabajaron siete personas e incluyendo a Gustavo. “Ella agarró el proyecto y se la echó encima”, dice Gustavo. Él quedó encantado.
Gustavo explica que en los proyectos de publicidad y otros videos pequeños normalmente se trabaja con cinco o diez planos o tomas para los efectos visuales. Para Orbita Prima se trabajó con más de seiscientos. No todo estaba resuelto para ese momento, pues había que lograr un equilibrio entre calidad, tiempo y presupuesto.
El trabajo de animación y efectos especiales coincidió con la pandemia, un momento en el cual los proyectos de Inventaria escaseaban por el parón dieron las empresas ante la incertidumbre debido a la crisis generada con el confinamiento. La tecnología no fue un obstáculo.
A nivel local se cuenta con el talento, mientras que la tecnología ya está en manos de creadores independientes.
Hay desafíos de carácter estructural para potenciar la calidad de la producción local. “Lo que falta es invertir en tiempo para desarrollar procesos y hacer más proyectos para generar una calidad más alta”, dice Gustavo.
En el caso de producciones del género de ciencia ficción y de efectos especiales o visuales, Gustavo considera que es complicado compararse con producciones de la industria global, especialmente de Estados Unidos. Sin embargo, sí se estaría logrando un nivel de calidad que cumple con lo que se requiere para la historia.
“Órbita Prima no es una película llena de efectos visuales o de explosiones”, dice Gustavo. “Lo que necesitábamos era un cohete que despegara. Necesitábamos ver varias cápsulas cayendo del cielo. Eran planos muy específicos y necesarios que aportaran a la historia”.
El proyecto quedó finalizado en setiembre de 2022, hace unos cuatro meses, tras dos años de posproducción. Ahora vienen dos tareas.
Iniciar otras películas. Ya hay dos guiones avanzados, uno de horror y otro de fantasía. Gustavo considera que los proyectos a futuro podrían tener más oportunidades de inversión externa a partir de los resultados de Órbita Prima. Ahí estará la clave.
Si la Órbita Prima alcanza en cartelera un mes sería una buena señal. Sin embargo, ya se dieron algunos pasos para la comercialización en el exterior.
En setiembre pasado, apenas se terminó la posproducción, se firmó un acuerdo con un distribuidor para que represente la película en diferentes mercados y eventos de la industria de la televisión, cines y plataformas.
De los resultados que se logren en Costa Rica, en cantidad de vistas, se podría lograr la introducción en la región y en otros mercados. También de eso depende su disponibilidad en las plataformas streaming y en los mercados de Estados Unidos y Europa. Ya hay incluso un primer resultado.
La película será comercializada en una plataforma de alquiler en Internet de películas en China. El acuerdo se logró en noviembre pasado y estaría disponible a principios de este año 2023, tras la traducción.
“Todo va muy rápido”, dice Gustavo.