Abigail Esquivel se había pasado de casa a un condominio cerca del Automercado que está camino a Barva. El mismo día llevó a su perros a dar una vuelta y conoció a Emilio Bogantes, poco tiempo después se casaron y hablaron de emprender.
En un año, aprovechando su tiempo libre pues trabajan para firmas diferentes, desarrollaron una plataforma denominada Mealio para que las empresas y ejecutivos organicen sus almuerzos y cenas de negocios, así como para que los restaurantes aumenten la atracción de este segmento. La solución se apoya, además, en tecnología de inteligencia artificial.
“La idea surgió de una necesidad y por las experiencias en almuerzos o cenas de negocios, donde vivimos muchas situaciones incómodas”, dice Abigail.
Abigail estudió primaria en San Rafael de Heredia, la secundaria en el Colegio Técnico Profesional de Heredia en 2007 y luego siguió en la Universidad Hispanoamericana con ingeniera industrial. La carrera la cumplió mientras trabajaba en La Uruca y luego en San Sebastían en empresas reencauchadoras como secretaria ejecutiva, que era la especialidad con la que salió del Técnico. Después se vinculó con empresas de tecnología.
Primero con Global Tech, ubicada en San Isidro de Heredia, que es una integradora de seguridad electrónica. Allí ingresó como asistente de gerencia. Luego pasó a otra firma integradora en la misma área y que también se ubica en ese mismo cantón, Microtronics, aunque aquí como asistente en ingeniería, ya con más relación a su profesión.
La experiencia en el campo tecnológico no concluyó ahí, pues continuó en Anixter y actualmente en Intcomex, ambas distribuidoras de equipos y soluciones informáticas. En estas dos firmas se incorporó como ejecutiva de ventas, lo que le permitió desarrollar sus habilidades de comercialización como nunca lo habría podido ni imaginar.
Actualmente es gerente de la categoría de seguridad electrónica, comercializando tanto software como equipos y dispositivos.
También se preparó en uno de los campos que más le apasionan, cocina. Ella aclara que solo es egresada de artes culinarias, pues le falta hacer las 500 horas de práctica en un restaurante que se piden para obtener el título. No los ha podido cumplir por sus empleos, ya que esa cantidad de tiempo choca con sus horarios laborales. Pero nada de eso es en vano.
El día que se alquiló la vivienda en el residencial y salió a pasear con su perrito fue cuando conoció a Emilio. Ambos congeniaron de inmediato y se dieron cuenta que eran la pareja que cada uno esperaba.
Emilio es oriundo de Concepción de Atenas, aproximadamente a un kilómetro del peaje sobre la ruta 27 hacia Caldera. Ahí cumplió su primaria, luego se graduó de secundaria en el Liceo de Atenas e ingresó a la sede central de la Universidad Nacional (UNA), en Heredia, para estudiar ingeniería en sistemas, donde obtuvo primero un diplomado y luego el bachillerato.
Antes de graduarse, fue asistente en el departamento de estudios de posgrado de la UNA y se encargaba de la gestión de los contenidos en el sitio web. Poco a poco se fue metiendo en desarrollo de aplicaciones web. Cuando se graduó en 2015 ya había dado el salto al mundo empresarial, ingresando a la agencia Baum digital, precisamente dedicada al desarrollo de sitios y páginas electrónicas en Internet, así como en comercio digital.
Su siguiente paso fue en Hangar Worldwide, actualmente Critica Mass, otra agencia de producción digital y con mercados a nivel global. La oportunidad era de oro. No solo desarrolló sus competencias en inglés. También estuvo participando en proyectos para firmas mundiales de la industria de la salud, hotelería y startups.
“Mi primer proyecto fue una solución de una startup, desarrollado desde cero hasta el despliegue de producción”, recuerda Emilio. “Ahí fue donde empecé a conocer un poco más cómo se movían las startups”.
En Critical Mass llegó a ser líder de equipos de desarrollo, lo que le permitió interactuar con los clientes, tomar decisiones sobre requerimientos y trabajar en la implementación de las soluciones tecnológicas que les solicitaban. Otra oportunidad le saldría como anillo al dedo.
Pasó a trabajar Edify Software Consulting, una firma que desarrolla soluciones en el campo educativo, y luego a una firma estadounidense llamada Soom, donde actualmente es director de ingeniería y tiene a cargo el equipo de calidad.
Esa posición lo animó a ingresar al posgrado del Massachusetts Institute of Technology (MIT) en el programa de Chief Technology Officer. A lo largo de este programa fue cuando empezó a darle vueltas a iniciar un emprendimiento y, por supuesto, a fundarlo con Abigail.
Se conocieron en 2021, cuando paseaban con sus mascotas en el parque de la urbanización el mismo día en el cual Abigail se había mudado a la casa que empezó a alquilar. Desde el inició congeniaron como si fueran amistades de años. “Con él me caso”, dijo Abigail. No tenía dudas.
En ese entonces Emilio trabajaba en Critical Mass y había comprado la casa en esa urbanización en 2019, se la entregaron en octubre del año siguiente y la equipó pensando en tener una familia. “Siempre he sido muy planificado”, dice Emilio.
La química fue instantánea. Cada uno siguió con sus trabajos y estudios. De esas combinaciones empezó a surgir la idea de emprender y comercializar una solución enfocada en los almuerzos y cenas ejecutivas.
En su trabajo como ejecutiva de ventas, Abigail tiene almuerzos, cafés y cenas de negocios con ejecutivos de las empresas clientes. La experiencia en los restaurantes era calcada y nunca buena.
A cada rato los meseros los interrumpían, ya fuera para tomar los pedidos de bebidas, luego de las entradas, después de los platos fuertes, más adelante de los postres y el café, y no pocas veces para hacer la repetida e inoportuna pregunta de si todo iba bien.
A las continuas e inoportunas interrupciones se suma que no pocas veces los restaurantes disponen de los platillos prometidos en el menú, por falta de insumos, o que tampoco tienen opciones para personas veganas o que no consumen alimentos con gluten. Otra situación es que muchas veces también carecen de la flexibilidad para ajustar los platos (por ejemplo, quitar un ingrediente que la persona comensal no consume).
Las situaciones incómodas no terminan ahí.
Las personas encargadas en los restaurantes siempre se dirigían a los hombres para hacer la orden o para el cobro, cuando muchas veces era ella la que dirigía la reunión y la que pagaba. También tardaban y se equivocaban en los datos de la factura o no aplicaban los descuentos cuando se pagaba con la tarjeta de alguno de los bancos. Así surgió la idea de Mealio.
Desde que se habían casado, Abigail y Emilio hablaron de tener un emprendimiento algún día y dedicarse a lo propio, aprovechando la capacidad y la experiencia desarrollada en sus diferentes empleos. La idea tomó fuerza cuando vieron que el programa del MIT se enfocaba en emprender. No esperaron mucho para dar el paso.
En marzo del 2022, apenas se habían casado, fundaron Pangea Holdings y empezaron a desarrollar la plataforma de Mealio. Actualmente la aplicación (para dispositivos iOS y Android, también se puede ingresar y utilizar en un navegador web) está en la fase de prueba. ¿Qué hace?
Con la app las empresas y los ejecutivos pueden organizar sus almuerzos y cenas de negocios eligiendo el restaurante de su gusto, reservando el espacio y enviando una preorden a partir del menú ofrecido. A los invitados se les envía un link para que ingresen y seleccionen los platillos de su gusto.
El restaurante recibe la solicitud y prepara el pedido con tiempo, siguiendo las instrucciones de los clientes incluso en casos de una dieta específica.
La tecnología de inteligencia artificial, específicamente de aprendizaje automático o machine learning, permite obtener datos que se muestran en un dashboard para personalizar el servicio, identificar los platos de más demanda y diseñar ofertas y promociones. Además, podrá integrarse con sus sistemas de punto de venta.
También cuenta con funcionalidades de confirmación para cuando el cliente va de camino al restaurante y notificar cuando se encuentra en el parqueo. Cualquier cancelación deberá hacerse con un mínimo de tiempo establecido.
En el primer caso se evitan las interrupciones, se garantiza la agilidad del servicio y se puede realizar la reunión de negocios con fluidez y confianza. En el segundo, el restaurante se garantiza que resuelve la necesidad de sus clientes, que estos queden satisfechos y regresen en el futuro.
“Está enfocado a personas que hacen negocios con un plato enfrente a una mesa en un restaurante y también va enfocado a restaurantes exclusivos que quieren que sus salones se vuelvan salas de reuniones para poder cerrar negocios con ejecutivos de alta gama”, reitera Abigail.
Para los usuarios se ofrecerá una opción sin costo (freemium) y otras alternativas de pago según sus requerimientos cuyos costos se están definiendo, al igual que en el caso de los restaurantes.
La meta es expandirse a diferentes mercados. Abigail y Emilio aseguran que ya recibieron solicitudes de otros mercados (Brasil y Europa).
El paso más importante lo darán a final del año cuando participen como expositores en el Web Summit, un evento que se realizará en Lisboa, Portugal, y en el que se esperan más de 71.000 participantes, 2.300 empresas y más de 1.000 inversionistas de 160 países.
Para la etapa de desarrollo y prueba del prototipo ya obtuvieron apoyo de un inversionista privado y están concursando ante Platanus Ventures, una firma con sede en Chile y México, para obtener capital semilla.
Ni Emilio ni Abigail quieren quedarse ahí. También le dan un enfoque social a su emprendimiento, desarrollando capacitaciones mediante cursos libres en inteligencia artificial para estudiantes y profesores universitarios de informática y de otras áreas y un programa de incorporación de mujeres a la tecnología denominado Mujeres Seguras.
Por ahora, para desarrollar la plataforma y desarrollar estos proyectos, ambos aprovechan el tiempo libre después de sus horarios laborales y los fines de semana.
“El horario en la compañía donde trabajamos es sagrado”, afirma Abigail.
“A veces toca sacrificar tiempo”, afirma Emilio. “Es el precio de emprender, pero sabemos que en el futuro vamos a recibir la recompensa”.