Laura Villalobos estaba en una reunión familiar en Semana Santa y no podía probar nada de lo que había en la mesa, por la dieta que llevaba. Fue cuando se dio cuenta que había una oportunidad de mercado y, aunque en sus planes no estaba emprender, fundó Keto Labs, empezó a producir y comercializar varios productos saludables, y ahora explora nuevos negocios debido al impacto de la crisis en este 2022.
Ella estuvo toda su primaria y secundaria en el colegio Saint Paul, ubicado en San Rafael de Alajuela. Posteriormente estudió diseño publicitario en la Universidad Veritas y diseño de joyería contemporánea en Studio Metallo. Inmediatamente empezó a trabajar.
Su primer empleo fue en la empresa Sondel, ubicada en Alajuela, que comercializa equipos de protección personal en el área de salud ocupacional. En su puesto de diseñadora gráfica tomaba fotografías y creaba catálogos, manuales y revistas. Además le tocó organizar eventos.
En 2013 organizó un torneo de brigadas de empresas en salud ocupacional que se realizó en Pedregal, Belén. Tres años después fue el Safety Week en Parque Viva, en La Guácima. Su sueño era llegar a ser gerente de marca en alguna firma internacional y se puso a estudiar.
Ingresó al programa del MBA del Incae, en La Garita, donde estuvo hasta 2018. El proyecto de graduación fue una consultoría a Grupo Valerio, en Nicaragua, que tiene actividades de construcción, desarrollo inmobiliario y mantenimiento de propiedades. Sus operaciones se ubican especialmente en San Juan del Sur.
Laura y su equipo de otras cuatro personas del Incae llegaron a Nicaragua en marzo y al mes siguiente explotó la crisis del gobierno de este país vecino. La tarea era desarrollar un plan estratégico para Grupo Valerio. Hubo que acelerar y hacer la recomendación con prontitud. De regreso a Costa Rica surgió otra posibilidad.
Entre setiembre de 2018 y enero de 2019 Laura se trasladó a Mumbai, India, a realizar una pasantía en la sede que tiene en ese país asiático la firma Colgate Palmolive. No se quedó porque un tío suyo trabaja para la compañía y en ese momento tenían la política de no contratar familiares. Al regresar a Costa Rica se dio cuenta que venía con unos kilos de más.
Desde años atrás, Laura venía probando diferentes dietas y lidiando con su peso. Esta vez optó por la asesoría de Kilosophy, que cuenta con varios puntos en Escazú, Heredia, Alajuela y Curridabat. Más que dar indicaciones sobre qué comer y qué no, el enfoque es el cambio de estilo de vida.
“Se especializan en educar a las personas en una vida saludable”, explica Laura.
Debido a varias intolerancias que padece desde pequeña, se enfocó en aquellos que son saludables y que no le provocan problemas. Lo más importante fue el aprendizaje que obtuvo.
Laura da testimonio que se dio cuenta del daño que le causan los productos procesados, con azúcar añadida y con gluten. El cambio de dieta le dio dos beneficios que ella sintió de forma inmediata.
El primero fue físico. En tres semanas de febrero de 2019 perdió cuatro kilos y desde entonces se quitó de encima 15 kilos. De forma complementaria, ella es muy disciplinada con el ejercicio y el avance ayudaba. El logro no sólo fue físico y en su apariencia.
El segundo fue mental. Con la alimentación anterior se sentía cansada y lenta, pues el cuerpo —al no tolerar ciertos alimentos— pasa en alerta e inflamado. Además, el riesgo es que se desarrollen enfermedades crónicas. Todo cambió.
A los pocos meses fue la Semana Santa. Como toda actividad en esa época, la mesa estaba repleta de alimentos de la época, empezando por las empanadas de chiverre. Una tía llevó una ensalada de palmito y ahí empezó todo.
La ensalada de palmito llevaba culantro, cebolla y mayonesa casera. Era lo único que podía comer y le pareció riquísima. “Se me encendió el bombillo”, recuerda Laura. “No hay una mayonesa keto”.
La dieta keto tiene como premisa eliminar o reducir al máximo todos los carbohidratos y apostar por las grasas y las proteínas. Aunque es una tendencia que viene de hace varios años, precisamente en 2019 estaba en auge de la mano del crecimiento del interés de los consumidores por un estilo de vida saludable. Statista estima que en el 2027 este mergado generará $15.000 millones a nivel global.
Como meses atrás Laura había iniciado este tipo de dieta, había adoptado la costumbre de preguntar o revisar siempre los ingredientes de todos los alimentos que veía en los supermercados y en otros sitios. Por eso sabía que no había “mayonesa keto”. Vio la oportunidad de negocio. Ahí mismo habló con su tía y se hicieron socias.
En pocos meses ya tenían el emprendimiento. Como la tía es abogada, realizaron la inscripción de la empresa y de las marcas Ketone y Keto Lab. Y la mamá de Laura, Carolina Amerling, es tecnóloga de alimentos estandarizó la receta y les dio asesoría para introducir buenas prácticas de producción. Además, realizaron el curso de higiene y manipulación de alimentos.
Lo otro fue el costeo, el diseño de los empaques y del logo, así como desarrollar los prototipos del producto para obtener retroalimentación de los clientes potenciales. Y aquí Laura también aportaba su conocimiento y experiencia profesional.
La producción la empezaron a realizar en la casa, pero pronto se trasladaron a un coworking en Cartago, en el cual se alquilan instalaciones y equipo para producción de alimentos. Iban dos meses al mes. Al año siguiente, la pandemia no afectó las ventas y Laura compró las acciones de la tía. El 2021 también fue un año de buenos resultados.
La empresa produce y comercializa varios productos:
—Ketonessa: una mayonesa sin preservantes y con etiqueta limpia (el cliente puede entender los ingredientes que contiene). Laura destaca que se utilizan huevos de pastoreo, lo que implica que las gallinas no están estresadas
—Bella Toscana: que contiene hierbas italianas y queso parmesano.
—Chipotle Güey: una pasta de chile chipotle que la misma Keto Labs prepara y stevia (un endulzante que no eleva el nivel de glucosa en sangre).
—Ketonessa salsa tártara (que se comercializa en verano) para platos con mariscos: lleva pepinillos y alcaparras.
—Ketonessa noche de paz (en Navidad): es dulce y tiene praliné (una mezcla de semilla como nueces, almendras y pecanas, caramelizadas con fruto del monje, que es otro endulzante de origen asiatico que no eleva la glucosa); también lleva vainilla, canela y cardamomo y nuez moscada. Laura dice que es para acompañar platos como jamones, pavo, quesos o comer con palitos de apio
—Premezcla de mix de pan salado alto en proteínas: también tiene etiqueta limpia.
Laura explica que es una mezcla que se vierte en un recipiente y a la cual se le agregan huevos, agua y mantequilla para que la levadura haga efecto.
Con esta mezcla se pueden hacer bollos de pan, por ejemplo, para comer al momento, como snack o acompañamiento saludable, pues no tiene gluten ni azúcar añadida. “Tiene linaza y da efecto llenura, de satisfacción”, destaca Laura.
Los clientes pueden hacer los pedidos a través de redes sociales para entregas en el Área Metropolitana y también los compran directamente en comercios ubicados en diferentes sitios de esta zona.
Entre ellos se encuentran Cortes y Brasa (Santo Domingo de Heredia), Pulpería Orgánica (Heredia Centro y Plaza Laureles en Escazú), Siempre Verde (Mercedes Norte de Heredia), Keto AK (Plaza Maynard en Escazú), Spot Saludable (Sabanilla), Keto Store (Cartago) y Mundo Sano (en Plaza Cristal Curridabat y Novacentro en Guadalupe).
Los precios oscilan entre los ¢5.500 de la Ketone sabor original y los ¢7.000 de la premezcla.
La incursión con estas nuevas alternativas también le generó la oportunidad de participar en el 2021 en el reality show conocido como Reversed, conducido por el sobrino de Bob Marley, Charles Mattocks.
La segunda temporada se transmitió por Discovery y se realizó ese año en Atenas, Alajuela. En esta oportunidad participaron cuatro personas de origen estadounidense que padecen de diabetes tipo II y el objetivo era ayudarles a cambiar su estilo de vida con apoyo de nutricionistas y profesionales de salud.
Laura mostró, junto a María Emmerich, cómo se puede ser práctico y saludable a la hora de cocinar y comer, utilizando pocos ingredientes.
Ella preparó cuatro platillos: un ceviche de hongos, una ensalada de palmito, una ensalada de huevo duro con espinacas y atún, y una tabla de quesos con fresas. Por su puesto, utilizando Ketonesa, en ese caso la denominada como Noche de Paz. La confianza y la proyección venían viento en popa. A la vuelta cambió la situación.
En este año 2022 Laura dice que la situación política de Costa Rica y la crisis económica han llevado a las personas a ajustar sus gastos. Debido a la percepción general de que las dietas no son económicas, los productos keto no son tan demandados. La coyuntura obliga a adoptar otros planes.
“He visto emprendimientos cerrando o que están a punto de hacerlo”, dice Laura. Fue ahí donde adoptó un plan alternativo con varias opciones y manteniendo la producción de Keto Labs.
Primero, buscó trabajo y actualmente trabaja en una firma de bienes raíces en Guanacaste, donde vivió cuando era niña y su padre, Carlos Villalobos, trabajó en la Central Azucarera del Tempisque y de quien contamos su historia como emprendedor hace unas semanas. En su nuevo empleo, Laura empezó el pasado 3 de octubre luego de tres meses de intentar colocarse.
Paralelamente impulsa otros dos proyectos con el fin de aprovechar las horas ociosas de la planta de Keto Labs y en los que ya está teniendo resultados.
Con apoyo de su padre y de su madre, la planta ubicada en San Pablo de Heredia, operando desde setiembre de 2021 y en la que invirtió más de ¢2 millones, la está convirtiendo en un coworking gastronómico para otros emprendedores del sector de comidas que requieren instalaciones que tengan el mobiliario, equipos y permiso sanitario.
En este caso Laura adelanta que está por firmar un contrato con una empresa para la producción de chileras.
La tercera línea de cambio es ofrecer el servicio de maquila a emprendedores que requieren alguien que fabrique y empaque sus propios productos para ellos nada más comercializarlos.
En este caso ya empacan un café de especialidad que el cliente vende aparte en forma exclusiva y está también por firmar un contrato con otra empresa para la producción de una gelatina especial.
La situación le generó así nuevas áreas de negocio en las que espera crecer tanto como con Keto Labs. No se quedará ahí. Ella espera lanzar otras líneas de productos hacia un estilo de vida orgánico, siempre dentro de la tendencia saludable.
“Se pone mucho esfuerzo, mucho corazón”, dice Laura. “Además de los clientes que ya consumen los productos de Keto Labs, sigo creyendo en el sueño de que la gente tenga un estilo de vida saludable y que pueden transformar su vida, especialmente las que padecen diabetes u otras enfermedades”.