Hay empresas que venían a todo motor y la pandemia les hizo frenar de repente, sin previo aviso. Otras vieron una oportunidad y despegaron. Entre estas últimas las hay que crearon productos para atender necesidades del confinamiento y tuvieron que reinventarse cuando el mercado cambió.
Es el caso de la startup Immerso, que desarrolla soluciones de realidad virtual y aumentada para el sector turístico, pero desde ya tiene a la vista proyectos en metaverso e incursionar en el sector educativo. En ambos casos para brindar aplicaciones al alcance de las pequeñas y medianas empresas.
“Nos dimos cuenta que teníamos que cambiar”, dijo Briam Mora, fundador y director ejecutivo de Immerso. “Lo que habíamos hecho sirvió en su momento y generó ingresos, logramos resultados. Pero como estaba comportándose el mercado, lo nuestro no estaba funcionando”. ¿Cómo lo resolvieron?
Briam estudió en el Colegio Patriarca San José, en San Ramón de Alajuela, y en el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) estudió computación. Desde ahí impulsó una comunidad de estudiantes de diferentes universidades para la creación de videojuegos e incluso realizaban eventos como conferencias y competencias.
Siempre impulsivo, durante los seis meses en 2018 que estuvo en un intercambio en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) impulsó un evento virtual con estudiantes de Costa Rica.
Al año siguiente realizó la práctica profesional en Alemania en la Universidad de Trier, en el Centro de Investigación de Interacción de Humanos y Computadoras, donde se enfocó en realidad virtual. Antes, para financiar su permanencia en Trier, trabajó en Sunna Entertainment, una firma de videojuegos ubicada en Costa Rica.
Al regresar al país empezó a buscar trabajó y tuvo que esperar dos meses hasta que le apareció la posibilidad de trabajar como freelance en Wow Emotions, compañía costarricense de realidad virtual y animada, y en una compañía de Alajuela llamada Edify, donde estuvo en el desarrollo web para universidades de Estados Unidos.
Briam, no contento con trabajar en dos empresas, organizó con unos amigos una Hackathon contra el Covid en marzo de 2020 para que estudiantes crearan soluciones tecnológicas para diferentes situaciones generadas por la pandemia. Para este evento contaron con el apoyo de las universidades, en particular de la Universidad Nacional a Distancia (UNED).
En esa hackathon, donde participaron diez equipos de cuatro personas, empezó a ver el universo de los emprendimientos de base tecnológica o startups. “Qué chiva. Quiero ser parte de eso”, dijo Briam.
Terminada esa actividad, a los días, la incubadora Auge, de la Universidad de Costa Rica (UCR), convoca a otra hackathon donde compiten veinticinco equipos. Brian participa con seis personas, incluyendo a su pareja, Sara Campos, un fotógrafo y un diseñador, entre otros.
Bautizan a su proyecto como Immerso, con una propuesta de experiencias tridimensionales en 360° para que los guías turísticos, que se habían quedado sin empleo por el cierre de aeropuertos, ofrecieran experiencias virtuales a turistas de EE. UU. y Europa.
La familia de parte del padre de Briam es de Guanacaste y se dedican al turismo, por lo que él estaba viendo la situación que estaban viviendo en ese momento y la necesidad de generar una opción que les permitiera obtener ingresos a todas las personas dedicadas a la actividad. Pero no ganaron y el equipo se disuelve.
A la semana lo llaman de Auge y le indican que una de las empresas seleccionadas se retiró, por lo que estaban citando a los cinco proyectos siguientes para elegir a uno que cubriera el campo. La alternativa era hacer un nuevo equipo.
Briam llama a Luis Carlos Marín, hoy director de producción de Immerso y quien es especializado en experiencia al usuario (UX, por sus siglas en inglés).
Luis Carlos estudió en el Liceo Experimental Bilingüe de José Figueres Ferrer, en Taras de Cartago, y estudió ingeniería en diseño industrial en el TEC, donde se graduó en marzo de 2020.
Al terminar los cursos y el proyecto final se dedica a trabajos freelance para diferentes empresas locales y de EE. UU., así como proyectos de aplicaciones de bádminton y un espejo inteligente que despliega información de vuelos, mapas, clima y noticias en aeropuertos.
Él se había acercado por iniciativa propia. Cuando había terminado la carrera, Luis Carlos se plantea ir a estudiar a Japón, para lo cual tenía que plantear —a través de la embajada de ese país— un proyecto de diseño de servicios basado en UX para turismo. Un día se lo comentó a una amiga y ella le contó sobre Immerso, que estaba concursando en la Hackathon contra el Covid.
—¡Ah, sí! ¿En serio? Yo quiero conversar con ellos— dijo Luis Carlos.
Fue cuando buscó a Briam en el momento en que Immerso no había quedado entre los elegidos iniciales por Auge. Cuando de esta incubadora de la UCR lo vuelven a llamar, Briam pensó en Luis Carlos, por el interés que había mostrado. Para iniciar, Immerso recibió $10.000.
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Con ese capital empezaron a desarrollar la parte tecnológica, pero surgieron otras necesidades del emprendimiento y Brian no tenía tiempo para programar. Fue cuando llamó a Joseph Zamora, a quien había conocido de la comunidad de estudiantes de informática que impulsó años atrás en el TEC.
Joseph Zamora, es el director de tecnologías de Immerso. Estudió en Winston Elementary School, ubicada en Lakeland, Florida, y regresó con la familia a Costa Rica, donde ingresó y se graduó en 2017 en el Colegio Gregorio José Ramírez, en Alajuela. Ingresó al TEC, pero por distintas situaciones no pudo continuar.
Su deseo de ser informático lo llevó a realizar y terminar diferentes cursos de forma autodidacta, lo que empezó a trabajar en empresas desarrolladoras locales. “Hablaba mucho con ingenieros de todo tipo de niveles que me recomendaran qué estudiar”, dice Joseph. Incluso, en la actualidad, está aprendiendo ciencia de datos.
Immerso empezó a comercializar la solución, una plataforma similar a videoconferencias donde los turistas, que realizaban donaciones y desde sus residencias, realizaban un recorrido de 360° creado mediante realidad virtual con la orientación y narración del guía.
La prueba la realizaron con un guía ubicado en México y turistas de Costa Rica. Ya cuando el proyecto iba creciendo, en un tour virtual de Cerro Pelado, ubicado en Guanacaste, participaron cuarenta personas.
“En ese momento era una buena idea”, cuenta Joseph. “La pandemia iba de peor en peor. Nadie quería viajar”.
El momento pasó rápidamente, lo que afectó a Immerso y a firmas internacionales como Amazon y Airbnb que habían lanzado aplicaciones similares.
La actividad turística volvía a reiniciar con la apertura de aeropuertos y las medidas de aforo, en medio del deseo de las personas de viajar. Los guías turísticos ya no requerían la solución. No se podía seguir con la propuesta inicial. Había que darle vuelta.
Fue cuando, a finales de 2020, analizaron objetivos y todo el proyecto con Auge. Decidieron enfocarse en mercadeo y ventas para hoteles y empresas del sector turístico.
“Lo que vimos es que la tecnología no está para reemplazar la experiencia, sino para promoverla y mejorarla”, dice Luis Carlos.
Con los resultados que se habían obtenido, Immerso volvió a concursar y obtuvieron fondos. A esta altura, con un equipo de desarrollo y de mercadeo, más la experiencia y los recursos se empezó a comercializar la solución entre hoteles y otras empresas del sector turístico. Lograron desarrollar veinticinco proyectos. Ahí vieron que tenían un reto mayor.
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En las diferentes industrias muchas empresas suelen desarrollar proyectos específicos con nuevas tecnologías y esperar grandes resultados en el corto plazo, cuando muchas veces se requiere invertir y sostener estrategias e iniciativas a mayores plazos. La tarea para Immerso es lograr un modelo “recurrente” y escalable que garantice un flujo constante ofreciendo valor “mes a mes”.
Con ese fin Immerso actualmente se concentra en la implementación del modelo de negocios y obtener resultados que mostrar a final de año al programa de Auge, al tiempo que desarrollan proyectos como mapas interactivos de zonas turísticas que pueden utilizarse incluso con visores de realidad virtual.
Lo que se ofrece son experiencias inmersivas para el sector turístico con aplicaciones de realidad virtual (con visores), web (tridimensionales para disfrutar en dispositivos) y de realidad aumentada (a través de los móviles cuando las personas se encuentran en el sitio), generando información e imágenes interactivas y sin necesidad de descargar aplicaciones.
“Estamos activando muchas más emociones y una mejor experiencia, comparado con lo que es una imagen o un vídeo”, dice Joseph. “Mostramos un ambiente 360° y tridimensional que da una mejor idea al turista del lugar al que desea o planea ir”.
Las empresas, además, pueden dar a conocer sus promociones y descuentos, así como información animada de actividades que pueden realizar, ya sea cuando el turista va navegando en forma remota o cuando hace el recorrido en el sitio utilizando realidad aumentada.
El próximo año el objetivo es replicar este proyecto en diferentes regiones del país, al tiempo que van incursionando más en realidad virtual en dirección generar experiencias en el metaverso para ofrecer soluciones a empresas pequeñas y medianas de turismo y en el campo educativo, puesto que otras firmas se están enfocando en este tipo de tecnologías, aplicaciones y soluciones para grandes compañías.
Las perspectivas no son limitadas. Gartner prevé que, en 2026, el 25% de las personas pasará al menos una hora al día experimentando en el metaverso (para trabajar, comprar, educarse, interactuar con otros en las redes sociales y/o entretenerse). McKinsey & Co. predice que el metaverso generaría hasta $5 billones en 2030, mientras que Analysis Group estima que la “metaeconomía” representará para Latinoamérica cerca de $320.000 millones y el 5% de su producción.
Aunque Joseph, Luis Carlos y Briam mantienen otros trabajos y servicios propios, a los tres les apasiona emprender, desarrollar soluciones y basarse en tecnologías avanzadas, creando experiencias y productos, objetos inteligentes y servicios que sean llamativos e innovadores donde apliquen lo que les gusta, lograr encauzar su energía y realizar sus sueños, ofreciendo un valor y un impacto positivo en la sociedad.
“Cuando escuchamos los comentarios de los turistas de que querían visitar los lugares que les mostrabamos y con los guías primero, ver lo emocionados que estaban, y ahora con las empresas, es algo que lo llena a uno poderle dar ese valor, especialmente por la oportunidad que existe”, dice Briam.