Daniel Chavarría y Ricardo Murillo no se conocían. Aunque son ingenieros industriales vienen de regiones diferentes de Costa Rica, estudiaron en universidades distintas y sus carreras laborales nunca se cruzaron. Pero hubo un punto de interconexión.
Cada uno por aparte empezó a ver una necesidad del sector de hoteles, restaurantes y cafeterías en su relación comercial con los proveedores, que crear una solución y que estaban ante una oportunidad de mercado. Una amistad en común los puso en contacto y luego ellos dos fundaron Listo.
“Encontramos una vertical desatendida completamente”, dijo Ricardo, Chief Growth Officer (CGO) de Listo.
El potencial de la solución ya convenció a inversionistas de capital de riesgo que aportaron financiamiento para su expansión.
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“Vengo de un mundo de alta productividad e inteligencia, todo apalancado con diferentes herramientas tecnológicas y me di cuenta que aquí no se utilizaban”, dijo Daniel Chavarría, CEO de Listo.
Daniel es de Santa Ana y estudió en el Panamerican School. Se graduó de ingeniería industrial en el California Polytechnic State University (Cal Poly), ubicada en San Luis Obispo, en California, un sitio entre Los Ángeles y San Francisco. La universidad se especializa en ingenierías aeronáutica e industrial, agricultura y arquitectura. La carrera fue intensa.
Cuando realizó pasantías en firmas como Boston Scientific, en Heredia, y en E & J Gallo Winery, una firma de vinos en California, se dio cuenta que las fábricas no eran lo suyo.
Empezó a trabajar en Goldratt Consulting, una compañía de consultoría fundada por un astrofísico de origen israelí, Eliyahu Goldratt, reconocido por la teoría de las restricciones, una metodología gerencial enfocada en buscar soluciones más que en los problemas.
Con Goldratt Consulting trabajó en proyectos en cadena de suministros para diversas firmas, incluyendo aerolíneas, y el Departamento de Defensa de Estados Unidos, con implementaciones de millones de dólares.
Regresó a Costa Rica y, tras unas vacaciones de tres meses, se incorporó a True Green Costa Rica y posteriormente a Fullkom eCommerce Operations Management, relacionadas con cadena de suministros, comercio electrónico y optimización de operaciones en la industria retail. Con ese conocimiento y experiencia empezó su camino emprendedor.
Fundó un restaurante de comida italiana vegana llamado Earthly Kitchen en Rohrmoser, a finales de 2021, junto con varios socios. El restaurante inició como una cocina oculta (donde se comercializan platos para llevar o entregar mediante express y delivery) y luego evolucionó a un modelo híbrido con atención de clientes.
Al involucrarse en este negocio se dio cuenta de la falta de digitalización en la cadena de suministros de los restaurantes. Le comentó su inquietud a uno de sus socios, José Ignacio Cordero, quien le presentó a Ricardo.
Ricardo es de Ciudad Neilly, donde estudió primaria y secundaria. Su padre fue comerciante (tenía una soda) y la mamá enfermera. Era el menor de la casa, sus tres hermanas era mayore, y a los 16 años, en 2003, se vino a estudiar ingeniería industria a la Universidad de Costa Rica. Tampoco la manufactura fue lo suyo.
Mientras sus compañeros elegían fábricas para sus prácticas profesionales, él buscaba entidades o empresas de servicios, incluso en Internet cafés en esa época, donde desarrollar proyectos de mejoras en procesos.
Un profesor le preguntó y él respondió que el mejor sitio para un ingeniero industrial es el sector tecnológico, de dónde saldrían los sistemas de automatización de operaciones en todo tipo de industrias.
“Siempre me iba por el lado del soft, de las tecnologías de información y conocimiento”, cuenta Ricardo. “Cuando me di cuenta sabía de diseño, de mercadeo y hasta empecé a programar un poco. Fue natural”.
Empezó a trabajar en la agencia de publicidad JBQ, donde aprendió de diseño y mercadeo, además de dar sus primeros pasos en la programación. Otro mundo se abrió.
En 2016 pasó a Oracle, donde estuvo en la comercialización en la región centroamericana y caribeña de sistemas de customer experience, para que las empresas mejoren y fortalezcan sus relaciones con los clientes.
Como consultor desarrolló un sistema de ventas de comercio electrónico y colaboró en el proyecto del laboratorio digital de innovación de la firma desarrolladora Pernix.
“Siempre estuve en puestos que tienen que ver con creatividad y desarrollo tecnológico, de negocios entre empresas (lo que se conoce como business to business o B2B)”, dice Ricardo.
En ese recorrido observó las necesidades de los restaurantes en el área de suministros y empezó a desarrollar varias ideas. “Ricardo tenía una presentación como de 70 slides”, recuerda Daniel.
El día en el que se conocieron conversaron durante más de dos horas y se dieron cuenta que coincidían en muchas propuestas y en el diagnóstico.
Los restaurantes y las cafeterías tenían un nivel de digitalización básico de su punto de venta o caja (con un sistema denominado POS) y la contabilidad y estaban dando el salto en la atención de clientes a través de las apps de los delivery, como Uber Eats, DiDi o Pedidos Ya.
El área de proveeduría, pese a ser el mayor problema en cuanto a eficiencia y gastos, no se había digitalizado, en particular en los pequeños negocios. Aquí aplicaban lo que Daniel y Ricardo denominan el “ojimetro”:a ojo, sin ningún panorama de los proveedores y sus precios. Para hacer los pedidos emplean WhatsApp, correo electrónico o teléfono.
Aparte de dedicar hasta siete horas a la semana, este mecanismo es susceptible de atrasos y errores. Normalmente el propietario, gerente o encargado de compras, dependiendo de la estructura y tamaño del negocio, recibe los mensajes de las personas encargadas de la cocina o del chef sobre los insumos que se requieren. Luego consolidan la información y envían las órdenes de compra.
Con los errores vienen problemas en atención de clientes y costos financieros que afectan la imagen y la rentabilidad, en un negocio donde el tiempo de servicio es vital, los márgenes son reducidos y los ingredientes representan alrededor de un tercio de sus costos totales, en la mayoría de los casos.
Los proveedores, por su parte, también tienen que dedicar más personal y recursos de la cuenta para recibir órdenes (“son tomadores de pedidos”) y consolidarlos, en lugar de disponer de más capacidad para la atención de los clientes e incrementar el negocio. “Es una situación que no la sufre solo una persona”, dice Ricardo. “La sufre todo un ecosistema”.
Ricardo, que había conversado con administradores de restaurantes y cafeterías como parte de su investigación de campo, y Daniel empiezan a reunirse a finales de 2020 para concretar el proyecto. El primer paso fue validar el diagnóstico que tenían, analizando el problema existente desde la percepción de los clientes. El modelo estaba claro.
A principios de 2022 realizaron un primer levantamiento de capital entre amistades y familiares para concluir esas validaciones e ir construyendo las funcionalidades de la aplicación, además de obtener la retroalimentación de los restaurantes que aceptaron hacer la prueba.
Después decidieron atraer capital de inversionistas para incluir nuevas funcionalidades tanto a la app que usan los comercios como a la plataforma que utilizan los proveedores, en una segunda ronda.
A finales del año anterior recibieron la respuesta afirmativa de Caricaco, en la ronda pre-semilla que esta organización lanzó en el segundo semestre del 2022, y también con Ulua VC en forma separada.
“Vemos en Listo un equipo con experiencia y que entiende de los dolores que experimentan los restaurantes y proveedores” agregó Rodrigo Villalta, gerente de inversiones de Caricaco.
Daniel resaltó que la opción de capital de riesgo es ideal para startups como Listo, que no reúnen los requerimientos que pide un inversionista tradicional. Otras ventajas son su grado de velocidad, de responsabilidad, de entendimiento de la dinámica de las startups y de mitigación del riesgo.
La aplicación de Listo es sin costo para hoteles, restaurantes y cafeterías. Está orientada a agilizar el flujo de trabajo, facilitar el trabajo de los chefs y propietarios de restaurantes, hoteles y cafeterías. La app se descarga de las tiendas de los sistemas operativos. ¿Cómo funciona la app?
Para utilizar la app, el hotel, restaurante o cafetería crea su cuenta, registra sus proveedores e incluye los canales de comunicación actuales (independientemente de si el proveedor utiliza o no la plataforma de Listo).
El chef o el propietario del negocio puede ver los catálogos y los precios de los diferentes proveedores y con un clic en un botón hacer el pedido. Hay más facilidades en camino.
La app pronto permitirá que el negocio haga la lista de todos los insumos que debe pedir a sus distintos proveedores. Actualmente se puede llegar a tener entre 15 y 20 proveedores en promedio; un cliente cuenta con 65 empresas que le suministran los insumos.
Con la lista, el encargado de hacer los pedidos hace clic en el botón respectivo y la app hace una distribución “inteligente” de los pedidos al proveedor correspondiente. La función se tendría durante este mismo año 2023.
La app también permite ver los catálogos y promociones de los proveedores para que el negocio identifique los insumos y los mejores precios o reciba ofertas especiales.
Ricardo y Daniel afirman que la app permite a los restaurantes reducir el 85% del tiempo invertido en hacer los pedidos a los distintos proveedores, disminuye hasta un 90% los errores generados con los mecanismos manuales actuales y ahorra hasta un 20% de dinero en la compra de sus ingredientes.
Del lado de los proveedores se utiliza una plataforma para recibir los pedidos y que se integren a los sistemas de gestión de órdenes de compra de sus clientes. Aquí sí tiene un costo de integración y una mensualidad según el volumen y necesidades.
En el caso de proveedores pequeños, que no tienen disponibilidad para hacer el pago, se ofrece un modelo freemium, donde a partir de cierto volumen se agregan módulos y capacidades con un costo.
El mercado lo amerita y hay pequeños negocios y grandes proveedores para los que la automatización de estas gestiones sería de mucho interés. Solo en Costa Rica hay unos 5.000 restaurantes y 3.500 proveedores; al menos un proveedor atiende 2.000 clientes.
La ventaja para el proveedor es la posibilidad de descubrir nuevos clientes, reducir el costo de recibir, procesar y gestionar órdenes y aumentar ventas, pues se cuenta con un motor de promoción para dirigir ofertas a segmentos específicos de negocios
En el futuro se ofrecerá también un marketplace donde se podrá comisionar según ventas y procesar pagos, así como se llegará a desarrollar soluciones de financiamiento —con lo que la startup evolucionará a una fintech— para los hoteles, restaurantes y cafeterías. “Ya sabemos cómo hacerlo y está en el plan de ruta”, afirmó Ricardo.
Listo ya cuenta con 120 hoteles, restaurantes, cafeterías y proveedores en Costa Rica.
Será necesario más capital para estas nuevas etapas. Ricardo y Daniel están trabajando en una nueva ronda a través de la red de inversionistas ángeles que se va formando a partir de los aportes de Caricaco y Ulua VC.
Como socios fundadores, ambos mantienen la mayoría de las acciones, lo que favorece que se siga desarrollando el potencial del emprendimiento y que se mantenga el impulso, el incentivo y la motivación originales, así como ayuda al ingreso futuro de más inversionistas.
La meta inmediata es consolidar la operación en Costa Rica y empezar a explorar otro mercado, que aún está por elegirse entre los de la región centroamericana o los de mayor tamaño como México, Colombia, Argentina, Chile u otro de América Latina.
En todos estos mercados, a diferencia de EE. UU., no hay soluciones de suministro para el sector de hoteles, restaurantes y cafeterías. Elegir el istmo o los mercados de mayor tamaño depende de varios factores.
“Un buen emprendimiento tecnológico va entregando valor en incrementos, como en nuestro caso, del número de proveedores y de restaurantes, del valor monetario de sus transacciones a través de la plataforma y de los ingresos de Listo”, explica Daniel.