Una jefatura desconfiada, que solo se siente segura sabiendo cada movimiento de sus colaboradores, aún cuando las tareas que les delega se encuentran al día, no promueve una dinámica de crecimiento nunca y mucho menos cuando se está en teletrabajo en medio de una crisis sanitaria mundial, que ha incrementado el nivel de estrés para muchas personas. Hay que asignar objetivos, fechas de entrega y permitir que la persona ajuste su horario para cumplir con ellos.