El país vive una coyuntura histórica que ha permitido una tasa de éxito legislativo sin precedentes. Esta nueva oportunidad no debe desperdiciarse por temor o exceso de cautela; hacerlo sería un error imperdonable del que luego nos arrepentiríamos.
El país vive una coyuntura histórica que ha permitido una tasa de éxito legislativo sin precedentes. Esta nueva oportunidad no debe desperdiciarse por temor o exceso de cautela; hacerlo sería un error imperdonable del que luego nos arrepentiríamos.